Los hombres de Neil Lennon dominaron el partido de principio a fin. Una excelente primera parte dejó paso a un segundo tiempo poco activo. El Celtic se proclamó campeón con el "buen juego" que Neil Lennon había pedido antes del partido. El Kilmarnock fue un mero comparsa de la fiesta del Celtic, y no se asemejó en ningún momento al equipo que triunfó en la League Cup hace unas semanas. Mulgrew fue el hombre del partido: 2 goles y 2 asistencias lo certifican.
El partido se presentaba como la oportunidad definitiva para el Celtic. Hoy era la fecha elegida para finalmente alzarse con el título. Sólo un punto era necesario. El rival de hoy, el Kilmarnock, trae recuerdos a los aficionados, algunos felices, como la remontada en octubre, cuando la temporada parecía perdida al descanso, otros más agrios, como la derrota en marzo en la final de la League Cup gracias a un gol de Dieter Van Tornhout. En mente de todos los Bhoys estaba el repetir el hito de 2007, cuando un gol de Nakamura dio la liga en el último minuto al Celtic. Rugby Park era pues un lugar propicio donde el Celtic ya había ganado una liga 5 años atrás. El deja vu era posible.
Lennon salió con la dupla Samaras-Hooper arriba y dio minutos de nuevo a Kelvin Wilson en defensa, el resto ya jugaron el domingo pasado ante el St Johnstone. Kenny Shiels, por su parte, puso a Van Tornhout sólo arriba, apoyado en las mediapuntas por su hijo Dean y Harkins. La fórmula surgió efecto hace unas semanas, y el técnico norirlandés esperaba que funcionara de nuevo.
Aplastante Dominio Verdiblanco.
El Celtic no dejaría pasar la oportunidad. El hambre de los primeros minutos fue la crónica de una liga anunciada hace semanas, la primera oportunidad de Hooper en el minuto 2 demostró que el Celtic había llegado a Rugby Park con la intención de llevarse la liga después de 3 años de sequía, demostró que la espera no podía durar un día más. La motivación de los jugadores era máxima, dominaban a placer la posesión, dieron precisos pases y fueron extremadamente incisivos en las jugadas de estrategia. Mulgrew fue la estrella de un Celtic que contó durante algunos minutos con una séptima velocidad que fulminó al Kilmarnock.
En el minuto 7, un córner de Ki sobrevolaba el área, entre una nube de jugadores del Kilmarnock, el lateral Charlie Mulgrew se erigió por encima de todos para remachar al fondo de las mallas el balón con un soberbio cabezazo. Bell restó impotente junto al resto de sus compañeros viendo como el balón entraba sin más oposición. El portero fue, pese al resultado, el mejor jugador de su equipo. Otro córner daría al Celtic, pocos minutos después, una ventaja más holgada, refrendando su dominio en el juego con otro gol. Un centro de Mulgrew fue rematado por Loovens, que se deshizo de su marca, a la red defendida por Bell, el holandés definió con un buen cabezazo el centro con rosca del internacional escocés, la revelación de esta temporada para los Bhoys.
El 0-2 ayudó al Celtic a estabilizarse aún más en el partido, jugó con más calma y merodeó el área local con más tranquilidad, buscando el hueco en la defensa del Kilmarnock. En otro balón parado, los visitantes estuvieron a punto de poner el 0-3 de falta directa, un tiro desde la frontal de Ki fue desviado de forma sensacional por Bell a córner, el portero no permitió que el gol entrara por su palo, aunque el tiro del surcoreano fue muy preciso. Minutos después, en el 34, Mulgrew entró como un puñal por la banda izquierda, fintó un centro que el defensor intentó tapar, aprovechó el espacio para recortar hacia dentro y tuvo el tiempo suficiente para definir hábilmente con el pie derecho, para poner el balón, de nuevo, fuera del alcance de Bell, el mejor portero escocés en la liga (aparte de los del Old Firm). La fiesta ya llevaba minutos celebrándose, pero la sentencia definitiva desató a los miles de hinchas que abarrotaron hoy Rugby Park. En plena excitación, una gran jugada combinada del Celtic acabó con una asistencia hacia la segunda línea de Kris Commons, Samaras fue el receptor de un balón que hubiera acabado en gol de no estar Bell bajo palos. El griego chutó potente pero el escocés desvió a córner.
