La jornada trigésimo séptima de la Premier League nos dejaba un partido dramático en el Emirates Stadium entre el Arsenal y el Wigan Athletic. A dos partidos para el final de la temporada, ambos equipos necesitaban dos victorias para cumplir sus objetivos. Los ‘gunners’ tenían que ganar este encuentro para tener en su mano la clasificación a la próxima Champions League, si no ganaban, deberían esperar a que el Tottenham no hiciera lo propio en casa la última jornada. Por su parte, los ‘latics’, después del sueño de conquistar la FA Cup sólo tres días atrás ante el Manchester City, volvía a la realidad de la liga. El equipo de Roberto Martínez necesitaba ganar los dos encuentros que tenía por delante para mantenerse en la Premier League, cualquier cosa que no fueran dos victorias significaría el descenso a segunda división del conjunto inglés.
El partido empezó de cara para el Arsenal. Sólo 11 minutos tardó Podolski en adelantar a los ‘gunners’ en el marcador. Un saque de esquina lanzado por Cazorla lo cabeceó el alemán tras un desconcierto en la defensa del Wigan para enviar el balón al fondo de la red y poner el 1-0 en el marcador. El encuentro se le ponía cuesta arriba al equipo de Roberto Martínez, y demasiado rápido, aunque la fe es lo último que se pierde, y más un equipo que acababa de ganarle un título a un gigante con más de 400 millones de presupuesto. Parecía que los visitantes no tendrían nada que hacer, pero esa fe y esa esperanza que caracteriza a los ‘latics’ hicieron que consiguieran el empate en el último minuto de la primera mitad. Maloney forzó una falta que él mismo se encargó de transformar de manera fantástica con un golpeo que pareció a los de Cristiano Ronaldo. Se llegaba así al descanso, con todo por decidir.
En la segunda mitad, el Wigan salió esperanzado y a la búsqueda del segundo gol, y a punto estuvo de conseguirlo nada más empezar. Tras una gran jugada combinativa Koné encaró a Szczesny, pero el guardameta polaco realizó una intervención de mucho mérito para evitar el tanto del marfileño. Minutos más tarde, se le anuló justamente un gol a McCarthy y Walcott tuvo una clarísima oportunidad. La segunda mitad empezó con muchísimo más ritmo de lo que tuvo la primera. El equipo de Arsene Wenger no tuvo respuesta a la salida en tromba de los visitantes, que por momentos merecieron otro gol.
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