PATRIK STOLLARZ
El Real Madrid habrá tenido trabajo observando este partido. Reus se
ha encargado personalmente, de la mano del polaco Blaszczykowski y un
inspirado Gundogan, de sembrar el miedo en los rivales de nuevo. No
había sido un gran inicio de temporada para los alemanes, pero en este
duelo de Borussias cambió el actual guión que gobernaba en ellos.
Un juego mucho más profundo, bonito y eficaz, acompañado de una
hinchada siempre presente hicieron de este un buen partido para todos
sus aficionados. El partido comenzó sin demasiados contratiempos, sin
demasiados problemas para ambos conjuntos, pero a medida que los minutos
pasaron los locales metieron una marcha más, difícil de llevar para el
Gladbach.
En 5 minutos se rompería el partido por completo, en el
minuto 35 Reus anotó el primer gol local, y sin apenas tiempo para
reaccionar, Subotic remató un balón colgado por Blaszczykowski para marcar el segundo gol.
Con
2-0 llegábamos al descanso en el que no habría ningún cambio por parte
de los dos equipos, con unas estadísticas de juego ciertamente parecidas
que engañaban a la realidad en cuanto a dominio y posibilidades.
La
segunda parte copió a la perfección a la primera, con unos primeros
minutos aparentemente tranquilos, en el que ambos equipos compartían sin
demasiados problemas el balón. Los visitantes subieron al ataque con un
cambio realizado por su entrenador, pero esto fomentó a la maquinaria
perfecta que el Dortmund tiene como atacantes. Marco Reus volvió a
mandar el balón al fondo de la portería en el minuto 70, lo que mató
definitivamente el partido. Mientras tanto, un minuto después, Gotze fue
sustituido, sin haber realizado un partido brillante, algo que el
equipo apenas notó. El orden atrás y la seriedad ofensiva, añadidas al
talento de los hombres de arriba, generaron que 'Kuba' volviera a dar
una asistencia de gol, ésta vez, para el genio en la linea del
mediocentro, Gundogan.
Pocos minutos después, este jovencisimo jugador del Borussia volvió a devolverle el favor a Blaszczykowski, dejándole sólo ante el portero y regalándole el balón para que cerrara el marcador.
Un
partido fácil para los locales sin excesivos problemas, dejándo que su
rival llevara la iniciativa en algún momento pero sin generar demasiado
peligro. Arango, la estrella visitante, poco pudo hacer, mientras tanto,
Álvaro Domínguez tuvo que aguantar en primera persona el chaparrón que
se les vino encima.
Por tanto, parece que el rival del Real
Madrid en la Champions sigue afinando su fútbol y a sus jugadores de
cara a próximos compromisos, esperando así, un cambio a mejor que les
ayude a mejorar su posición en la tabla de la Bundesliga y les pueda dar
el pase en un difícil grupo de Champions.
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