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Empezaba el partido en El Sadar con un Valladolid que intentaba
dominar el juego en los primeros minutos, pero sin conseguirlo gracias a
una gran presión de Osasuna, muy arriba, que le hacía perder muchos
balones. Salieron los jugadores rojillos metiéndole mucha más intensidad
a su juego, conscientes de lo que se estaban jugando.
El partido no tenía un dueño claro en estos primeros compases, ambos
conjuntos perdían muy rápido el balón y jugaban de manera muy directa,
el Osasuna porque ese es su juego, y el Valladolid por contagio. Veían
los pucelano que podían crear peligro a la contra y no les incomodaba el
rumbo que había cogido el choque.
Cuando aún no se había
cumplido la media hora de partido, tuvo que hacer el Valladolid el
primer cambio del encuentro, por la lesión de Marc Valiente. El central,
que había sido duda durante la semana, finalmente forzó y fue titular,
pero se resintió de su lesión y tuvo que ser sustituido por Sereno.
Y
así, con el partido sin un claro dominar y sin ser ningún equipo
superior al otro, llegamos a los minutos finales de la primera parte,
donde lo intentó más el Osasuna, que a punto estuvo de poner en apuros
al Valladolid en dos jugadas idénticas. Internada de Cejudo por banda,
pase atrás y disparo de Sisi que termina en córner tras rebotar en la
defensa.
Pero ni por esas conseguimos ver la intervención de ninguno de los porteros en los primeros 45 minutos.
Comenzaba
la segunda parte en la senda que había terminado la primera, con un
Osasuna mucho más intenso, siendo consciente de que se jugaba mucho más.
Intentaban los rojillos presionar arriba, buscando ahogar la salida de
balón del Valladolid.
De esta manera consiguió hacerse el Osasuna
con el dominio de balón en estos primeros minutos, mientras el
Valladolid se defendía atrás y abusaba de los pelotazos arriba.
En
esta tesitura de partido, llegó una de las mejores ocasiones del
encuentro para el Osasuna. Un contra ataque en el que le llega el balón a
Cejudo, que tras librarse de dos rivales consigue sacar desde el
semicírculo del área grande un buen disparo raso que se va por muy
poquito, rozando el poste de la portería de Dani Hernández.
Así
las cosas, decidió el Valladolid adelantar las líneas y presionar mucha
más, para intentar que el Osasuna no tuviese tanto el dominio. Y por
fin, el juego se empezaba a animar y el Valladolid consiguió enlazar
algunas jugadas y combinar en el centro del campo. Empezaba a hacer su
juego.
En estos minutos, y aunque el Osasuna no dejaba de atacar,
se empezaba a respirar ya la tensión y la preocupación en El Sadar. Los
minutos jugaban en contra de un Osasuna que podría empezar a ponerse
nervioso.
Justo en este punto del partido, se le empezaron a
torcer las cosas al Osasuna. Una nueva falta de Rubén sobre Ebert, le
costaba la segunda cartulina amarilla al central, que dejaba a su equipo
con diez jugadores a falta de quince minutos para el final del partido.
El Osasuna tenía que ir a por el partido, con un jugador menos.
Y
aquí llegaron los primeros pitos de la noche para José Luis Mendilibar,
que decidía quitar a Sisi del campo y meter a un central, Lolo, para
recomponer la defensa. A la afición ya no le había gustado que quitase a
Cejudo, el mejor del equipo, en la primera sustitución y esta segunda
les terminó de estallar.
Y en esta situación, se empezó a animar
el partido y llegaron las jugadas clave del mismo. Fue el Valladolid
primero, quién por mediación de Ebert, avisó. Una buena jugada del
interior dentro del área, terminó con un buen disparo y una gran parada
de Andrés.
Sólo dos minutos después, era Osasuna quién tenía el
gol a punto, en la cabeza de Kike Sola, que obligó a Dani Hernández a
hacer una gran parada para mantener su portería imbatida.
Y acto
seguido, pasamos del posible gol de Osasuna, al gol del Valladolid. Un
contragolpe perfectamente ejecutado, que culminó Ebert con una
maravillosa vaselina por encima de Andrés Fernández, que nada pudo
hacer. Un contra ataque de manual. En tres toques, se plantaron desde su
área en la frontal de Osasuna. Óscar para Omar, que cambia el juego
para Ebert, quién desde el borde del área, define de manera magistral.
Este
tanto terminaría por hundir a un Osasuna, que en los minutos finales lo
intentó con más ganas y corazón que piernas y acierto. Y ni si quiera
llegaron a inquietar de nuevo la portería de Dani Hernández.
Si
hubo tiempo, para una nueva pitada a Mendilibar, cuando gastaba su
tercer y último cambio, ya abajo en el marcador, para quitar a
Armenteros y meter a Timor. Entendía la afición que había que ir a por
todas y no quitar a ningún jugador ofensivo.
De esta manera,
finalizó el partido, con nueva pitada de una afición que no había parado
de animar a su equipo desde el principio hasta el final del partido,
pero que ve como su equipo se hunde aún más en la clasificación y se
empieza a distanciar de sus competidores, que si han conseguido la
victoria esta jornada. Pinta mal la cosa para los rojillos, que se deben
quedar con que aún queda mucha liga.
Por su parte, el Valladolid
consigue su segunda victoria de la temporada fuera de casa, tras la
conseguida en la primera jornada ante el Zaragoza, y se posiciona en la
parte media de la clasificación, de la mano de un sensacional Ebert.
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