Te echo de menos.
Así es, Andrés, llegados a este punto álgido de los Playoffs de la NBA y a pocos meses para que se dispute el mundial de baloncesto, la pena por no escucharte narrar ni ésos, ni ningún otro acontecimiento deportivo, dista mucho de remitir.
Fue el 16 de Octubre de 2009 cuando un escalofrío recorrió el cuerpo de todos los aficionados al baloncesto, algo que nadie esperaba, sucedía y nos dejaba con una sensación en la que se mezclaba la incredulidad con la rabia y aparecía la desazón, porque no volveríamos a escuchar tu voz.
Por aquí todo sigue más o menos igual, tu Atleti, a trancas y barrancas, ha llegado a dos finales con posibilidades reales de ganarlas, el periodismo deportivo sigue enzarzado en guerras personales con sus respectivas filias y fobias que tú bien conoces, tu gran amigo Daimiel te sigue siendo “fiel” y en estos meses ha sacado la cara por ti más de una vez… pero hay algo que sí ha cambiado Andrés, tú ya no estás, no estás y a alguno puede parecerle una tontería ¿cómo se puede estar triste por alguien a quien no conoces y que seguramente no hubieras conocido nunca? Pues sí, por extraño que pueda parecer, cuando veo un partido por la televisión no puedo evitar acordarme de ti ¿qué diría Montes en este momento? me pregunto a veces.
Quizás sea porque sé que no vas a volver a confundir a Avery Johnson con David Robinson; puede que la razón sea que no voy a tener la posibilidad de oírte despellejar a Artest con Daimiel haga el partido que haga; a lo mejor lo que me gustaría no es verte comentar baloncesto sino una conversación con Antoni en la que hablárais del bogavante, de las bodas y de aquel ruinoso restaurante italiano de Detroit.
Aunque pensándolo bien creo que ya sé cuál es la razón por la que te echaré de menos.
Así es, Andrés, llegados a este punto álgido de los Playoffs de la NBA y a pocos meses para que se dispute el mundial de baloncesto, la pena por no escucharte narrar ni ésos, ni ningún otro acontecimiento deportivo, dista mucho de remitir.
Fue el 16 de Octubre de 2009 cuando un escalofrío recorrió el cuerpo de todos los aficionados al baloncesto, algo que nadie esperaba, sucedía y nos dejaba con una sensación en la que se mezclaba la incredulidad con la rabia y aparecía la desazón, porque no volveríamos a escuchar tu voz.
Por aquí todo sigue más o menos igual, tu Atleti, a trancas y barrancas, ha llegado a dos finales con posibilidades reales de ganarlas, el periodismo deportivo sigue enzarzado en guerras personales con sus respectivas filias y fobias que tú bien conoces, tu gran amigo Daimiel te sigue siendo “fiel” y en estos meses ha sacado la cara por ti más de una vez… pero hay algo que sí ha cambiado Andrés, tú ya no estás, no estás y a alguno puede parecerle una tontería ¿cómo se puede estar triste por alguien a quien no conoces y que seguramente no hubieras conocido nunca? Pues sí, por extraño que pueda parecer, cuando veo un partido por la televisión no puedo evitar acordarme de ti ¿qué diría Montes en este momento? me pregunto a veces.
Quizás sea porque sé que no vas a volver a confundir a Avery Johnson con David Robinson; puede que la razón sea que no voy a tener la posibilidad de oírte despellejar a Artest con Daimiel haga el partido que haga; a lo mejor lo que me gustaría no es verte comentar baloncesto sino una conversación con Antoni en la que hablárais del bogavante, de las bodas y de aquel ruinoso restaurante italiano de Detroit.
Aunque pensándolo bien creo que ya sé cuál es la razón por la que te echaré de menos.
Era una tarde allá por finales de los 90 con poco más de 10 años en mi haber, en la que en casa de un amigo nos encontrábamos viendo un partido en diferido. Jugaban los Spurs y en un contraataque hiciste sonar al séptimo de caballería texano.
Yo le pregunté a mi amigo, abonado a Canal + ¿pero qué está pasando? A lo que me contestó: "Es Andrés Montes, siempre hace cosas así en los partidos". Al poco rato sonaba de tu boca "that´s Entertainment..." y comprendí que ese caballero, con aire de bon vivant, iba a darme muchas alegrías a lo largo de mi vida.
Pocos meses después vería aquellas finales entre San Antonio y New York donde comprobé que cada jugador tenía un mote cuidadosamente seleccionado, sobrenombres como Hilo de Seda, Melodía de Seducción, El Almirante… y nuevamente me di cuenta que eras mucho más que un narrador de NBA, eras un showman, un genio de la comunicación con un estilo propio.
Mis sospechas se hicieron realidad, me diste muchas alegrías, vi partidos asquerosamente malos sólo porque un señor con pajarita y su compañero en apariencia tímido estaban ahí sentados y me crié baloncestísticamente hablando al amparo de tus palabras.
Enterarme de que te marchabas de Canal + fue un golpe duro pero lo que ocurrió hace cerca de ocho meses fue uno de esos momentos en los que sabes que tu vida ha cambiado sin posibilidad de evitarlo.
Estés donde estés, tienes que saber que, al igual que yo, hay mucha gente con una sensación parecida a la mía y que te agradece los años de tu vida que has dedicado a esta profesión, a pasártelo bien y a hacer que los demás disfrutaran contigo.
Por eso Andrés, te doy las gracias por todo, por eso Andrés, te echo de menos
Yo le pregunté a mi amigo, abonado a Canal + ¿pero qué está pasando? A lo que me contestó: "Es Andrés Montes, siempre hace cosas así en los partidos". Al poco rato sonaba de tu boca "that´s Entertainment..." y comprendí que ese caballero, con aire de bon vivant, iba a darme muchas alegrías a lo largo de mi vida.
Pocos meses después vería aquellas finales entre San Antonio y New York donde comprobé que cada jugador tenía un mote cuidadosamente seleccionado, sobrenombres como Hilo de Seda, Melodía de Seducción, El Almirante… y nuevamente me di cuenta que eras mucho más que un narrador de NBA, eras un showman, un genio de la comunicación con un estilo propio.
Mis sospechas se hicieron realidad, me diste muchas alegrías, vi partidos asquerosamente malos sólo porque un señor con pajarita y su compañero en apariencia tímido estaban ahí sentados y me crié baloncestísticamente hablando al amparo de tus palabras.
Enterarme de que te marchabas de Canal + fue un golpe duro pero lo que ocurrió hace cerca de ocho meses fue uno de esos momentos en los que sabes que tu vida ha cambiado sin posibilidad de evitarlo.
Estés donde estés, tienes que saber que, al igual que yo, hay mucha gente con una sensación parecida a la mía y que te agradece los años de tu vida que has dedicado a esta profesión, a pasártelo bien y a hacer que los demás disfrutaran contigo.
Por eso Andrés, te doy las gracias por todo, por eso Andrés, te echo de menos
http://www.ultimatenba.com/
Si que es cierto que se le echa de menos, y este verano el mundobasket no va a ser lo mismo sin él, quizás no fuera el mejor comentarista para un partido de fútbol, pero había partidos malos, pero malos, que al menos con él se hacían más amenos. Desde aquí abajo se te echa de menos Andrés.
Última edición por ozelui el Vie 11 Jun - 5:52, editado 1 vez (Razón : cambio de color de la fuente)