El Getafe firmó una contudente victoria en El
Toralín ante el Ponferrada en el partido de ida de los dieciseisavos de
final de la Copa del Rey, dejando claro que los de Luis García se han
tomado muy en serio el torneo del KO esta temporada.
Jaime
Gavilán fue el encargado de inaugurar el marcador en el minuto 13 y
antes del final de la primera parte el joven Pablo Sarabia dejó
prácticamente sentenciado el partido para los madrileños, que se
marcharon al descanso con una cómoda victoria.
A pesar de ello, el Getafe siguió buscando el gol y de nuevo un gran
Jaime Gavilán volvió a ver puerta en el minuto 65 para cerrar así su
particular calvario con las lesiones y volver a vivir una gran jornada
sobre el césped.
El ex del Valencia fue el mejor del partido, y
otro de los que llegó al Coliseum procedente de Mestalla, Paco Alcácer,
logró poner broche a la goleada dejando sentenciada la eliminatoria para
el partido de vuelta.
Luis García cumplió así un doble objetivo:
por un lado dio un paso al frente en una competición que suele ser
talismán para los azulones y por otro repartió minutos entre los
futbolistas menos habituales. Una noche perfecta...
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Toralín ante el Ponferrada en el partido de ida de los dieciseisavos de
final de la Copa del Rey, dejando claro que los de Luis García se han
tomado muy en serio el torneo del KO esta temporada.
Jaime
Gavilán fue el encargado de inaugurar el marcador en el minuto 13 y
antes del final de la primera parte el joven Pablo Sarabia dejó
prácticamente sentenciado el partido para los madrileños, que se
marcharon al descanso con una cómoda victoria.
A pesar de ello, el Getafe siguió buscando el gol y de nuevo un gran
Jaime Gavilán volvió a ver puerta en el minuto 65 para cerrar así su
particular calvario con las lesiones y volver a vivir una gran jornada
sobre el césped.
El ex del Valencia fue el mejor del partido, y
otro de los que llegó al Coliseum procedente de Mestalla, Paco Alcácer,
logró poner broche a la goleada dejando sentenciada la eliminatoria para
el partido de vuelta.
Luis García cumplió así un doble objetivo:
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