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Todo derbi implica emoción, pero si hablamos del derbi gallego,
quizás la palabra emoción se quede corta: encuentro de máxima tensión
entre dos rivales históricos en un Balaídos muy cerca del lleno.
Nada
más comenzar el partido y tras un discreto coqueteo del Deportivo en el
área celeste, Mario Bermejo salió en el minuto 8 a probar las gargantas
de los aficionados celtistas con el primer gol de la noche. Jugando con
la suerte de su parte, el pase fallido de Iago Aspas acabó con un
rechace favorable al cántabro, que se la encontró y la empujó dentro de
la portería de Aranzubía.
A partir de entonces se sucedieron las ocasiones de los locales, la
más clara, un disparo envenenado de Aspas en el minuto 14. Por su parte,
los blanquiazules casi la tuvieron con un tiro de falta de Riki, un
aviso de lo que vendría después. La estrella deportivista Valerón hizo
su aparición en el minuto 22 engañando la defensa y asistiendo entre
líneas a Juan Domínguez, que la cruzó delante de Varas para empatar el
partido y enmudecer Balaídos.
Con los ánimos subidos y la tensión
por las nubes, el Depor comenzó a apretar a un Celta que buscaba la
oportunidad en la contra. Una falta de Zé Castro a Aspas acabó con el
gallego encarándose a Marchena, algo que no hizo más que aumentar el
nerviosismo del ambiente.
En los primeros instanque la segunda
mitad, cuando tras una ocasión de Krohn-Delhi parecía que el conjunto de
Paco Herrera se vendría a más, Cabral recibió su segunda amarilla y el
Celta se quedó con diez hombres en el campo. Lejos de bajar los brazos,
los locales se las arreglaron para poner al Deportivo en apuros varias
veces.
A pesar de ello, una clara ocasión de Pizzi seguida de un
gol anulado a los celtistas por fuera de juego levantaron la moral del
equipo coruñés, que apretó todo lo que pudo en el último cuarto de hora
hasta que el pitido final impuso el reparto de puntos en Balaídos.
Se
trata del décimo empate de los 30 derbis disputados por el Celta como
local, y aunque no beneficia a ninguno de los dos, el Deportivo consigue
puntuar después de una mala racha de cuatro derrotas seguidas. Ante su
próximo rival en Liga, Mallorca, espera conseguir su primera victoria
desde hace ya ocho jornadas.
Por su parte, el equipo vigués
sigue manteniéndose en el medio de la tabla con 10 puntos en busca de
una victoria que le permita acceder a la zona alta de la clasificación.
Su próximo rival: FC Barcelona.
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