El decálogo de las remontadas tiene dos normas fundamentales: tener una atmósfera sensacional en las gradas y anotar en el primer cuarto de hora. El ambiente lo puso el público que asistió al flamante nuevo Juventus Stadium, cumpliendo con su papel, el gol llegó en el segundo tiempo pero en el lado del rival, en el de un Bayern dominante que no se cansa de ganar partidos en una portentosa temporada.
Los turineses salieron tan impetuosos como se exigía y preveía ante un conjunto bávaro que tras cinco minutos dubitativos recuperó su personalidad para asentarse en el campo y frenar la efusividad 'bianconera'. Las oportunidades más destacadas del primer tiempo estuvieron en las botas de Pirlo, con un potente lanzamiento de falta desde la frontal del área repelido por Neuer, y en el golpeo de David Alaba, ofreciendo la réplica en el equipo germano para cerrar 45 minutos de juego competido pero que carecía de grandes ocasiones, aunque las mejores sensaciones en ataque las ofrecían los hombres de rojo.
El descanso aceleró el guión con una Juventus cada vez más desconectada, huérfana del mando de Pirlo, y un Bayern que cada minuto ofrecía más seguridad en sus acciones, con la intención de cerrar la eliminatoria con un golpe en la mesa. Una opción que tuvo Robben cuando su disparo rebotaba en el palo del marco de Buffon. Las semifinales estaban más cerca de Múnich que de Turín.
Una distancia que se acortó cuando un libre directo botado por Schweinsteiger era rematado por Javi Martínez y desviado por Buffon, el despeje del guardameta italiano encontraba la cabeza de Mandzukic para anotar y confirmar la autoridad germana en esta lucha de gigantes que se han dado cita en los cuartos de final. Con el marcador a favor y la clasificación garantizada, los alemanes se dedicaron a contener y enfriar el partido frente a una moribunda 'Vecchia Signora' que se sostenía por el orgullo y el peso del escudo pero al que caía un segundo tanto por mediación de un auténtico cazador de balones en el área, el peruano Pizarro.
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Una distancia que se acortó cuando un libre directo botado por Schweinsteiger era rematado por Javi Martínez y desviado por Buffon, el despeje del guardameta italiano encontraba la cabeza de Mandzukic para anotar y confirmar la autoridad germana en esta lucha de gigantes que se han dado cita en los cuartos de final. Con el marcador a favor y la clasificación garantizada, los alemanes se dedicaron a contener y enfriar el partido frente a una moribunda 'Vecchia Signora' que se sostenía por el orgullo y el peso del escudo pero al que caía un segundo tanto por mediación de un auténtico cazador de balones en el área, el peruano Pizarro.
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