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Uno de los problemas que más se pueden acrecentar una vez la
diferencia con los perseguidores es amplia, es la conformidad, una
bajada de tensión que provoque la pérdida de la presión competitiva que
necesita un equipo del nivel de la Juventus para poder sacar adelante
sus compromisos ligueros. Los bianconeri tenían por primera vez
esta temporada una ventaja de siete puntos con el segundo clasificado,
el Inter, y la comodidad que da ese colchón puede que haya mermado la
eficacia juventina, que ya habitualmente no es alta.
Eso sí, la superioridad que ha demostrado la Juve durante todo el
partido ha sido hasta abusiva. El planteamiento de Pulga ha sido
enormemente más serio y planificado que el de hace poco más de una
semana, en la Coppa Italia, cuando su equipo no plantó ningún tipo de
resistencia a una Juventus que ganó con lo mínimo. Hoy la capolista
se ha tenido que exprimir al máximo para ganar remontando en los
últimos minutos el tanto inicial de Pinilla desde los once metros. Ese
penalti fue concedido por el árbitro Antonio Damato ante la incredulidad
de Arturo Vidal, que tocó a su compatriota mínimamente, rodilla con
rodilla, lo suficiente para que Pinilla se dejara caer y el director de
la contienda señalara los once metros.
Antes de eso y sobre todo después, la Juve tuvo el balón y las
ocasiones, más lo primero que lo segundo, ciertamente. Además de por
acumulación, el Cagliari defendía con mucho criterio, tapando con
efectividad los carriles a la Juventus, zona fundamental para romper
defensas. También tenía absolutamente escondidos tanto a Giovinco como a
Quagliarella, cuya participación fue muy escasa. Las subidas de Asamoah
y las incorporaciones desde atrás de Marchisio eran las opciones más
factibles de la Juve para crear superioridad y espacios, aunque por ahí
siempre aparecía Nainggolan para tapar.
Pero no fue hasta la entrada de Matri y Vucinic cuando el líder del calcio
comenzó a agobiar a Agazzi. El portero sardo hizo todo lo que pudo para
evitar la derrota de su club con algunas paradas que se lucirán en los highlights del
fin de semana, sin duda alguna, como la mano que sacó a un remate de
cabeza de Asamoah a bocajarro. Conte sacó del campo a Cáceres,
Quagliarella y Lichtsteiner para meter a sus dos delanteros y, como
suele pasar, acertó de pleno. Primero fue Matri el que hizo olvidar
pronto el error en el penalti que falló Vidal aprovechando un rechace de
un tiro de Vucinic.
Y ya en el añadido, en esos seis minutos que decretó Damato que debían jugarse de más, Matri puso por delante a la Vecchia Signora,
aprovechando que un despeje del Cagliari rebotó en Vidal y le hizo
quedarse solo ante Agazzi. Después, con el Cagliari entregado y agotado,
Vucinic remató a la red una buena contra de Giovinco. La Juventus se
queda a diez del Inter a la espera del partido que mañana al medio día
jugarán los nerazzurri contra el Genoa. El trabajo de Conte en este 2012 con la Juventus queda finiquitado de maravilla.
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