Getty
El Real Madrid aguanta firme el ritmo impuesto por el Barcelona con
una goleada ante el Athletic lograda desde una bella sintonía global. El
equipo vasco, no hace tanto uno de los que mejor fútbol practicaba del
continente, fue una marioneta en poder de un equipo blanco que supo
imponer su superioridad en defensa, el medio y el ataque. Sobre todo en
la línea de vanguardia, donde Benzema cuajó un partido sobresaliente con
un gol y medio y otra asistencia. Sergio Ramos, Ozil y Khedira marcaron
también, con Aurtenetxe anotándose el otro medio gol restante (en
propia puerta). Sólo Ibai, junto al goleado Gorka, sacaron la cara por
un Athletic que desde luego no firmó su mejor noche en el coliseo
merengue.
Históricamente, los partidos entre Real Madrid y Athletic forman ya
parte de la historia de la Liga por ser el duelo más goleador del fútbol
español. Y el partido de este sábado en el Santiago Bernabéu no iba a
ser menos. El Real Madrid salió mandando sobre el césped ante un
Athletic excesivamente inocente, y apenas hubo de esperar diez minutos
para ver el primer gol de la noche, obra de Aurtenetxe en propia puerta
en una jugada en la que Benzema encaraba ya solo a Iraizoz. El lateral
rojiblanco no quería hacerlo, pero disculpándole en su intento por
abortar la jugada, es de justicia decir que seguramente Benzema hubiera
batido de vaselina al meta visitante si no lo hubiera hecho el propio
Aurtenetxe.
Y es que el delantero galo firmó uno de esos partidos
cuasi perfectos, donde le salió prácticamente todo. Regresaba después
de perderse el choque ante el Levante por lesión, y enseguida se erigió
en una de las mejores referencias del Real Madrid en ataque, siendo el
pivote que buscaban sus compañeros para jugar de espaldas, pero también
la punta de lanza en los contraataques, el que abría espacios con sus
desmarques a las bandas y, sobre todo, uno de los jugadores con más
chispa de cara al gol. Y es que participó en el primero, pero más tarde
marcaría el tercero y asistiría en el cuarto para redondear una noche
mágica, donde a nadie le extrañó ver a un gato domando leones.
Pues
no sería muy desacertado decir que el Athletic estuvo a merced del Real
Madrid prácticamente durante todo el partido. Inofensivo en ataque, le
faltó mordiente y oficio en casi cada una de las acciones del encuentro.
A excepción tan sólo de los últimos minutos de la primera parte quizás.
Cuando Ibai marcó un gol para los rojiblancos aprovechando una buena
asistencia del hoy insultado Susaeta. Sin embargo, el gol apenas fue un
maquillaje, un oasis en el desierto, pues era el 3-1 momentáneo y ni
siquiera sirvió para equilibrar el partido en una segunda mitad que
siguió el mismo guión que en la primera: con un Real Madrid arrollando
al Athletic en todas las facetas del juego.
De hecho, y a pesar
del gol de Ibai a los cuarenta minutos de partido, antes del descanso el
Real Madrid había tenido seis ocasiones claras además de los tres goles
que subieron al marcador. El primero, el ya mentado de Aurtenetxe en
propia puerta, al que siguieron los de Sergio Ramos y Benzema. A la
media hora, el de Camas cabeceó a gol muy cómodamente una falta lateral
botada por su gran amigo Ozil. Y apenas dos minutos después, Benzema
prácticamente finiquitaba el partido con un golazo a la media vuelta
dentro del área cruzando el balón al palo largo, justo donde no llegaba
un Iraizoz que, a pesar de la goleada, fue seguramente el mejor del
Athletic salvando ocasiones muy claras de gol.
En la segunda
parte, y pese a que Bielsa dio entrada a un Llorente repetidamente
ovacionado por el Santiago Bernabéu, el Real Madrid tardó poco en poner
más tierra de por medio en el marcador. Fue en el minuto 51 cuando Ozil
marcó el cuarto para los blancos solo desde el punto de penalti
aprovechando una buena triangulación entre Cristiano Ronaldo y Benzema.
Poco antes, el Athletic había pedido una mano de Coentrao dentro del
área local. Teixeira Vitienes muy errático durante toda la noche, no lo
entendió así. Y seguramente aunque lo hubiera concedido la historia no
hubiera cambiado en gran medida.
Sami Khedira, que regresaba una
vez superada su lesión, redondeó la goleada merengue de un tiro potente
desde la frontal del área que Gorka no pudo detener mediada la segunda
parte. Hasta el germano se sintió poderoso de cara a puerta con este
Athletic enfrente. Fueron cinco, pero bien pudieron ser alguno más
después de un partido globalmente magnífico de los blancos. Aunque
seguro que cualquier madridista hubiera preferido marcar algún gol menos
si eso hubiera significado reducir la distancia en la clasificación con
un Barcelona que no se dejó comer el terreno.
Mundo-deportes es un foro, si quieres opinar sobre esta noticia, respectando la opinión de los demás, regístrate, pide nick y contraseña y correo por ello no recibirás publicidad y es gratis.