El Real Madrid firma su séptima victoria
consecutiva después de dar buena cuenta de un Mallorca muy serio y
brioso que puso en muchas dificultades a los blancos en el Santiago
Bernabéu. Hasta en dos ocasiones tuvieron que remontar los merengues
después de una primera mitad gris donde los goles de Nsue y Alfaro
mandaban en el electrónico. En el descanso, Mourinho movió sus piezas
dando entrada a Ozil y Benzema, y bastaron diez minutos para marcar tres
goles que desnivelarían definitivamente una balanza que hasta el
momento había estado equilibrada. Marcaría Ronaldo, también Modric, e
Higuaín por partida doble, más Benzema en el descuento. Las tres
primeras caras, junto con la de Ozil, fueron las de una goleada final
más que aseada cuando por momentos no lo pareció en absoluto.
Y
eso que llegaba el Real Madrid con una cadencia ganadora que le situaba
cerca del doblete. Sin embargo, la primera parte en el Santiago
Bernabéu fue más propia de la Liga, que de la Copa y la Champions. El
Mallorca, que llegaba también de ganar dos partidos consecutivos, sí que
se mantuvo fiel a su racha no obstante. Es más, pareció hacer de equipo
grande, tirando de una tremenda pegada que le llevó a marcharse al
descanso con un 1-2, y con la sensación de que podía romper la hoy
aparentemente frágil defensa merengue cada vez que pisaba el campo
contrario mientras en el Madrid sudaban tinta para alcanzar el área
rival. No parece coincidencia que Pepe fuera el mediocentro en ese
tiempo.
Así las cosas, el marcador al descanso fue fiel reflejo
del espíritu de unos y otros. A los seis minutos, Nsue ya había
perforado la meta local después de un buen centro de Gio y tres
inoperantes acciones encadenadas de Arbeloa, Coentrao y un Diego López
que más que estirarse se dejó caer al suelo. Empataría Higuaín al cuarto
de hora, remachando a puerta vacía una dejada de Pepe dentro del área
tras una muy buena jugada de Modric, el mejor en los blancos. Sin
embargo, Alfaro volvería a poner en ventaja a los bermellones poco
después al saque de un córner que previamente había desviado Bigas. El
balón parado volvía a condenar a los blancos… por décimo quinta vez este
curso, nada más y nada menos.
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consecutiva después de dar buena cuenta de un Mallorca muy serio y
brioso que puso en muchas dificultades a los blancos en el Santiago
Bernabéu. Hasta en dos ocasiones tuvieron que remontar los merengues
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mandaban en el electrónico. En el descanso, Mourinho movió sus piezas
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goles que desnivelarían definitivamente una balanza que hasta el
momento había estado equilibrada. Marcaría Ronaldo, también Modric, e
Higuaín por partida doble, más Benzema en el descuento. Las tres
primeras caras, junto con la de Ozil, fueron las de una goleada final
más que aseada cuando por momentos no lo pareció en absoluto.
Y
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cerca del doblete. Sin embargo, la primera parte en el Santiago
Bernabéu fue más propia de la Liga, que de la Copa y la Champions. El
Mallorca, que llegaba también de ganar dos partidos consecutivos, sí que
se mantuvo fiel a su racha no obstante. Es más, pareció hacer de equipo
grande, tirando de una tremenda pegada que le llevó a marcharse al
descanso con un 1-2, y con la sensación de que podía romper la hoy
aparentemente frágil defensa merengue cada vez que pisaba el campo
contrario mientras en el Madrid sudaban tinta para alcanzar el área
rival. No parece coincidencia que Pepe fuera el mediocentro en ese
tiempo.
Así las cosas, el marcador al descanso fue fiel reflejo
del espíritu de unos y otros. A los seis minutos, Nsue ya había
perforado la meta local después de un buen centro de Gio y tres
inoperantes acciones encadenadas de Arbeloa, Coentrao y un Diego López
que más que estirarse se dejó caer al suelo. Empataría Higuaín al cuarto
de hora, remachando a puerta vacía una dejada de Pepe dentro del área
tras una muy buena jugada de Modric, el mejor en los blancos. Sin
embargo, Alfaro volvería a poner en ventaja a los bermellones poco
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