La afición celebró con fuegos artificiales el triunfo y los dieciséis
años seguidos en Primera división, en una gran fiesta bermellona en la
que participaron el cuerpo técnico y los jugadores.
El Levante pagó caro el único error que cometió en todo el
partido, y aunque buscó el empate hasta el final, tuvo que claudicar
ante un rival que cerró con broche de oro el curso futbolístico.
Pero el partido no había empezado con buenas sensaciones para
los baleares. El ambiente festivo y de jolgorio que se respiraba en Son
Moix por los dieciséis años consecutivos en Primera confundió, de
entrada, a los jugadores del Mallorca, lentos e imprecisos en los
primeros minutos.
Fuera del partido
Al equipo de Joaquín
Caparrós le cuesta un mundo entrar en juego y así ha ocurrido toda la
temporada, salvo excepciones en partidos determinados.
El técnico había solicitado a los aficionados que llenaran el
campo para derrotar al Levante y éstos cumplieron. Ahora, para vivir una
noche mágica ante el Levante, debían responder los futbolistas en el
terreno de juego.
El conjunto levantino, sin Arouna Koné, su goleador por
excelencia, oficialmente con una sobrecarga en la rodilla derecha, no lo
puso fácil.
Se plantó con orden y disciplina, defendió muy bien y
contragolpeó con peligro. No le hacían daño Pereira ni Castro en las
bandas y controlaba todo lo que ocurría en la zona ancha.
En el minuto 14, Botelho remató a puerta vacía, pero su disparo
se estrelló en Nsue. En el 26, Valdo picó la pelota ante la salida
desesperada de Aouate y se le fue alto por muy poco.
Dos avisos muy serios que demostraban que el conjunto granota
tenía todos los sentidos puestos en no dejarse arrebatar la plaza de la
Europa Liga y mantener intacta su condición de equipo revelación del
curso futbolístico.
El Mallorca tenía muchos problemas para superar las líneas
visitantes. Víctor (min. 22) tuvo la mejor ocasión con un disparo alto,
sin embargo, la mejor ocasión de los baleares la tuvo Alejandro Alfaro
(min. 35), con un toque a bocajarro que repelió Munúa al córner de forma
milagrosa con su pierna izquierda.
Fue el preámbulo de lo que iba a ocurrir en el inicio de la
segunda parte, donde el Mallorca, con el israelí Tomer Hemed en el sitio
de Alejandro Alfaro, se fue arriba con decisión.
El centrocampista manchego del Mallorca Tomás Pina marcaba su
primer gol en Primera (min. 54) con un disparo que antes de batir a
Munúa rebotó en un defensor granota.
El Mallorca mantenía muy vivo su sueño europeo y con ese gol, de
manera momentánea, le arrebataba la quinta plaza a un Levante que
reaccionó de manera fulminante.
El equipo de Juan Ignacio Martínez peleó por el empate hasta el
final, pero enfrente tuvo a un rival que no le dejó ningún resquicio y
cada vez más convencido de sus opciones europeas.
Un gol del centrocampista manchego Tomás Pina en la segunda parte deja
al Mallorca a las puertas de Europa tras ganar por 1-0 al Levante, un
cuarto triunfo consecutivo que sitúa a los mallorquinistas sextos en la
tabla, empatados con los granotas.
años seguidos en Primera división, en una gran fiesta bermellona en la
que participaron el cuerpo técnico y los jugadores.
El Levante pagó caro el único error que cometió en todo el
partido, y aunque buscó el empate hasta el final, tuvo que claudicar
ante un rival que cerró con broche de oro el curso futbolístico.
Pero el partido no había empezado con buenas sensaciones para
los baleares. El ambiente festivo y de jolgorio que se respiraba en Son
Moix por los dieciséis años consecutivos en Primera confundió, de
entrada, a los jugadores del Mallorca, lentos e imprecisos en los
primeros minutos.
Fuera del partido
Al equipo de Joaquín
Caparrós le cuesta un mundo entrar en juego y así ha ocurrido toda la
temporada, salvo excepciones en partidos determinados.
El técnico había solicitado a los aficionados que llenaran el
campo para derrotar al Levante y éstos cumplieron. Ahora, para vivir una
noche mágica ante el Levante, debían responder los futbolistas en el
terreno de juego.
El conjunto levantino, sin Arouna Koné, su goleador por
excelencia, oficialmente con una sobrecarga en la rodilla derecha, no lo
puso fácil.
Se plantó con orden y disciplina, defendió muy bien y
contragolpeó con peligro. No le hacían daño Pereira ni Castro en las
bandas y controlaba todo lo que ocurría en la zona ancha.
En el minuto 14, Botelho remató a puerta vacía, pero su disparo
se estrelló en Nsue. En el 26, Valdo picó la pelota ante la salida
desesperada de Aouate y se le fue alto por muy poco.
Dos avisos muy serios que demostraban que el conjunto granota
tenía todos los sentidos puestos en no dejarse arrebatar la plaza de la
Europa Liga y mantener intacta su condición de equipo revelación del
curso futbolístico.
El Mallorca tenía muchos problemas para superar las líneas
visitantes. Víctor (min. 22) tuvo la mejor ocasión con un disparo alto,
sin embargo, la mejor ocasión de los baleares la tuvo Alejandro Alfaro
(min. 35), con un toque a bocajarro que repelió Munúa al córner de forma
milagrosa con su pierna izquierda.
Fue el preámbulo de lo que iba a ocurrir en el inicio de la
segunda parte, donde el Mallorca, con el israelí Tomer Hemed en el sitio
de Alejandro Alfaro, se fue arriba con decisión.
El centrocampista manchego del Mallorca Tomás Pina marcaba su
primer gol en Primera (min. 54) con un disparo que antes de batir a
Munúa rebotó en un defensor granota.
El Mallorca mantenía muy vivo su sueño europeo y con ese gol, de
manera momentánea, le arrebataba la quinta plaza a un Levante que
reaccionó de manera fulminante.
El equipo de Juan Ignacio Martínez peleó por el empate hasta el
final, pero enfrente tuvo a un rival que no le dejó ningún resquicio y
cada vez más convencido de sus opciones europeas.
Un gol del centrocampista manchego Tomás Pina en la segunda parte deja
al Mallorca a las puertas de Europa tras ganar por 1-0 al Levante, un
cuarto triunfo consecutivo que sitúa a los mallorquinistas sextos en la
tabla, empatados con los granotas.