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Wigan y Arsenal disputaban el primer encuentro de la decimoctava
jornada de la Premier League en el DW Stadium. Los de Arsène Wenger
querían sumar una victoria que les permitiera colarse en los puestos de
Champions League de la clasificación, mientras que locales querían
cortar la mala racha que venían arrastrando.
Los ‘gunners’ tenían una oportunidad de oro, pues una victoria les
hacia ponerse momentáneamente por delante de Tottenham y Chelsea. Para
derrotar al Wigan, Wenger dispuso de un once sin ninguna variación
destacable conforme a los anteriores partidos: Szczesny, Sagna,
Mertesacker, Vermaelen, Gibbs, Arteta, Wilshere, Oxlade-Chamberlain,
Cazorla, Podolski y Walcott.
Por su parte, el equipo entrenado por Roberto Martínez, que llevaba
cuatro partidos consecutivos sin ganar y llegaba en puestos de descenso,
salía con este once: Al Habsi, Kone, McCarthy, Jones, Di Santo,
Maloney, McArthur, Boyce, Beausejour, Stam y Figueroa.
El Arsenal empezó el encuentro creando ocasiones. En el minuto 8,
Oxlade-Chamberlain puso a prueba a Al-Habsi con un potente disparo desde
dentro del área, pero el guardameta despejó el disparo del inglés. Y
minutos más tarde, el portero volvería a intervenir para desbaratar una
ocasión de Podolski.
El Wigan también dispondría de oportunidades en la primera mitad. De
hecho, la más clara del partido la tuvo Koné en el minuto 25, cuando se
quedo solo ante Szczesny pero el delantero disparó fatal y desaprovechó
la ocasión.
En la primera mitad vimos un partido bronco y muy trabado, con muy
poco fútbol. Apenas hubo ocasiones y los parones a causa de entradas
duras fueron constantes. Así se llegó al descanso, con ningún
protagonista destacado y con 0-0 en el marcador.
La segunda mitad empezó con una gran ocasión para el Arsenal en las
botas de Walcott. Oxlade-Chamberlain desbordó por banda derecha y puso
un centro al punto de penalti que remató el ‘14’ gunner, pero Al-Habsi
puso una mano prodigiosa para desviar el balón.
El Arsenal se fue haciendo con el control del encuentro, y en el
minuto 59 llegaría la oportunidad para adelantarse en el marcador.
Walcott fue trastabillado dentro del área por Beausejour y el colegiado
pitó penalti. Arteta tomó la responsabilidad y no falló, engañó a
Al-Habsi y puso el 0-1 en el luminoso.
Tras el gol, el Wigan fue hacia arriba y puso en aprietos en varias
ocasiones a Szczesny, que estuvo muy acertado con grandes intervenciones
y evitando el empate de los locales.
Al Arsenal le tocó sufrir en los últimos minutos, pero finalmente el
gol de Arteta fue suficiente para llevarse los tres puntos del DW
Stadium. De esta manera, los ‘gunners’ se colocan provisionalmente
terceros en la clasificación gracias a esta valiosa y sufrida victoria.
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