El fútbol es imprevisible y contradictorio. Dos equipos señalados como los menos productivos de la Liga en su puesta a punto veraniega han roto sus sequías anotadoras con cuatro goles en un duelo que se animó y aceleró en el segundo tiempo. El Espanyol ha sabido remontar un encuentro que el Celta tenía controlado y con la sonrisa en la cara del equipo que cree asegurar sus tres primeros puntos en casa. Unos puntos que finalmente se han repartido.
Balaídos recibía colorido y bullicioso al estreno de la Liga que repetía el mismo enfrentamiento del anterior curso. Un choque en el que el Espanyol entró con más ímpetu aunque sin excesivas ocasiones de peligro, al igual que su rival, recordando los problemas ofensivos que han arrastrado ambos conjuntos en el ataque durante la pretemporada. El dominio fue equilibrándose a medida que los celestes se sentían más cómodos en su papel a la contra.
La recta final del primer acto se animó con un carrusel de oportunidades en las que Augusto y Sergio García opositaron para anotar. El disparo del céltico estuvo cerca de colarse en la escuadra con una inesperada volea que se cerraba y casi sorprendía al meta visitante. Un preludio del tanto gallego que aparecía con una magistral asistencia picada de Krohn-Dehli, emulando a su compatriota Michael Laudrup, para que Álex López resolviera con un remate cruzado.
El conjunto de Luis Enrique ponía de cara el envite en la primera acción del segundo tiempo con un cabezazo picado de Charles, pichichi de Segunda en la anterior temporada, quien recuperaba su cita con las mallas al transformar el servicio templado del danés Krohn-Dehli. Dos goles psicológicos que parecían hundir a los hombres de Javier Aguirre, pero los pericos reaccionaban a tiempo: Víctor Sánchez aprovechaba con inteligencia un balón perdido que el barcelonés ajustaba al palo.
Con media hora por delante había tiempo suficiente para cualquier desenlace. Máxime cuando el mexicano metía más velocidad a sus arietes con la incorporación al terreno de juego de Thievy y los olívicos despertaban con la habilidad de Rafinha, quien había entrado también desde el banquillo. El franco-congoleño, precisamente, era el responsable de nivelar el marcador resolviendo un envío en profundidad a la espalda de los centrales con un chut al palo largo.
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El conjunto de Luis Enrique ponía de cara el envite en la primera acción del segundo tiempo con un cabezazo picado de Charles, pichichi de Segunda en la anterior temporada, quien recuperaba su cita con las mallas al transformar el servicio templado del danés Krohn-Dehli. Dos goles psicológicos que parecían hundir a los hombres de Javier Aguirre, pero los pericos reaccionaban a tiempo: Víctor Sánchez aprovechaba con inteligencia un balón perdido que el barcelonés ajustaba al palo.
Con media hora por delante había tiempo suficiente para cualquier desenlace. Máxime cuando el mexicano metía más velocidad a sus arietes con la incorporación al terreno de juego de Thievy y los olívicos despertaban con la habilidad de Rafinha, quien había entrado también desde el banquillo. El franco-congoleño, precisamente, era el responsable de nivelar el marcador resolviendo un envío en profundidad a la espalda de los centrales con un chut al palo largo.
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