Iker Casillas acabó la pasada temporada como suplente de Diego López y en medio de un clamor general contra su entrenador de aquella época exigiendole justicia.
A Iker Casillas se le mimó este verano desde la prensa centralista una vez salió por la puerta pequeña del Bernabeu su mayor "enemigo" José Mourinho y se le comenzó a aupar a los altares de los mismísimos mártires, y se le otorgó como no, la condición de titular en la selección por delante de las decisiones del seleccionador que una vez más demostró su carencia total de carácter y repartió los minutos de la basura con los otros porteros y le dió a Iker los grandes momentos de la Confederaciones.
El Resultado todos lo vimos, se comió 2 goles en una final que acabó tres a cero.
Ahora una vez conclusa la pretemporada, con nuevo entrenador, nuevos compañeros y nuevos desafios todos preparaban sus palmas para saludar y almismo tiempo felicitarse con la titularidad de su mítico portero, pero una decisión de última hora llevó todo esto al traste, un italiano que acababa de llegar decidió que no tenía porqué cambiar portero y coincidió con su antepasado en el banquillo en su elección.
Así pués nos vemos una vez en la misma tesitura, pero esta vez con un nuevo personaje que se une al reparto con el papel de estrella: Ancelloti.
Ahora debe venir la verdadera reacción de Iker Casillas en su modo de ver su rol dentro de su equipo. Antes era muy fácil culpar a un entrenador rencoroso de su bajo nivel de forma o de su suplencia, ahora con un nuevo entrenador y una nueva oportunidad, parece dejarse él mismo en envidencia.
Pero no olvidemos que este año es año de Mundial, nuestro portero titular está en franca crisis moral y profesional y la prensa de la Meseta va a empujar una vez más tal y como hizo en el tema Raúl por devolver a su ícono a la titularidad aún por encima de lo que realmente necesite la selección para volver a levantar el titulo.
Una cosa está clara, si España juega bien sus cartas puede ser la gran beneficiada, si Iker Casillas recoge el guante, se pone las pilas y se gana un puesto en su equipo, tendremos al portero más enforma del Mundial, algo que nos beneficia, pero si nuestro seleccionador saca su corazón blanco y su poca personalidad tendremos un jubilado guardando nuestros intereses.
A Iker Casillas se le mimó este verano desde la prensa centralista una vez salió por la puerta pequeña del Bernabeu su mayor "enemigo" José Mourinho y se le comenzó a aupar a los altares de los mismísimos mártires, y se le otorgó como no, la condición de titular en la selección por delante de las decisiones del seleccionador que una vez más demostró su carencia total de carácter y repartió los minutos de la basura con los otros porteros y le dió a Iker los grandes momentos de la Confederaciones.
El Resultado todos lo vimos, se comió 2 goles en una final que acabó tres a cero.
Ahora una vez conclusa la pretemporada, con nuevo entrenador, nuevos compañeros y nuevos desafios todos preparaban sus palmas para saludar y almismo tiempo felicitarse con la titularidad de su mítico portero, pero una decisión de última hora llevó todo esto al traste, un italiano que acababa de llegar decidió que no tenía porqué cambiar portero y coincidió con su antepasado en el banquillo en su elección.
Así pués nos vemos una vez en la misma tesitura, pero esta vez con un nuevo personaje que se une al reparto con el papel de estrella: Ancelloti.
Ahora debe venir la verdadera reacción de Iker Casillas en su modo de ver su rol dentro de su equipo. Antes era muy fácil culpar a un entrenador rencoroso de su bajo nivel de forma o de su suplencia, ahora con un nuevo entrenador y una nueva oportunidad, parece dejarse él mismo en envidencia.
Pero no olvidemos que este año es año de Mundial, nuestro portero titular está en franca crisis moral y profesional y la prensa de la Meseta va a empujar una vez más tal y como hizo en el tema Raúl por devolver a su ícono a la titularidad aún por encima de lo que realmente necesite la selección para volver a levantar el titulo.
Una cosa está clara, si España juega bien sus cartas puede ser la gran beneficiada, si Iker Casillas recoge el guante, se pone las pilas y se gana un puesto en su equipo, tendremos al portero más enforma del Mundial, algo que nos beneficia, pero si nuestro seleccionador saca su corazón blanco y su poca personalidad tendremos un jubilado guardando nuestros intereses.