Igual que en Dortmund, pero con final feliz. Así fue el partido de este sábado noche en La Rosaleda, donde el Málaga, muy superior durante los 90 minutos a Osasuna, consiguió una importantísima victoria en el último suspiro de un partido que parecía terminar injustamente en empate.
Comenzó el partido con un Málaga enrabietado queriendo devolverle al público, en forma de goles, todo el apoyo recibido estos últimos días. Así, consiguió ser el conjunto blanquiazul muy superior a Osasuna en los primeros 20 minutos del encuentro y dispuso de buenas ocasiones en las botas de Joaquín, Baptista y Saviola para ponerse por delante en el marcador.
Pasados los primeros 20 fulgurantes minutos del conjunto local, se fue relajando poco a poco el ritmo del partido. Empezó Osasuna a encontrarse por fin sobre el campo, a estar algo más cómodo y a tener posesiones algo más extensas, aunque sin conseguir dominar el balón ni crear excesivo peligro.
Sobre la media hora de juego llegó la mejor ocasión del partido en la primera parte, en un error en la salida de balón de la defensa navarra, que aprovechó Iturra para dejar sólo a Saviola ante Andrés, pero el argentino estrelló el balón en la madera cuando lo tenía todo a favor. Intentó reaccionar después Osasuna y tuvo incluso un par de oportunidades con Cejudo y Armenteros como protagonistas, pero sus disparos no encontraron la red de la portería de Caballero.
En una tónica muy parecida siguió el encuentro en la reanudación, con un Málaga muy dominador que consiguió crear muchas ocasiones de peligro en los primeros minutos. Prácticamente fue un asedio blanquiazul sobre la portería de un Andrés Fernández espectacular.
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