El Bayern de Múnich logró proclamarse campeón de la Champions League 2012/13 gracias a su victoria ante el Borussia Dortmund. Los bávaros, gracias a un gol en los últimos instantes de Arjen Robben, lograron tocar la gloria y siguen soñando con un triplete que cada vez parece más cerca.
Por primera vez en la historia, dos equipos alemanes se citaron en Wembley para dilucidar qué equipo era merecedor de convertirse en el nuevo rey de Europa, recogiendo el testigo del Chelsea.
La estrategia por parte de ambos conjuntos para alcanzar la gloria en Londres fue clara desde el primer minuto: el Bayern apostó por explotar el talento individual de sus hombres a través de construir jugadas más elaboradas gracias a la posesión, mientras que Jürgen Klopp tiraba de pragmática buscando ese juego directo y dinámico que se ha convertido en santo y seña de este Dortmund.
Los "Schwarzgelben" fueron los encargados de protagonizar las primeras aproximaciones a la portería bávara. Blaszczykowski, Reus, Bender y Lewandowski probaron a Neuer en cuatro intervenciones complicadas, pero el guardameta solventó perfectamente los problemas para el combinado de Jupp Heynckes.
El Borussia Dortmund llegaba con más peligro que su rival, pero Mario Mandzukic y Javi Martínez, en menos de dos minutos, demostraron que el Bayern no era un convidado de piedra con sendos testarazos que se marcharon a milímetros de la portería. Los de Múnich resucitaban y lo hacían con peligro...
Por su parte, Weidenfeller fue decisivo en la recta final de la primera parte al ganarle claramente la partida a Arjen Robben. El holandés disfrutó primero de un mano a mano que estrelló contra el muñeco y más tarde se encontró con una pelota muerta en el área que tampoco pudo mandar al fondo de las mallas antes de llegar al descanso. Los viejos fantasmas hacían acto de presencia para el ex-centrocampista del Real Madrid...
En la segunda mitad, la presión asfixiante por parte del Borussia Dortmund volvió a ser la protagonista del duelo. Los de Klopp estaban dispuestos a vaciar el depósito de gasolina buscando adelantarse en el marcador. Sin embargo, la jugada no les salió bien. Recién cumplida la hora de partido, una gran jugada entre Ribéry y Robben en la banda izquierda fue suficiente para romper la zaga rival y dejar el cuero en bandeja a Mandzukic, que solo tuvo que empujar al fondo de las mallas para inaugurar el luminoso.
Sin embargo, el Dortmund no había llegado a la gran final por casualidad. Los de Westfalia, que ya demostraron tener varias vidas en su duelo ante el Málaga y ante el Real Madrid, aprovechó un evidente penalti por parte de Dante sobre Marco Reus para que Gundogan, desde los once metros, nivelase la contienda.
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Los "Schwarzgelben" fueron los encargados de protagonizar las primeras aproximaciones a la portería bávara. Blaszczykowski, Reus, Bender y Lewandowski probaron a Neuer en cuatro intervenciones complicadas, pero el guardameta solventó perfectamente los problemas para el combinado de Jupp Heynckes.
El Borussia Dortmund llegaba con más peligro que su rival, pero Mario Mandzukic y Javi Martínez, en menos de dos minutos, demostraron que el Bayern no era un convidado de piedra con sendos testarazos que se marcharon a milímetros de la portería. Los de Múnich resucitaban y lo hacían con peligro...
Por su parte, Weidenfeller fue decisivo en la recta final de la primera parte al ganarle claramente la partida a Arjen Robben. El holandés disfrutó primero de un mano a mano que estrelló contra el muñeco y más tarde se encontró con una pelota muerta en el área que tampoco pudo mandar al fondo de las mallas antes de llegar al descanso. Los viejos fantasmas hacían acto de presencia para el ex-centrocampista del Real Madrid...
En la segunda mitad, la presión asfixiante por parte del Borussia Dortmund volvió a ser la protagonista del duelo. Los de Klopp estaban dispuestos a vaciar el depósito de gasolina buscando adelantarse en el marcador. Sin embargo, la jugada no les salió bien. Recién cumplida la hora de partido, una gran jugada entre Ribéry y Robben en la banda izquierda fue suficiente para romper la zaga rival y dejar el cuero en bandeja a Mandzukic, que solo tuvo que empujar al fondo de las mallas para inaugurar el luminoso.
Sin embargo, el Dortmund no había llegado a la gran final por casualidad. Los de Westfalia, que ya demostraron tener varias vidas en su duelo ante el Málaga y ante el Real Madrid, aprovechó un evidente penalti por parte de Dante sobre Marco Reus para que Gundogan, desde los once metros, nivelase la contienda.
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