Italia y Japón ofrecieron el mejor partido en lo que va de Copa Confederaciones. En un partido vibrante, lleno de alternativas para ambos lados.
El partido empezó de cara para los nipones con un tremendo error del colegiado, que pitó penalti por derribo de Buffon a Okazaki, cuando en realidad el meta rebañó bien el balón. Honda no falló desde los 11 metros e hizo saltar la sorpresa, sorpresa que fue mayor con el 0-2, obra de Kagawa. Un balón colgado y un barullo en el área dejó el balón franco al jugador del Manchester United, que definió con la zurda.
Italia estaba perdida, fuera del partido. Pero entonces apareció el timón del equipo, Andrea Pirlo. El veterano centrocampista empezó a carburar y de sus botas nació el gol de Italia. Tras un centro perfecto desde la esquina, Daniele De Rossi recortaba distancias y daba esperanzas al conjunto azzurro de cara a la segunda mitad.
La segunda mitad comenzó con suerte para los transalpinos. En una jugada lateral, Giaccherini no se rindió en su lucha y le robó la cartera al lateral, cediendo a Mario Balotelli. Sin embargo, el balón nunca le llegó al ariete, porque Uchida interceptó el pase, con la mala suerte de enviarlo al fondo de su portería. Más suerte tuvo la azzurra poco después. Hasebe desvió un disparo de De Rossi, pero el balón rebotó en su brazo y el colegiado apreció voluntariedad y decretó la pena máxima. Mario Balotelli no perdonó.
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