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Tres temporadas llevaba el Celta sin visitar La Romareda, un estadio
donde los blanquillos estaban aprendiendo la lección de hacerse fuertes
para sobrevivir en la Liga BBVA. Por ello, la llegada del peor
visitante de la categoría en este curso 2012-13, con 6 derrotas fuera de
Balaídos, hacía presagiar un triunfo local. Pero si para algo sirven
las estadísticas es para romperlas.
Los dos equipos saltaron con ganas de gustar y de abrir el marcador.
El peligro de los locales llevaba el nombre de Montañés y la firma de
Helder Postiga mientras que los olívicos disponían de dos delanteros
escalonados que se alternaban para aparecer en las inmediaciones de la
portería defendida por Roberto.
Los maños se hicieron con el
control del juego en la primera mitad ya que a la labor de los dos
mediocentros, Apoño y Movilla, se sumaba el trabajo de la línea de tres
hombres situados entre los pivotes y Helder Postiga, donde Víctor
ocupaba el centro y dejaba la banda a Montañés, ya que Edu Oriol
aparecía más por el medio que por el carril derecho, haciendo que la
medular blanquilla tuviera superioridad sacrificando una de las bandas.
El
primer tiempo se cerraba con unos pobres números ofensivos, con 5 tiros
para los aragoneses y 3 a favor de los celestes, teniendo en cuenta que
en el césped se enfrentaban dos de los artilleros de la Liga que más
disparos efectúan, Helder Postiga y Iago Aspas que sólo son superados en
la tabla de lanzadores por los colosos de la competición, Cristiano
Ronaldo y Messi.
La salida del vestuario del equipo del león
supuso dos zarpazos consecutivos en la reanudación, Víctor y Helder
Postiga ponían a prueba los reflejos de Javi Varas. Un espumoso arranque
que volvió a diluirse a los pocos minutos para devolver el ataque maño a
una peligrosa falta de ideas que sólo Víctor parecía remediar.
El
Celta no recogía el testigo de la réplica, perdía el balón con
facilidad y cuando era capaz de retenerlo era la dupla atacante, formada
por Aspas y Bermejo, quienes fallaban en la penúltima acción. Además,
el danés Krohn-Dehli estaba menos participativo que en los 45 minutos
iniciales y el cansancio impedía que su velocidad fuera capaz de romper a
la zaga rival.
En el ecuador del segundo acto, los celestes
tuvieron la mejor del choque cuando Roberto Lago buscó con un
desplazamiento en largo a Iago Aspas quien tras un prodigioso control
golpeaba raso al palo largo permitiendo a Roberto, tras una gran
estirada, recibir los aplausos de la Romareda. Era el preludio de un gol
que tenía a los mismos protagonistas, pocos minutos después. En esta
ocasión, en el 83', el balón del lateral Roberto Lago servía para que
Iago Aspas voleara a la red, sexta diana para el pontevedrés que iba de
menos a más en el encuentro.
Los nervios finales impidieron a los
hombres de Manolo Jiménez poder igualar un choque que había sido muy
igualado, controlado por los maños pero sin la profundidad necesaria.
Por parte visitante, un Celta práctico y bien plantado que ha sacado
rédito de sus escasas ocasiones gracias a la habilidad y el talento de
uno de los hombres de esta Liga, Iago Aspas que da los primeros tres
puntos al Celta fuera de Balaídos.
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