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Sevilla y Espanyol protagonizan uno de los duelos de altura de
estos dieciseisavos de Copa del Rey. Los dos equipos se iniciarán en la
competición enfrentándose a un equipo de su misma categoría, en una
eliminatoria que, a priori, parece igualada a pesar del pobre inicio de
la competición que ha tenido el equipo blanquiazul.
Justo siete temporadas hacía que los hispalenses no empezaban la
competición copera enfrentándose a las primeras de cambio a un rival de
Primera División, como ocurrió en la temporada 2005/2006 en la que el
equipo entonces entrenado por Juande Ramos fue apeado por el Cádiz en
Octavos de Final. Volver a enfrentarse a un Primera es una de las penas
que tiene que pagar el Sevilla por estar fuera de competiciones europeas
este año.
Los de Míchel afrontan el torneo como una ilusión, y la única
posibilidad real de poder llevar un título a las orillas del
Guadalquivir. La afición será exigente ya que la Copa siempre es un
torneo que ha entusiasmado a la grada de Nervión, y más aún este año que
la presión y el cansancio competitivo solo serán extensibles a dos
competiciones. Para el aficionado el equipo tiene la obligación de
dejarse la piel por competir también en este torneo, que tantas alegrías
ha dado a los blanquirojos en los últimos años.
La eliminatoria copera aporta una buena oportunidad para en primer
lugar olvidar la dolorosa derrota sufrida en La Romareda, y que dejo
otra vez patente la irregularidad del equipo, sobre todo cuando juega
fuera de casa. Pero también supone una ocasión para probar a los
jugadores menos habituales, y ver si de verdad la plantilla es tan
amplia como se pregona desde el club, y lo que es aún más importante si
Míchel confía en ellos. Los Hervás, Coke, Bernardo y Campaña, e incluso
el defenestrado José Antonio Reyes deberían volver a tener una
oportunidad de convencer al técnico de su valía.
En la portería también se espera contar con la novedad de Diego
López, que podrá hacerle la competencia al indiscutible Palop. "Me tomo
la Copa del Rey, espero jugar, no lo sé, como una gran competición,
donde tenemos muchas opciones.Quiero hacerlo bien para
sentirme bien conmigo mismo, aunque día a día me vengo sintiendo muy
bien", dijo ayer el cancerbero gallego en rueda de prensa.
Por su parte, el Espanyol ha tenido un paupérrimo comienzo liguero.
De hecho los blanquiazules marchan penúltimos en la tabla, situación que
no obstante merece una matización ya que en las últimas dos jornadas
han dado muestras de empezar a remontar el vuelo tras su victoria por
3-2 frente al Rayo Vallecano y el empate a cero ante el poderoso
Euro-Málaga. Además, los periquitos han perdido varios puntos en
remontadas inverosímiles que minaron la confianza del equipo.
La Copa les llega en mal momento para el Espanyol que debe centrarse
en enmendar su difícil situación liguera, pero también puede tomar el
encuentro de este jueves para seguir confirmado su mejoría. La Copa
puede suponer una ilusión para la, de momento, pesimista afición perica,
que ha visto como el ilusionante proyecto veraniego aún no ha dado con
la tecla para conseguir resultados. Además, al igual que puede hacer
Míchel , el técnico espanyolista, Mauricio Pochettino , dará su
oportunidad a los eternos suplentes, como Sergio García, Colotto o Simao
Sabrosa.
Así, la Copa puede ser el antídoto o la condena para ambos equipos,
cuyos técnicos tendrán que tomar la difícil decisión de si lo que más le
conviene es luchar por sus objetivos y centrarse en volver a Europa
unos, y salir del descenso otros, o si por el contrario agarrarse a la
tabla de salvación de la Copa para luchar por un, todavía, utópico
título.
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