El primer remate después de una jugada de mérito del Kilmarnock llegó en el minuto 43, Van Tornhout cabeceó fuera y el peligro se esfumó. Fue el reflejo de un partido donde el Killie no había existido en ningún momento. Ya con el primer tiempo a punto de acabar, llegó el desatamiento final, un centro desde la banda de Mulgrew, pasado, con efecto, encontró a un desmarcado Gary Hooper, poco inspirado desde hace semanas, que remató de volea el balón para poner el 0-4, la puntilla y el acelerón final hacia el título de liga volviendo a Parkhead. El descanso llegó con un partido ya decidido, y con unos segundo tiempo cuyo único misterio residía en si el resultado sería aún más abultado o si el Celtic bajaría el ritmo y se relajaría para dar entrada a jugadores menos habituales.
Plácida Segunda Parte con Final Movido.
La segunda parte tuvo, como era previsible, menos acción que la primera. Los cambios, la reducción de la velocidad en el juego y la voluntad del Kilmarnock de evitar una goleada aún más abultada provocaron que el segundo tiempo contara con menos ocasiones que la primera. Los minutos transcurrieron lentamente para ambos equipos, unos querían celebrar un título ya ganado, mientras los otros querían acabar y olvidar un partido en el que habían sido arrasados por su rival.
El Kilmarnock no tuvo ocasiones hasta el minuto 70, cuando Harkins chutó desviado, Fowler o Shiels fueron otros jugadores locales en probar, sin fortuna, suerte ante la portería de Fraser Forster, prácticamente inédito hoy. La acción no volvería hasta los 5 minutos finales.
Una jugada combinada acabó en una pared que dejó a Joe Ledley sólo. El mediocentro galés definió con clase, con una certera vaselina que superó a Cammy Bell, fue el toque final para redondear la tarde con el 0-5. El gol hizo que el Kilmarnock bajara los brazos definitivamente, al minuto siguiente, Hooper remató una gran volea desde fuera del área que se coló cerca de la escuadra de Bell.
Era el 0-6 que igualaba la mayor goleada conseguida por el Celtic en Rugby Park, producida en 1968. El pitido final desenfrenó la locura y el resto, como se suele decir, es historia. Las celebraciones sobre el campo serán el principio de una fiesta que durará varios días y que tendrá feliz a la mitad verde y blanca de Glasgow y Belfast.
Es la sonrisa final para una afición que ha recorrido un largo camino por el desierto, y que al fin ha encontrado a su particular Mesías en la figura de Neil Lennon. El hombre que fue amenazado, el hombre que lleva más de 10 años conviviendo con el miedo a perder su vida. Lennon, el hombre que sobrevivió y que celebra hoy, merecidamente, la primera liga después del fiasco vivido el año pasado.
Ficha Técnica:
Kilmarnock : Bell, Fowler, Sissoko, Nelson, Hay (Dayton, min.46), Gordon; Kelly, Harkins, Shiels, Johnson (Barbour, min.47); Van Tornhout (Heffernan, min.62).
Celtic: Forster, Matthews, Loovens, K. Wilson, Mulgrew (Blackman, min. 76): Brown (Twardzik, min.48), Ki, Ledley, Commons; Hooper, Samaras (Stokes, min.69).
GOLES: 0-1, min. 7, Mulgrew. 0-2, min.14, Loovens. 0-3, min.35, Mulgrew. 0-4, min.45, Hooper. 0-5, min. 88, Ledley. 0-6, min. 89, Hooper.
ÁRBITRO: Allan Muir (ESC) amonestó a Kelly (min.26), Shiels (min.51), Sissoko (min.56), Ledley (min.84).
