AFP
Había un equipo en Donestk que se jugaba la vida. Parecía
complicado que cayera eliminado, pero la Juventus tenía que al menos
conseguir un empate para poder seguir disfrutando de la Champions League
y así mandar a la Europa League al campeón. Al final, no sólo consiguió
meterse en octavos, sino gracias al gol en propia puerta de Kucher, lo
hace como primero de grupo.
Aunque ambos conjuntos negaron por medio de sus integrantes que
hablaron en rueda de prensa la posibilidad de acordar un empate en el
encuentro, no siempre se dieron muestras de querer ganar el partido.
Sobre todo por el Shakhtar, que durante el primer tiempo estuvo mucho
más contemplativo que en el resto de la competición hasta la fecha. En
particular se les veía menos enchufados ofensivamente, teniendo en
cuenta que el conjunto de Lucescu suele ser una máquina en ataque que
mueve el balón con velocidad, casi eléctrico.
Cabe recordar que el Shakhtar no sólo ya está clasificado para los
octavos de final, sino que en cuanto acabase este partido contra la
Juventus, los jugadores del club ucraniano empezaban sus vacaciones de
invierno por el parón de la liga de su país durante este periodo.
Tampoco estaba su gran referencia ofensiva, el sancionado Luiz Adriano,
hombre clave para activar a sus compañeros de ataque. Todo ello se ha
notado en la intensidad durante el choque, aunque ello les bastó para
frenar a la Juventus en la primera parte.
Aun así, la reacción ucraniana en la reanudación es para alabar. El
Shakhtar salió con mucha más intensidad, los atacantes estaban más cerca
de los defensores bianconeri y ello les permitía tener más
opciones delante de Buffon. En los primeros cinco minutos, el Shakhtar
pudo adelantarse en el marcador hasta en dos ocasiones, pero no
encontraron la portería, como le pasó a Alex Teixeira, cuyo extraño
remate salió rozando el palo.
Los bianconeri tuvieron bastantes fases de control antes del
descanso. Especialmente gracias a la gran labor de presión ejercida por
sus dos puntas, Giovinco y Vucinic, que no dudaron en correr de forma
continua detrás del balón para molestar la salida del Shakhtar, y en
varias ocasiones sus robos provocaron claras ocasiones de gol,
especialmente una de Giovinco que remató por poco fuera. También se debe
valorar el trabajo de Leonardo Bonucci en la producción de juego
juventina, como apoyo continuo de Andrea Pirlo para sacar la pelota
jugada.
Curiosamente cuando mejor estaba el Shakhtar, cuando más cerca
parecía la ventaja ucraniana, una gran jugada colectiva de la Juve
originó el primer gol del partido, que no debería haber subido al
marcador porque cuando Lichtsteiner recibió de Vucinic estaba en fuera
de juego; después su centro raso entró entre Giovinco y Kucher. Justo
tras marcar, la Juve bajó el pistón y denotó una falta de fondo físico
preocupante. Encerrada en campo propio, pocas veces conseguía volver a
salir a la contra. Aun así, el Shakhtar no conseguía perforar la
portería de Buffon aunque tenía el balón. Se estaba quedando segundo de
grupo en casa cuando lo tenía casi hecho.
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