realmadrid.com
El Real Madrid Castilla suma su primera victoria en la Liga Adelante
de la manera más dulce posible. Ante el Barcelona B y en un Di Stéfano
lleno. Mucho se ha hablado de la supremacía de La Masía sobre La Fábrica
en los últimos años, y el filial blanco respondió sobre el campo a
todos los debates. Poco importó la experiencia en la categoría y los
muchos canteranos que sube a Primera el Barcelona, que el Castilla no
tuvo la posesión, pero sí tuvo más mordiente y más gol. Juanfran y Denis
aprovecharon dos fallos de la defensa visitante para adelantarse en la
primera parte. Jesé marcó el 3-1 en claro fuera de juego. El Barcelona
mientras tanto sólo pudo ir recortando distancias merced a un ‘tontigol’
de falta, y otro de penalti de Sergi Roberto en el minuto 70. Ese 3-2
puso los nervios entre el madridismo, pero el Barcelona murió en la
orilla. La Fábrica, con toda esa diferencia que supuestamente había
comparada con el Barcelona, se llevó el primer órdago.
El encuentro comenzó como lo vienen haciendo muchos de los últimos
Clásicos de los mayores, con el Barcelona dominando la posesión ante un
Castilla buscando el contraataque perfecto. Pero a diferencia de los
primeros equipos, ni el filial blaugrana tenía tanta calidad y tanta
profundidad, ni el filial blanco estaba tan acomplejado. Así las cosas,
sin que los chicos de Eusebio llegaran a probar a Tomás Mejías, el
Castilla asestó un doble golpe casi mortal aprovechando sendos fallos de
la defensa visitante.
En el minuto nueve de partido, Alex
recogió un mal rechace de Lombán, y Juanfran aprovechó su centro
entrando desde atrás, mientras la zaga blaugrana tiraba muy malamente el
fuera de juego. En dos toques, Juanfran batió a Oier, solo desde el
punto de penalti. Y apenas quince minutos después, Denis aprovechó otro
fallo de la zaga blaugrana. En un balón bombeado, Lombán y Balliu se
chocaron entre sí, dejando el balón muerto para que el ruso rebañara el
cuero, recortara a Grimaldo, y batiera a Oier en el mano a mano,
poniendo el sorprendente 2-0 en el marcador. Ni la posesión, ni la
experiencia del Barcelona B en la categoría le estaban sirviendo de
nada.
Una
seria defensa, unido a la efectividad por bandas de Juanfran y Denis
estaba anulando a los blaugranas. Y la mejor muestra de que el Barcelona
no estaba carburando la ejemplificaba el propio Gerard Deulofeu, buque
insignia de La Masía. A pesar de los muchos balones que recibió, tanto
Casado como Nacho Fernández supieron atarle bien en corto. Hasta el
punto de que Eusebio le sustituyó nada más volver del descanso.
Antes
de marcharse tuvo la suerte de participar en el 2-1 para el Barcelona B
poco antes del descanso. Suerte, por lo extraño del tanto. Deulofeu
botó una falta lateral con fuerza, Nacho la despejó de cabeza saliendo
el balón despedido hacia el cielo, al portero Tomás le dio tiempo a
levantarse, pero ni él ni el central Iván midieron bien la caída del
balón. Éste botó en la línea de gol, y rebotó en la cara interior del
larguero, introduciéndose en la portería.
Sin embargo, el
Castilla también tuvo la suerte de neutralizar la reacción blaugrana con
otro gol nada más regresar de los vestuarios. Suerte, por decir algo,
porque no se entiende que el colegiado no sancionara ninguno de los dos
fueras de juego en la jugada del tercer gol blanco. Máxime cuando su
asistente se lo estaba señalando. El árbitro principal no lo entendió
así, y primero Oscar Plano se aprovechó de ello para rebañar un balón
dentro del área, y luego Jesé, al tiro defectuoso del primero, se valió
de su posición adelantada para remachar a gol desde dentro del área
pequeña.
Con
el 3-1 en el electrónico y sin Deulofeu sobre el campo, la victoria
parecía segura para los chicos de Alberto Toril. Pero el Barcelona murió
con las botas puestas merced a un penalti de Nacho Fernández sobre
Balliu mediada la segunda parte que transformó Sergi Roberto. El central
blanco se tiró al suelo golpeando al lateral visitante, que ya había
disparado fuera. El Real Madrid se quejó como lo había hecho el
Barcelona previamente, de nada sirvió.
Los últimos minutos,
merced sobre todo a un buen Kiko Femenía, el Barcelona acabó presionando
al Castilla, pero no tuvo forma de perforar la portería de Tomás
Mejías. El marcador ya no se volvió a mover, el Real Madrid le devolvió
al Barcelona la moneda de la Supercopa gracias a su filial, alimentando
así el eterno debate sobre el poderío de las dos canteras más musculosas
del país. Porque esta vez, la que supuestamente dominaba el panorama
futbolístico no fue la que ganó.
El filial blanco, siempre por delante en el marcador. Jesé marcó, en
fuera de juego. Le ganó la partida a Deulofeu. Barcelona no hizo valer
su supuesta supremacía en la cantera