Una oportunidad única para el ciclista catalán, quien a los 33 años
puede alcanzar el sueño de su vida ganando una de las grandes por
etapas. Antes gregario en varios equipos, donde siempre trabajó para
otros líderes, puede vivir su momento de gloria al frente del Katusha,
donde el jefe es él.
Para alcanzar el objetivo hay que superar aún una semana dura,
con puertos temibles, especialmente la etapa del Stelvio, que se disputa
el sábado, la víspera de la clausura. La renta de Purito no es
definitiva, pero entre los favoritos ha demostrado ser el mejor.
Así, el maillot rosa del Giro aventaja en 30 segundos al
canadiense Ryder Hesjedal, en 1:22 minutos al primer gran rival, el
italiano Ivan Basso, 1:27 al checo Roman Kreuziger, quien mantiene lucha
interna en el Astana con el italiano Paolo Tiralongo, y 1:36 sobre
Michele Scarponi, el pasado vencedor tras la descalificación de Alberto
Contador.
Diferencias apretadas para el recorrido que espera, donde otro
español, Beñat Intxausti (Movistar), busca desde la séptima plaza, a
1:42, dar el salto de calidad que apunta desde hace un par de
temporadas. La pelea se anuncia en una batalla de fondo en la que Purito
apunta alto, con la moral a tope y un equipo que le responde, donde
destacan Alberto Losada y Dani Moreno.
La semana decisiva empieza con el trayecto entre Limone sul
Garda y Pfalzen, de 173 Kms, jornada de media montaña con alicientes al
final, pero la carrera rosa se puede empezar a decidir a partir del
miércoles, que será cuando los grandes puertos de montaña pongan a cada
uno en su sitio.
Entre Falzes y Cortina d'Ampezzo esperan cuatro puertos
repartidos en 186 Kilómetros, con el Passo Giau como punto estelar.
Antes, las fuerzas se pondrán a prueba con las ascensiones al Passo
Duran y Forcela Staulanza.
El Giau, con sus 9,9 kilómetros al 9,3 por ciento de pendiente
media y 14 de máxima, será el primer juez del Giro. Un puerto exigente,
tanto de subida como de bajada, donde Alberto Contador pasó serios
apuros en el Giro 2008.
El jueves habrá respiro entre San Vito de Cadore y Vedelago, con
un recorrido llano de 149 Kilómetros, última ocasión para el lucimiento
de los esprinters, que sufrirán lo indecible hasta Milán, porque las
siguientes etapas son para escaladores puros.
Rampas del 16%
La traca final se enciende el viernes. Treviso-Alpe di Pampeago, 198
Kilómetros trufados con cinco puertos. Del llano a las alturas. Los
corredores calentarán motores con un puerto de tercera, el Sella di Roa
(7 Km al 6,5%), que pasará el testigo al Passo Manghen, interminable,
con 20 kilómetros de ascenso al 7,4 por ciento. A continuación el
inédito Passo di Pampeago, que eleva el porcentaje al 9,7 por ciento.
Aún quedarán dos dificultades, el Passo Lavaze, de segunda y el Alpe di
Pampeago, que conduce a la meta después de superar rampas de hasta el 16
por ciento.
Para rematar la semana de montaña, el sábado la cima del Stelvio
recibe al pelotón, dispuesto a designar al vencedor final, si es que
las etapas anteriores no han definido ya la foto del podio. Otros cinco
puertos en jornada larga, de 219 kilómetros. Como aperitivo el Passo
Tonale y el Passo di Aprica, luego un tercera, el Teglio, para afrontar
el mítico Mortirolo, que se afrontará por una nueva vertiente. Será el
puerto más duro del Giro en cuanto a porcentaje medio, 10,5 por ciento y
máximo, del 22.
Con cerca de 200 kilómetros en las piernas restará la subida al
Stelvio, una interminable subida, inédita por esa vertiente, de 22,4
kilómetros al 6,9 por ciento de media y 12 de máxima. Será el último
esfuerzo y última oportunidad para los favoritos, sobre todo para los
que no se quieran jugar el título en la cronometrada final de Milán.
Serán 31,5 kilómetros de lucha individual contra el cronómetro.
De ahí saldrá el corredor que se enfunde la maglia rosa de vencedor, del
más completo y fuerte.
