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El vestuario del Levante está hecho unos zorros, con graves acusaciones veladas y sin velar, silencios sospechosos y un ambiente realmente enrarecido. Fruto de ello son tres derrotas consecutivas y que el aspecto meramente deportivo haya pasado a un segundo plano. El Mallorca no tiene otra salida que ganar si quieren continuar con la escasa esperanza de afrontar su decimoséptima temporada consecutiva en la Primera División.
De los últimos 4 enfrentamientos disputados en la capital balear, los de Gregorio Manzano han logrado 4 victorias y fue hace cinco visitas cuando los blaugranas consiguieron su única victoria en Palma cuando ambos han militado en la máxima categoría del fútbol español.
Para hacer bueno aquello de que no hay quinto malo, el míster jienense vuelve a encontrarse con serias dificultades a modo de lesiones, ya que a las ya conocidas bajas de Álvaro Giménez, João Victor y Emilio NSue, se unen ahora las de Antonio López y Pedro Bigas, dos defensas que debilitan la de ya por sí blanda zaga barralet. Sólo en este sentido, muchos menos problemas se encontrará Juan Ignacio Martínez, quien sólo cuenta con la duda de Rubén García pero que podría revolucionar la alineación inicial para dar entrada a los que sólo se centren en temas deportivos y tratar así de evitar que el equipo entre en una total relajación propia de los conjuntos que a final de temporada que nadan en tierra de nadie, a no ser que haya otros intereses más o menos ocultos.
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