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MD - El Athletic se está haciendo daño. Uno no está muy seguro de quien
lo debería ver y quien tiene que poner la solución, pero lo que está
claro es que se está haciendo daño. Fernando Llorente y Javi Martínez no
pueden quedarse en Bilbao en este tipo de partidos. En el Calderón,
ante un Atlético que, como siempre, te puede dar lo mejor y lo peor,
pero que no es mucho mejor que un Athletic de Bielsa al que en esta
segunda jornada de Liga le faltó ese algo que te da quien tiene calidad y
que prácticamente no te puede dar nadie más.
Eso, por ejemplo, que a un equipo le da Falcao. Aunque eso sí, el
colombiano se lo tiene bien ganado y merecido, por todo lo que ha dado a
la afición colchonera desde que llegó al Manzanares. Apoyado desde el
principio por todo el mundo, el delantero se tiene bien ganados los
altares del cielo rojiblanco. Entre otras cosas, porque aunque el
Atlético sea el mismo equipo simplón de siempre, reforzado a medias –
también como siempre –, en cualquier momento aparece el delantero y, con
un remate, da igual la forma en que el balón venga, no hace otra cosa
que poner la solución.
Bien es verdad que sería injusto decir
que el Atlético no fue superior. El Calderón volvió a disfrutar esta
vez. Por supuesto que los de Simeone fueron superiores. En todas las
fases del partido, además. Juanfran Torres brilló en el lateral derecho,
ya recuperado. Suárez, Koke y Gabi formaron de inicio, junto con
‘Cebolla’ Rodríguez y Arda Turán en bandas. Lo que quiere decir que
Adrián quedó en el banco. Quizá es la espinita que tiene clavada el
aficionado local.
Las cosas fueron bien de principio a fin y
nadie se quejó del sistema. Con lo que sin quejas sobre la no
titularidad del ovetense. ¿Los focos? Para Falcao, que hizo sus goles
antes del descanso y se limitó a vivir tranquilo hasta que le llegó la
oportunidad del hat-trick, que transformó encantado. Al igual que
hubiese hecho el cuarto, que tuvo en sus piernas hasta en tres
ocasiones. En definitiva, feliz. Igual de feliz que el Atlético, que no
sufrió. Aunque más que por sus labores defensivas, que también, no puede
haber quejas, por desmérito del conjunto de Bilbao. A la fiesta de
Falcao, se acabó añadiendo el portugués, que se quedó a gusto después de
un potentísimo lanzamiento desde la frontal para anotar el cuarto.
Explicación
aparte lo del equipo de Marcelo Bielsa, que hay que decirlo, se vio
superado, inferior y pesado. Por no hablar de la incomodidad al borde
del área. En todo momento maniatado en las manos de un conjunto
madrileño que manejaba el partido a su antojo. Durante el primer tiempo,
Ánder Herrera y Aduriz sí lo intentaron, poniendo en apuros a Courtois,
pero en el segundo, ni estos. Tampoco en los cambios después del
descanso. Ibai y Muniaín no fueron el revulsivo esperado. El último
león, Ruiz de Galarreta salió para sumar minutos.
Digno de ver
lo de un conjunto vasco que o no se encuentra o que, sencillamente, no
está. Suma cero puntos, dato de poca importancia contabilizadas sólo dos
jornadas. Pero lo que es más importante, no transmite buenas
sensaciones. Esperemos solución durante esta semana, en caso de que el
problema tenga nombres y apellidos y, sobre todo, los de Bielsa se
aclaren. Por su bien.
El Atlético, por su parte, ya puede descansar. Mientras la afición espera a Óliver Torres… el viernes tocará volver a soñar.
Preocupante el Atlethic, ayer se noto mucho las 2 ausencias y tiene mala pinta este equipo veo a Bielsa que no llega a navidad.