Messi ha vuelto. Dos meses después de su último tanto en la final de la Copa del Rey, el crack argentino desparramó la madrugada de este domingo su magia goleadora en Marruecos, en uno de los pocos países que le debe quedar por conquistar.
Firmó el primer 'hat trick' de la pretemporada e ideó otro más. Ni rastro de las vacaciones ni de lesión intramuscular que le privó de debutar en Hamburgo hace unos días.
Acompañado de un Alexis entregado a su papel, Leo perpetró la primera gran goleada (0- ante un Raja Casablanca que sucumbió ante el venenoso poder del mejor jugador del mundo. La temporada pasada se plantó en los 73 goles. Este año es capaz de superarse así mismo. Es impredecible.
Un calco con dos matices
Tito calcó en Tánger el equipo de la primera parte de Hamburgo con dos únicas matizaciones. Dejó en el banquillo a Espinosa apostando por Rafinha como interior y, por supuesto, alineó a Messi como falso '9' retirando a Deulofeu. Misma fisonomía, mismo sistema, mismas intenciones pero distinto rédito.
Con el argentino, el Barça gana en refinamiento. Es más exquisito en su juego, tiene más estructura arquitectónica y resulta peligroso. En trece minutos, barruntó un par de diagonales, unos recortes y una asistencia en vertical a Alexis que condujo al primer gol. El chileno se la entregó de tacón a Alves que sin pensarlo se la devolvió para rematar el primer tanto.
El balón, innegociable
El Grand Stade de Tanger rugió por primera vez. No sería la última. Aunque el Raja era el equipo marroquí, los azulgrana tuvieron la sensación de que actuaban de local. El Barça no necesita cambiar nada. Sólo refrescar las ideas. El balón es innegociable.
Como el dominio del partido. Lo entregó durante unos minutos y sufrió lo indecible. El Raja tocaba y además pensaba. Con algunos retoques desde la banda, recuperó el pulso y el control.
Se sintió mejor y cuando el Barça se sabe ganador es imparable. Esté quien esté en el campo. Afellay se ha empeñado en quedarse en el vestuario y cada parte que juega se lo pone más difícil a Tito. Esta vez cabalgó por la banda como nunca y a la mínima asistió a gol. Pero la mejor noticia para el Barça y para Messi es que Alexis está que se sale.
El '10' hizo feliz al público
En Marruecos lo evidenció con dos goles y con un generoso pase de gol para el merecido lucimiento del argentino. La conexión chileno-argentina empieza a ser letal. Messi, del minuto 34 al 45, con dos goles con la zurda escorándose y con otro a puerta vacía, hizo feliz a los aficionados que compraron una entrada.
El técnico azulgrana en la segunda parte varió su plan de trabajo. No dividió en dos partes a la expedición sino que decidió cambiarlos de golpe mediada la segunda parte y de forma escalonada.
Y con unos minutos más, Messi es capaz de todo. De enviar el balón al travesaño en un centro por la derecha y de ser capaz de ganar en carrera a un defensor mucho más rodado.
Leo recibió una ovación atronadora
Su disparo acabó en las manos del portero. No es de extrañar que el estadio le despidiera con una atronadora ovación y al grito de "Messi, Messi, Messi". Pero quién no se rinde a alguien capaz de reinventar el fútbol a cada toque.
A alguien que se fue Pichichi y ha regresado siendo de nuevo el máximo goleador, por ahora estival. Alexis, otro de los grandes destacados, cayó con estrépito al suelo después de una dura entrada de un defensor del Raja.
Curiosamente, no fue Leo quien tiró el penalti sino Alves.
Este Barça ya chuta. Con Messi y unos jugadores del filial que no se cansan de pedir una oportunidad. También marcaron en Tánger Sergio Gómez y Deulofeu.Y pudieron ser más.
partido sin rival pero que esta bien empezar asi de fuerte
Firmó el primer 'hat trick' de la pretemporada e ideó otro más. Ni rastro de las vacaciones ni de lesión intramuscular que le privó de debutar en Hamburgo hace unos días.
Acompañado de un Alexis entregado a su papel, Leo perpetró la primera gran goleada (0- ante un Raja Casablanca que sucumbió ante el venenoso poder del mejor jugador del mundo. La temporada pasada se plantó en los 73 goles. Este año es capaz de superarse así mismo. Es impredecible.
Un calco con dos matices
Tito calcó en Tánger el equipo de la primera parte de Hamburgo con dos únicas matizaciones. Dejó en el banquillo a Espinosa apostando por Rafinha como interior y, por supuesto, alineó a Messi como falso '9' retirando a Deulofeu. Misma fisonomía, mismo sistema, mismas intenciones pero distinto rédito.
Con el argentino, el Barça gana en refinamiento. Es más exquisito en su juego, tiene más estructura arquitectónica y resulta peligroso. En trece minutos, barruntó un par de diagonales, unos recortes y una asistencia en vertical a Alexis que condujo al primer gol. El chileno se la entregó de tacón a Alves que sin pensarlo se la devolvió para rematar el primer tanto.
El balón, innegociable
El Grand Stade de Tanger rugió por primera vez. No sería la última. Aunque el Raja era el equipo marroquí, los azulgrana tuvieron la sensación de que actuaban de local. El Barça no necesita cambiar nada. Sólo refrescar las ideas. El balón es innegociable.
Como el dominio del partido. Lo entregó durante unos minutos y sufrió lo indecible. El Raja tocaba y además pensaba. Con algunos retoques desde la banda, recuperó el pulso y el control.
Se sintió mejor y cuando el Barça se sabe ganador es imparable. Esté quien esté en el campo. Afellay se ha empeñado en quedarse en el vestuario y cada parte que juega se lo pone más difícil a Tito. Esta vez cabalgó por la banda como nunca y a la mínima asistió a gol. Pero la mejor noticia para el Barça y para Messi es que Alexis está que se sale.
El '10' hizo feliz al público
En Marruecos lo evidenció con dos goles y con un generoso pase de gol para el merecido lucimiento del argentino. La conexión chileno-argentina empieza a ser letal. Messi, del minuto 34 al 45, con dos goles con la zurda escorándose y con otro a puerta vacía, hizo feliz a los aficionados que compraron una entrada.
El técnico azulgrana en la segunda parte varió su plan de trabajo. No dividió en dos partes a la expedición sino que decidió cambiarlos de golpe mediada la segunda parte y de forma escalonada.
Y con unos minutos más, Messi es capaz de todo. De enviar el balón al travesaño en un centro por la derecha y de ser capaz de ganar en carrera a un defensor mucho más rodado.
Leo recibió una ovación atronadora
Su disparo acabó en las manos del portero. No es de extrañar que el estadio le despidiera con una atronadora ovación y al grito de "Messi, Messi, Messi". Pero quién no se rinde a alguien capaz de reinventar el fútbol a cada toque.
A alguien que se fue Pichichi y ha regresado siendo de nuevo el máximo goleador, por ahora estival. Alexis, otro de los grandes destacados, cayó con estrépito al suelo después de una dura entrada de un defensor del Raja.
Curiosamente, no fue Leo quien tiró el penalti sino Alves.
Este Barça ya chuta. Con Messi y unos jugadores del filial que no se cansan de pedir una oportunidad. También marcaron en Tánger Sergio Gómez y Deulofeu.Y pudieron ser más.
partido sin rival pero que esta bien empezar asi de fuerte