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Sin Antonio Di Natale no hay gol. Francesco Guidolin no se imaginaba
que la ausencia de su mejor delantero fuera tan acusada. El jugador de
35 años se quedó fuera de convocatoria como medida disciplinaria y el
Udinese se quedó sin su motor en ataque.
De poco le sirvió a los
locales tener la total posesión del balón desde el minuto uno. Guidolin,
consciente de que la falta de su goleador causaría problemas, salió con
un 3-5-1-1 con la intención de retener al rival en el mediocampo. Sin
ideas ni una referencia clara en ataque, los bianconeros se dedicaron a
tocar sin rastro de profundidad o capacidad de desborde.
La única esperanza de desempate llegó con un disparo de Danilo que
salió rozando el larguero nada más comenzar el partido. El Genoa, por su
parte, quedó maniatado con Immobile y Borriello sin que siquiera les
llegara el balón. El empate no favorece ni perjudica a ninguno de los
dos, en todo caso, solo a un Udinese que de momento no termina de
arrancar y deambula en la mitad inferior de la clasificación.
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