Getty
En una jornada de huelga en España, la selección de fútbol se
enfundó el traje de funcionario para solventar un trámite
incomprensible, que le llevó a cruzar el Atlántico para jugar en un
estadio semivacío ante un contendiente menor, noble en el esfuerzo y la
prestancia. Ante la modorra imperante, Iniesta se salió por los márgenes
en dos jugadas. Dos soliloquios de dulzura y clase que habilitaron
sendos goles de Pedro, Don Pedro casi siempre con España, y Villa. Dos
fogonazos que alumbraron un partido de marca blanca para la selección
que solventó sin incidencias reseñables, el objetivo principal cuando
los internacionales se embarcaron en Barajas el lunes.
Se presentó España en Panamá con la clara intención de echar el
candado al balón, como hace casi siempre. Lo hizo, además de por
controlar el partido, para economizar cada gramo de esfuerzo en un
choque disputado a las 16.30 hora local con una humedad relativa
reseñable. El combinado de Vicente del Bosque administró las
pulsaciones, como un atleta en reposo, y apenas alteró el sismógrafo
durante la primera mitad. Valdés, titular anoche, fue el espectador de
lujo de un discurrir excesivamente horizontal y monocorde. Panamá, sin
opción de réplica, se resguardó sobre dos líneas marcialmente formadas
que parecieron más eficientes de lo que eran ante la poca efusividad
española. Fueron tan honestos los centroamericanos, que ni siquiera
fueron expeditivos.
Profesional España, Iniesta puso la nota
diferencial una vez más. No entiende de tramites este futbolista
superlativo. Con Mata y Pedro acomodados en los costados, Iniesta
ejerció de salida por los interiores, flanqueado por Beñat. Inició
precisamente el bético, rompió Iniesta por el carril del diez, tiró una
pared con Pedro, y este, afilado como siempre hizo el primero. El
atacante del Barcelona es un jugador de cada vez más ascendencia en
España. Su fijación con la portería, aderezada de su habilidad para
tirar desmarques, son dos virtudes que no abundan en la fenomenal
selección española, donde priman los futbolistas más acostumbrados a
recibir al pie y crear más que finalizar. Así fue el segundo gol de
Pedro ante Panamá. Una diagonal desde la banda izquierda, perfectamente
dibujada e interpretada por Mata que acabó con una definición de
maestro. Un quiebro sin tocar el balón, dejándolo correr la pelota unos
centímetros, que tumbó al portero.
Antes había cumplido Villa,
titular por primera vez en un partido desde hace casi un año, su cita
con el gol. Fue novedosa también la posición del Guaje como nueve centro
nato después tanto tiempo mimetizado a la posición de extremo en el
Barcelona y en la selección. Su gol fue de delantero centro. De eso, y
de presumir de Iniesta entre los tuyos. El manchego realizó un eslalon
marca de la casa remontando la línea de fondo, llegó a la cal, y ofreció
a Villa un pase palmario que terminó en la red.
La segunda mitad
fue más agitada. Mudó de piel casi al completo España y llegó más, pero
sólo desabrochó a Penedo de nuevo en los últimos minutos en los que
hubo tiempo para un gol de Susaeta y dos genialidades a balón parado. Un
derechazo para el recuerdo de Sergio Ramos, que descerrajó un golpeo de
falta desde la frontal del área que se coló por la escuadra, y un
penalti a lo Panenka de Gabriel Gómez para Panamá que recordó al del
central de Camas en la semifinal de la Euro 2012. Un gol celebrado con
algarabía por la hinchada local, orgullosa de marcar un gol a la
campeona del mundo y a Casillas, el mejor portero del planeta.
Mundo-deportes es un foro, si quieres opinar sobre esta noticia, respectando la opinión de los demás, regístrate, pide nick y contraseña y correo por ello no recibirás publicidad y es gratis.