INCIDENCIAS: 33a jornada de la Scottish Premier League disputada en Rugby Park (Kilmarnock, Ayrshire) ante 15 000 espectadores. El Celtic se proclamó campeón de la edición 2011-2012 del torneo.
Congratulations Celtic!!
El partido se presentaba como la oportunidad definitiva para el Celtic. Hoy era la fecha elegida para finalmente alzarse con el título. Sólo un punto era necesario. El rival de hoy, el Kilmarnock, trae recuerdos a los aficionados, algunos felices, como la remontada en octubre, cuando la temporada parecía perdida al descanso, otros más agrios, como la derrota en marzo en la final de la League Cup gracias a un gol de Dieter Van Tornhout. En mente de todos los Bhoys estaba el repetir el hito de 2007, cuando un gol de Nakamura dio la liga en el último minuto al Celtic. Rugby Park era pues un lugar propicio donde el Celtic ya había ganado una liga 5 años atrás. El deja vu era posible.
Lennon salió con la dupla Samaras-Hooper arriba y dio minutos de nuevo a Kelvin Wilson en defensa, el resto ya jugaron el domingo pasado ante el St Johnstone. Kenny Shiels, por su parte, puso a Van Tornhout sólo arriba, apoyado en las mediapuntas por su hijo Dean y Harkins. La fórmula surgió efecto hace unas semanas, y el técnico norirlandés esperaba que funcionara de nuevo.
Aplastante Dominio Verdiblanco.
El Celtic no dejaría pasar la oportunidad. El hambre de los primeros minutos fue la crónica de una liga anunciada hace semanas, la primera oportunidad de Hooper en el minuto 2 demostró que el Celtic había llegado a Rugby Park con la intención de llevarse la liga después de 3 años de sequía, demostró que la espera no podía durar un día más. La motivación de los jugadores era máxima, dominaban a placer la posesión, dieron precisos pases y fueron extremadamente incisivos en las jugadas de estrategia. Mulgrew fue la estrella de un Celtic que contó durante algunos minutos con una séptima velocidad que fulminó al Kilmarnock.
En el minuto 7, un córner de Ki sobrevolaba el área, entre una nube de jugadores del Kilmarnock, el lateral Charlie Mulgrew se erigió por encima de todos para remachar al fondo de las mallas el balón con un soberbio cabezazo. Bell restó impotente junto al resto de sus compañeros viendo como el balón entraba sin más oposición. El portero fue, pese al resultado, el mejor jugador de su equipo. Otro córner daría al Celtic, pocos minutos después, una ventaja más holgada, refrendando su dominio en el juego con otro gol. Un centro de Mulgrew fue rematado por Loovens, que se deshizo de su marca, a la red defendida por Bell, el holandés definió con un buen cabezazo el centro con rosca del internacional escocés, la revelación de esta temporada para los Bhoys.
El 0-2 ayudó al Celtic a estabilizarse aún más en el partido, jugó con más calma y merodeó el área local con más tranquilidad, buscando el hueco en la defensa del Kilmarnock. En otro balón parado, los visitantes estuvieron a punto de poner el 0-3 de falta directa, un tiro desde la frontal de Ki fue desviado de forma sensacional por Bell a córner, el portero no permitió que el gol entrara por su palo, aunque el tiro del surcoreano fue muy preciso. Minutos después, en el 34, Mulgrew entró como un puñal por la banda izquierda, fintó un centro que el defensor intentó tapar, aprovechó el espacio para recortar hacia dentro y tuvo el tiempo suficiente para definir hábilmente con el pie derecho, para poner el balón, de nuevo, fuera del alcance de Bell, el mejor portero escocés en la liga (aparte de los del Old Firm). La fiesta ya llevaba minutos celebrándose, pero la sentencia definitiva desató a los miles de hinchas que abarrotaron hoy Rugby Park. En plena excitación, una gran jugada combinada del Celtic acabó con una asistencia hacia la segunda línea de Kris Commons, Samaras fue el receptor de un balón que hubiera acabado en gol de no estar Bell bajo palos. El griego chutó potente pero el escocés desvió a córner.