Terra Deportes - EFE
Muy dura semana y la crono al final a ver si aguanta
puede alcanzar el sueño de su vida ganando una de las grandes por
etapas. Antes gregario en varios equipos, donde siempre trabajó para
otros líderes, puede vivir su momento de gloria al frente del Katusha,
donde el jefe es él.
Para alcanzar el objetivo hay que superar aún una semana dura,
con puertos temibles, especialmente la etapa del Stelvio, que se disputa
el sábado, la víspera de la clausura. La renta de Purito no es
definitiva, pero entre los favoritos ha demostrado ser el mejor.
Así, el maillot rosa del Giro aventaja en 30 segundos al
canadiense Ryder Hesjedal, en 1:22 minutos al primer gran rival, el
italiano Ivan Basso, 1:27 al checo Roman Kreuziger, quien mantiene lucha
interna en el Astana con el italiano Paolo Tiralongo, y 1:36 sobre
Michele Scarponi, el pasado vencedor tras la descalificación de Alberto
Contador.
Diferencias apretadas para el recorrido que espera, donde otro
español, Beñat Intxausti (Movistar), busca desde la séptima plaza, a
1:42, dar el salto de calidad que apunta desde hace un par de
temporadas. La pelea se anuncia en una batalla de fondo en la que Purito
apunta alto, con la moral a tope y un equipo que le responde, donde
destacan Alberto Losada y Dani Moreno.
La semana decisiva empieza con el trayecto entre Limone sul
Garda y Pfalzen, de 173 Kms, jornada de media montaña con alicientes al
final, pero la carrera rosa se puede empezar a decidir a partir del
miércoles, que será cuando los grandes puertos de montaña pongan a cada
uno en su sitio.
Entre Falzes y Cortina d'Ampezzo esperan cuatro puertos
repartidos en 186 Kilómetros, con el Passo Giau como punto estelar.
Antes, las fuerzas se pondrán a prueba con las ascensiones al Passo
Duran y Forcela Staulanza.
El Giau, con sus 9,9 kilómetros al 9,3 por ciento de pendiente
media y 14 de máxima, será el primer juez del Giro. Un puerto exigente,
tanto de subida como de bajada, donde Alberto Contador pasó serios
apuros en el Giro 2008.
El jueves habrá respiro entre San Vito de Cadore y Vedelago, con
un recorrido llano de 149 Kilómetros, última ocasión para el lucimiento
de los esprinters, que sufrirán lo indecible hasta Milán, porque las
siguientes etapas son para escaladores puros.
Rampas del 16%
La traca final se enciende el viernes. Treviso-Alpe di Pampeago, 198
Kilómetros trufados con cinco puertos. Del llano a las alturas. Los
corredores calentarán motores con un puerto de tercera, el Sella di Roa
(7 Km al 6,5%), que pasará el testigo al Passo Manghen, interminable,
con 20 kilómetros de ascenso al 7,4 por ciento. A continuación el
inédito Passo di Pampeago, que eleva el porcentaje al 9,7 por ciento.
Aún quedarán dos dificultades, el Passo Lavaze, de segunda y el Alpe di
Pampeago, que conduce a la meta después de superar rampas de hasta el 16
por ciento.
Para rematar la semana de montaña, el sábado la cima del Stelvio
recibe al pelotón, dispuesto a designar al vencedor final, si es que
las etapas anteriores no han definido ya la foto del podio. Otros cinco
puertos en jornada larga, de 219 kilómetros. Como aperitivo el Passo
Tonale y el Passo di Aprica, luego un tercera, el Teglio, para afrontar
el mítico Mortirolo, que se afrontará por una nueva vertiente. Será el
puerto más duro del Giro en cuanto a porcentaje medio, 10,5 por ciento y
máximo, del 22.
Con cerca de 200 kilómetros en las piernas restará la subida al
Stelvio, una interminable subida, inédita por esa vertiente, de 22,4
kilómetros al 6,9 por ciento de media y 12 de máxima. Será el último
esfuerzo y última oportunidad para los favoritos, sobre todo para los
que no se quieran jugar el título en la cronometrada final de Milán.
Serán 31,5 kilómetros de lucha individual contra el cronómetro.
De ahí saldrá el corredor que se enfunde la maglia rosa de vencedor, del
más completo y fuerte.
Terra Deportes - EFE
Muy dura semana y la crono al final a ver si aguanta