Jupp Heynckes no planteó excesivos cambios en la visita del Bayern Múnich al AWD-Arena, a pesar de la cercanía del enfrentamiento de Champions con el Barcelona y la reciente consecución de un nuevo título de liga, vigesimotercero, para el gigante de Baviera. Con este triunfo, los bávaros superan otra marca -26 victorias en una temporada- e igualan el mejor registro de puntuación de la Bundesliga ante un Hannover 96 que apenas mostró oposición y que cae por tercera vez en casa en las dos últimas campañas.
La intensidad de los muniqueses demostró ser inagotable desde el arranque cuando Ribéry avisaba con una volea que tropezaba en el larguero. El Bayern tenía hambre por devorar otro de los récord pendientes: el del campeón con mayor puntuación -conseguido por el Borussia Dortmund el pasado año-. Números que adquirían forma con el autogol de Stindl, cuarto de hora de partido, al intentar tapar la primera internada de Alaba. La suerte sonreía a los campeones para acto seguido dar la espalda con otro chut repelido por la madera, esta a vez a disparo de Pizarro.
Otro nuevo error de la vulnerable zaga de los locales permitía al peruano asistir a Ribéry para batir por bajo a Zieler. El rodillo amasaba otra víctima, en apenas 24 minutos, jugando con criterio pero sin excederse, con una marcha cómoda que se iba relajando para ceder algo de protagonismo al conjunto del '96'. Una osadía castigada por Mario Gómez quien se filtraba entre los centrales para anotar la novena diana del 'matador' en el torneo doméstico.
Los 'rojos' de Hannover tiraron de orgullo y del empuje proporcionado por la entrada al campo del marfileño Ya Konan en los primeros compases del segundo tiempo. Una efusividad cortada de nuevo por Mario Gómez que repetía como goleador para finalizar la subida del central Boateng por el lado derecho, demostrando la versatilidad y confianza en el seno de la plantilla bávara.
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La intensidad de los muniqueses demostró ser inagotable desde el arranque cuando Ribéry avisaba con una volea que tropezaba en el larguero. El Bayern tenía hambre por devorar otro de los récord pendientes: el del campeón con mayor puntuación -conseguido por el Borussia Dortmund el pasado año-. Números que adquirían forma con el autogol de Stindl, cuarto de hora de partido, al intentar tapar la primera internada de Alaba. La suerte sonreía a los campeones para acto seguido dar la espalda con otro chut repelido por la madera, esta a vez a disparo de Pizarro.
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