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El encuentro que se disputaba en Friuli era con motivos el partido
de la jornada en la Serie A este fin de semana. Se enfrentaban el
vigente campeón de la Lega y el equipo que ocupó el tercer
puesto, es decir, dos de los tres mejores equipos de Italia. El
encuentro comenzó como tal, con los dos equipos muy enchufados y
buscando en todo momento la portería adversaria. Aun así, la
superioridad en el medio campo y en ataque de la Juventus le permitía
ser la dominadora del esférico durante la mayor parte del tiempo. El
Udinese, sin embargo, llegaba con asiduidad a las inmediaciones de un
recuperado Buffon gracias a los inesperados fallos de Pirlo, cuya fría
entrada al partido le hizo perder dos balones peligrosos.
Las buenas sensaciones que estaba dando el choque se esfumaron con
la polémica decisión del árbitro Paolo Valeri, que expulsó a Željko
Brkić por un choque con Giovinco dentro del área que realmente fue
provocado por Danilo, que empujó al ex del Parma y portero y delantero
no pudieron evitar el encontronazo. La Juve aprovechó la situación y
primero Vidal se rehízo de su error desde los once metros contra el
Parma y después el equipo de Carrera cogió el control del encuentro y no
lo soltó hasta el pitido final.
En un primer momento, quedarse
con uno menos dio ánimos de venganza a los friulianos. Guidolin adelantó
la posición de Pereyra para que acompañara a Di Natale, muy solo desde
que saliera Fabbrini para dejar el puesto a Padelli. Sin ocasiones y sin
continuidad, el Udinese dependía de ráfagas de voluntariedad tanto del
propio ‘Totò’ como de Lazzari. Pero el regreso a la línea defensiva bianconera de Giorgio Chiellini dio consistencia a la zaga y evitó cualquier tipo de contratiempo.
Con
el Udinese abierto, la Juve consiguió encontrar lo que más le gusta, el
juego pausado y de toque para marear al rival hasta encontrar el hueco
hacia la portería. Pero ni con la superioridad numérica conseguían crear
demasiadas oportunidades. Pero sólo le bastó una para sentenciar la
victoria. Vidal abrió para Asamoah que, paciente en el pico del área,
esperó la llegada de Vučinić. El montenegrino se aprovechó del fallo en
el despeje de Armero para lanzar casi un penalti sin oposición y poner
el 0-2 justo antes del descanso.
En la reanudación, el partido
fue totalmente juventino, sin ningún atisbo de reacción del Udinese, que
lo único que podía hacer era tratar de evitar una goleada. No lo
consiguió. El segundo tiempo fue el momento para que Giovinco demostrara
a Italia y al Mundo entero el porqué la Juventus decidió recuperarlo.
Puso el 0-3 aprovechando un mal blocaje de Padelli y el 0-4 con un tiro
cruzado imposible para el portero.
Los cambios introducidos por
Carrera una vez completada la goleada quitaron, paradójicamente, el
dominio a su equipo. Marrone volvió a actuar de líbero cuando entró por
Chiellini y poco después llegó el gol del honor friuliano, con un
grandísimo pase en profundidad de Allan que continuó Muriel y remató
Lazzari. Un buen tanto que, sin dar esperanzas de una heroica remontada,
sí que hacía algo de justicia para un voluntarioso Udinese demasiado
castigado. Tampoco ayudó la entrada de Matri y Quagliarella en la Juve.
El primero se las tuvo con el árbitro desde el primer momento y se
descentró; el segundo lo intentó, trató de moverse por todos los frentes
del ataque, sabedor de que necesitará buenas actuaciones cuando tenga
minutos para poder jugar con regularidad, y más ahora con la llegada de
Nicklas Bendtner.
La expulsión de Brkić a los 12 minutos permite a la 'Vecchia Signora' llevarse una victoria muy cómoda de uno de los campos más difíciles. Vidal, Vučinić y Giovinco (2), goleadores