El primer remate después de una jugada de mérito del Kilmarnock llegó en el minuto 43, Van Tornhout cabeceó fuera y el peligro se esfumó. Fue el reflejo de un partido donde el Killie no había existido en ningún momento. Ya con el primer tiempo a punto de acabar, llegó el desatamiento final, un centro desde la banda de Mulgrew, pasado, con efecto, encontró a un desmarcado Gary Hooper, poco inspirado desde hace semanas, que remató de volea el balón para poner el 0-4, la puntilla y el acelerón final hacia el título de liga volviendo a Parkhead. El descanso llegó con un partido ya decidido, y con unos segundo tiempo cuyo único misterio residía en si el resultado sería aún más abultado o si el Celtic bajaría el ritmo y se relajaría para dar entrada a jugadores menos habituales.
Plácida Segunda Parte con Final Movido.
La segunda parte tuvo, como era previsible, menos acción que la primera. Los cambios, la reducción de la velocidad en el juego y la voluntad del Kilmarnock de evitar una goleada aún más abultada provocaron que el segundo tiempo contara con menos ocasiones que la primera. Los minutos transcurrieron lentamente para ambos equipos, unos querían celebrar un título ya ganado, mientras los otros querían acabar y olvidar un partido en el que habían sido arrasados por su rival.
El Kilmarnock no tuvo ocasiones hasta el minuto 70, cuando Harkins chutó desviado, Fowler o Shiels fueron otros jugadores locales en probar, sin fortuna, suerte ante la portería de Fraser Forster, prácticamente inédito hoy. La acción no volvería hasta los 5 minutos finales.
Una jugada combinada acabó en una pared que dejó a Joe Ledley sólo. El mediocentro galés definió con clase, con una certera vaselina que superó a Cammy Bell, fue el toque final para redondear la tarde con el 0-5. El gol hizo que el Kilmarnock bajara los brazos definitivamente, al minuto siguiente, Hooper remató una gran volea desde fuera del área que se coló cerca de la escuadra de Bell.
Era el 0-6 que igualaba la mayor goleada conseguida por el Celtic en Rugby Park, producida en 1968. El pitido final desenfrenó la locura y el resto, como se suele decir, es historia. Las celebraciones sobre el campo serán el principio de una fiesta que durará varios días y que tendrá feliz a la mitad verde y blanca de Glasgow y Belfast.
Es la sonrisa final para una afición que ha recorrido un largo camino por el desierto, y que al fin ha encontrado a su particular Mesías en la figura de Neil Lennon. El hombre que fue amenazado, el hombre que lleva más de 10 años conviviendo con el miedo a perder su vida. Lennon, el hombre que sobrevivió y que celebra hoy, merecidamente, la primera liga después del fiasco vivido el año pasado.
Ficha Técnica:
Kilmarnock : Bell, Fowler, Sissoko, Nelson, Hay (Dayton, min.46), Gordon; Kelly, Harkins, Shiels, Johnson (Barbour, min.47); Van Tornhout (Heffernan, min.62).
Celtic: Forster, Matthews, Loovens, K. Wilson, Mulgrew (Blackman, min. 76): Brown (Twardzik, min.48), Ki, Ledley, Commons; Hooper, Samaras (Stokes, min.69).
GOLES: 0-1, min. 7, Mulgrew. 0-2, min.14, Loovens. 0-3, min.35, Mulgrew. 0-4, min.45, Hooper. 0-5, min. 88, Ledley. 0-6, min. 89, Hooper.
ÁRBITRO: Allan Muir (ESC) amonestó a Kelly (min.26), Shiels (min.51), Sissoko (min.56), Ledley (min.84).
INCIDENCIAS: 33a jornada de la Scottish Premier League disputada en Rugby Park (Kilmarnock, Ayrshire) ante 15 000 espectadores. El Celtic se proclamó campeón de la edición 2011-2012 del torneo.
Congratulations Celtic!!