Real Valladolid y Osasuna son dos planteles fieles a una serie de principios futbolísticos. Los rojillos suelen basar su juego en la agresividad y el riesgo que supone colocar la defensa adelantada ante un conjunto pucelano al que le gusta tocar en la medular y que crece cuando vuelca su juego por bandas. Merced a ello, un balón movido por la zona de medios local llegaba a banda izquierda con un inofensivo centro que la incertidumbre y Rubén alojaban en su propia portería. El Valladolid sin haber tirado a puerta sumaba su primer tanto.
La vuelta de Patrick Ebert, tras dos meses de ausencia, no pudo ser en mejor fecha. Con libertad y con los espacios facilitados por la zaga osasunista, el alemán se sentía cómodo. Un pase en profundidad hacia Óscar fue abortado por el meta Andrés quien se agigantaba con esta acción y una posterior estirada felina a ras de suelo ante un ajustado chut de Manucho.
El primer tiempo se cerraba con una oportunidad marrada por Nino en el área pequeña castellana y una extraña estadística, el gol había rondado por la portería de Osasuna tanto por golpeos del rival como por remates de los propios jugadores navarros que hasta en tres ocasiones habían dirigido erróneamente la trayectoria hacia las inmediaciones de su arco.
La puntería de los osasunistas mejoró su efectividad tras el descanso, Sola remachaba un error de Dani Hernández propiciado por un disparo de Miguel De las Cuevas. Los navarros nivelaban el partido con una actitud más agresiva contagiada por la salida de un Patxi Puñal que representa gran parte del carácter que pide Mendilibar a sus hombres.
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La vuelta de Patrick Ebert, tras dos meses de ausencia, no pudo ser en mejor fecha. Con libertad y con los espacios facilitados por la zaga osasunista, el alemán se sentía cómodo. Un pase en profundidad hacia Óscar fue abortado por el meta Andrés quien se agigantaba con esta acción y una posterior estirada felina a ras de suelo ante un ajustado chut de Manucho.
El primer tiempo se cerraba con una oportunidad marrada por Nino en el área pequeña castellana y una extraña estadística, el gol había rondado por la portería de Osasuna tanto por golpeos del rival como por remates de los propios jugadores navarros que hasta en tres ocasiones habían dirigido erróneamente la trayectoria hacia las inmediaciones de su arco.
La puntería de los osasunistas mejoró su efectividad tras el descanso, Sola remachaba un error de Dani Hernández propiciado por un disparo de Miguel De las Cuevas. Los navarros nivelaban el partido con una actitud más agresiva contagiada por la salida de un Patxi Puñal que representa gran parte del carácter que pide Mendilibar a sus hombres.
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