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El Málaga se asienta, en solitario, en la tercera plaza de la Liga
tras vencer (2-1) al Valladolid en un duro y complicado partido. Los
castellanos desarrollaron un excelente partido en cuanto a su
planteamiento, especialmente en la primera parte.
El Málaga tuvo
enormes problemas para jugar su fútbol habitual, aunque en el cómputo
del choque dispuso de las mejores ocasiones de gol. El temor de los
espectadores, que casi llenaron La Rosaleda (25.000 personas), era que
sus jugadores tuvieran en la mente el histórico próximo partido europeo
ante el Milán. Y así daba la impresión después de haber visto cómo se
inició la contienda.
Los de Djukic no se fueron atrás a aguantar el 0-0 sino que saltaron
al campo con una disposición táctica excelente, un toque de balón y con
el angoleño Manucho como auténtico martirio de los centrales Demichelis
y Weligton en ataque. Y encima se adelantaron en el marcador a los 8´
después de una primorosa jugada donde Caballero evitó el gol a tiro de
Omar Ramos pero los rebotes llegaron a Manucho para anotar el 0-1.
Los
de Pellegrini acusaron el tanto y no funcionaba la conexión Recio-Isco
con los hombres de ataque. Sólo Saviola, a los 18´, pudo crear peligro
ante Dani Hernández pero se desvió demasiado y tiró fuera. Costaba una
enormidad llegar al área vallisoletana y sólo dos jugadas polémicas (
minutos 32 y 37) donde se pidieron penaltys por el derribo a Jesús Gámez
y unas manos de Sereno llevaron problemas al área rival.
Pero
una buena jugada de tiralíneas entre Eliseu, por la banda, con centro a
Isco terminó en la red. Era el minuto 36 cuando la estrella malaguista
controló el balón y marcaba de disparo raso el empate. De ahí al
descanso cambió el panorama pero sin más peligro por parte del Málaga.
La
segunda parte comenzó con susto para la grada local. A los 2´ una falta
es rematada con el pie por Manuchoo evitando Willy el gol. Se despertó
el conjunto local y cambió el panorama, dominando el balón y con mayor
sensación de peligro. Isco estuvo a punto de marcar a los 61´pero envió a
córner el portero.
Siguió el acoso por parte de los de
Pellegrini y a los 68´ un jugadón de Isco terminó con remate de Joaquín
que salvó Balenziaga cuando se colaba el balón.
El Valladolid se
echó atrás y parecía conformarse con el empate. El peligro se veía en
el área del Valladolid y todo se complicó para los de Djukic a los 80´
cuando su referencia ofensiva, Manucho, veía la segunda tarjeta amarilla
tras un codazo a Weligton en un salto. Esto lo notó mucho su equipo que
atrasó líneas descaradamente.
A los 82´ Sereno empujó a Saviola
dentro del área y el árbitro Iglesias Villanueva señaló penalty.
Joaquín lanzó la máxima pena fuera alta, lo que dejó helado el ambiente
de un día otoñal en Málaga.
Pero el del Puerto de Santa María se
resarció cinco minutos después. El balón rechazado tras una falta
lateral lanzada por Duda la recogió con una volea que rechazó el portero
visitante y de nuevo controló el esférico para marcar con frialdad el
tanto de la victoria. Fue la euforia en el estadio, que se llevó un
susto cuando a los 91 minutos Caballero salvó el gol del empate tras un
chutazo de Oscar desde fuera del área.
Todo un partido trabajado
de principio a fin por un Málaga que no llegó a la versión de esta
temporada, pero que supo remontar. Y lo de Isco es increible partido a
partido en todos los sentidos. El Valladolid, pese a perder, causó una
sensacional impresión.
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