El Real Madrid da un nuevo paso en firme en la Liga antes de afrontar las semifinales de la Champions League, esta vez a costa de un Betis que, al menos en el Bernabéu, no pareció tener el pedigrí europeo. Demostró talento y tuvo sus oportunidades de ganar, sobre todo al final del encuentro, sin embargo le faltó genio para combatirle la victoria a un Madrid que encontró todo un botín en los dos goles de Ozil y Benzema, ambos en un lapso de apenas diez minutos, descanso mediante. Únicamente Ronaldo demostró también un nivel top en los blancos, que aun así se embolsaron unos tres puntos baratos, dado el nivel global de un encuentro que parecía de campanillas y no lo fue tanto.
Dispuso José Mourinho un once plagado de jugadores de los menos habituales ante el Betis, con el contratiempo de la lesión de Marcelo al cuarto de hora además, y el caso es que por momentos se echó de menos más dinamita sobre el césped. Merengues y béticos dibujaron una primera parte de mucho toque, mucho control, con buenas intenciones y destellos de calidad, incluso con ocasiones… pero sin chispa, sin vértigo alguno. Quizás viciado por la escasa relevancia para la clasificación, también seguro por las lentas transiciones, el público no terminaba de levantarse, aun viendo cómo se pisaban ambas áreas. Como en un combate que se sabe amañado.
Y eso que, sólo hasta el descanso, hubo hasta seis ocasiones que bien merecieron el gol. De un lado, Diego López detuvo un cabezazo a bocajarro de Pabón que terminó en gol anulado por fuera de juego, Rubén Castro cabeceó alto cuando estaba solo en el área pequeña, y Pabón llegaría a rematar al larguero incluso. Mientras que en la portería bética, Ronaldo no encontró el gol por poco. O mejor dicho, porque Adrián le despejó un cabezazo en un córner, luego evitó un mano a mano tras un errático control del ‘7’, y en última instancia fue el palo derecho el que repelió un tiro potente desde fuera del área, evitando así el gol local.
Fue cuando ya el asistente marcaba el tiempo añadido cuando se rompió la igualdad a nada en el marcador. Era la única vez que la defensa visitante tiraba mal el fuera de juego, pero al Real Madrid no le puedes dar más cancha siquiera. Benzema y Ozil rompieron la última línea bética en pared, y el germano, hasta entonces difuminado, batió a Adrián en el mano a mano. Un gol que sirvió de antesala para la dispersión total de un Betis hasta ese momento muy serio. Y es que a los diez minutos de la reanudación, Benzema marcaría el 2-0 que era la puntilla al partido. Ozil guió un contraataque desde prácticamente su área, y entre el germano y Ronaldo la llevaron a la contraria, donde esperaba el ‘9’ merengue para batir a Adrián por el palo corto, sin oposición alguna de una zaga que pareció desconectar de sólo imaginar la embestida que le esperaba.
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Dispuso José Mourinho un once plagado de jugadores de los menos habituales ante el Betis, con el contratiempo de la lesión de Marcelo al cuarto de hora además, y el caso es que por momentos se echó de menos más dinamita sobre el césped. Merengues y béticos dibujaron una primera parte de mucho toque, mucho control, con buenas intenciones y destellos de calidad, incluso con ocasiones… pero sin chispa, sin vértigo alguno. Quizás viciado por la escasa relevancia para la clasificación, también seguro por las lentas transiciones, el público no terminaba de levantarse, aun viendo cómo se pisaban ambas áreas. Como en un combate que se sabe amañado.
Y eso que, sólo hasta el descanso, hubo hasta seis ocasiones que bien merecieron el gol. De un lado, Diego López detuvo un cabezazo a bocajarro de Pabón que terminó en gol anulado por fuera de juego, Rubén Castro cabeceó alto cuando estaba solo en el área pequeña, y Pabón llegaría a rematar al larguero incluso. Mientras que en la portería bética, Ronaldo no encontró el gol por poco. O mejor dicho, porque Adrián le despejó un cabezazo en un córner, luego evitó un mano a mano tras un errático control del ‘7’, y en última instancia fue el palo derecho el que repelió un tiro potente desde fuera del área, evitando así el gol local.
Fue cuando ya el asistente marcaba el tiempo añadido cuando se rompió la igualdad a nada en el marcador. Era la única vez que la defensa visitante tiraba mal el fuera de juego, pero al Real Madrid no le puedes dar más cancha siquiera. Benzema y Ozil rompieron la última línea bética en pared, y el germano, hasta entonces difuminado, batió a Adrián en el mano a mano. Un gol que sirvió de antesala para la dispersión total de un Betis hasta ese momento muy serio. Y es que a los diez minutos de la reanudación, Benzema marcaría el 2-0 que era la puntilla al partido. Ozil guió un contraataque desde prácticamente su área, y entre el germano y Ronaldo la llevaron a la contraria, donde esperaba el ‘9’ merengue para batir a Adrián por el palo corto, sin oposición alguna de una zaga que pareció desconectar de sólo imaginar la embestida que le esperaba.
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