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La mejor noticia posible para los “supporters” congregados en el
Etihad Stadium era sin duda la vuelta de David Silva a los mandos del
City. Y es que el equipo de Mancini se estaba convirtiendo en un barco a
la deriva. Sin ideas en el centro del campo se hundió en Europa y en la
Premier League sobrevivía con resultados ganados en genialidades de sus
delanteros.
Así pues el duelo contra los Spurs se presentaba más atractivo que
nunca. Los Citizens estaban dominando a los de Villas-Boas sin problema
pero fue el Tottenham quien se adelantó con un gol a saque de esquina de
Steven Caulker. La historia no es nueva, la defensa zonal de Mancini
hace sufrir en demasía a los suyos en cada jugada a balón parado. Es
cierto que Joe Hart pudo hacer más ya que aunque el disparo fue potente
iba en su dirección y le acabó golpeando en el pecho. Se la encontró
encima y no le dio tiempo a reaccionar, algo impropio del meta inglés.
El Manchester City no le perdió la cara al encuentro aunque se les
notaba incómodos. Una oportunidad clara de relajar el ambiente la tuvo
Sergio “Kun” Agüero. En un balón dentro del área se deshace de Gallas
pero éste mete el brazo izquierdo casi por inercia, impidiendo que el
balón siguiera su trayectoria. Penalti de libro que hizo a los Citizens
recordar el tampoco pitado en Champions League frente al Ajax. La
paranoia local se amplió cuando Zabaleta hacía una incursión en el área
en la cual el Huddlestone se olvida del balón y se disfraza de muro
bloqueando por completo al argentino. Tampoco señaló nada el árbitro.
Estaba perdiendo el partido el Manchester City y quizá de todos los
malos resultados cosechados últimamente era el más injusto. Con Silva su
juego había mejorado, generaba más ocasiones pero aún así no conseguía
concretarlas. Hasta que llegó el minuto 65 donde una jugada rápida de
los citizens conjugada con una defensa mal situada y lenta, hicieron que
Agüero tuviera su oportunidad. El argentino no suele perdonar esas
ocasiones y tampoco falló en esta, recortó a un defensa y puso el balón
lejos del alcance de Brad Friedel.
Pese a no tener el balón ni un 35% del balón, los Spurs no se rendían
y seguían siendo peligrosos. Gareth Bale tuvo la oportunidad más clara
hasta el momento pero su disparo lo interceptó un Joe Hart que purgaba
así su pecado del primer gol. Sea como fuere el equipo de Mancini acabó
asediando la portería rival. No solo entraban en tromba en mitad de
campo del rival si no que Silva y Agüero se asociaban protagonizando las
peores pesadillas del Tottenham. A punto estuvieron de marcar ambos en
lo que fue el mejor partido del argentino en mucho tiempo.
Los últimos minutos invitaban a apostar todo el dinero por la
victoria de uno de los dos contrincantes. Sin embargo era arriesgar
demasiado afirmar quién se llevaría el partido puesto que se había
convertido el encuentro en un correcalles sin control. Si bien el City
contaba con más ocasiones, las pocas de las que disponían los visitantes
eran igual de peligrosas.
Y pasó lo que tenía que pasar. No podía ser otro el protagonista.
David Silva coge el balón, pone la pausa, y se inventa un pase imposible
superando a toda la defensa – y prácticamente todo el equipo rival. El
balón bombeado le llego como un regalo de navidad adelantado a Edin
Dzeko, que remató a gol acrecentando su leyenda como jugador vital
siempre y cuando salga desde el banquillo.
Así pues el Manchester City no pierde comba respecto a su vecino United, líder de la Premier League a dos puntos de distancia.
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