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La inauguración de un estadio tan legendario como San Mamés se merecía un espectáculo como el que han ofrecido Athletic y Celta. Cada uno con sus armas, los locales a base de raza y los visitantes con la velocidad de su terna ofensiva comandada por el brasileño Charles, autor del primer gol en la remozada 'Catedral'. El guión ha contado con la emoción de la remontada rojiblanca culminada en el segundo tiempo con las dianas de Iraola y Beñat.
El izado de la bandera del Athletic y la ofrenda floral al busto de 'Pichichi' retrasaron un par de minutos el inicio de un encuentro cargado de emociones que como no podía ser de otro modo presentó a unos leones hipermotivados, con ganas de rugir desde el arranque. Las llegadas rojiblancas se sucedían en constantes oleadas hacia el fondo norte -el único disponible de público- en un intento de brindar el tanto del estreno ante su afición.
El argumento previsto en Bilbao para el choque se torció cuando los celestes se adelantaron en el primer acercamiento merced a un error de Morán que Rafinha aprovechaba y lo convertía en una contra letal en la que el hijo de Mazinho servía a Charles. El 'Pichichi' de Segunda definía con clase y escribía su nombre en San Mamés, en la casa de Rafael Moreno Aranzadi. Jarro de agua fría para el público de la 'Catedral' que duraba poco. A renglón seguido, una falta lanzada desde el lateral del campo golpeaba en Hugo Mallo para devolver el cuero al área donde San José remachaba a las mallas.
El ritmo no cesaba. Otro robo de balón visitante se traducía en un ataque fulgurante del tridente céltico que terminaba en los once metros por mena máxima de Herrerín a Nolito. Charles chutaba con fuerza por encima del larguero, errando el penalti. El Athletic se sacudía el miedo de verse de nuevo en contra en el marcador con otra aceleración en su juego, en especial por el costado derecho. Un electrónico que amenazaba también con variar en cada ocasión que Charles contactaba con el esférico.
Al cuarto de hora del segundo tiempo, una asociación entre Muniain e Iraola -taconazo incluido del navarro- agujereaban la zaga gallega por el centro. El lateral guipuzcoano remataba al palo largo remontando el encuentro. Aún quedaba más, un perfecto servicio en profundidad de San José a Beñat era resuelto con un hábil recorte de derecha a izquierda batiendo a Yoel. La tercera diana ponía a prueba la capacidad acústica del nuevo feudo.
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El ritmo no cesaba. Otro robo de balón visitante se traducía en un ataque fulgurante del tridente céltico que terminaba en los once metros por mena máxima de Herrerín a Nolito. Charles chutaba con fuerza por encima del larguero, errando el penalti. El Athletic se sacudía el miedo de verse de nuevo en contra en el marcador con otra aceleración en su juego, en especial por el costado derecho. Un electrónico que amenazaba también con variar en cada ocasión que Charles contactaba con el esférico.
Al cuarto de hora del segundo tiempo, una asociación entre Muniain e Iraola -taconazo incluido del navarro- agujereaban la zaga gallega por el centro. El lateral guipuzcoano remataba al palo largo remontando el encuentro. Aún quedaba más, un perfecto servicio en profundidad de San José a Beñat era resuelto con un hábil recorte de derecha a izquierda batiendo a Yoel. La tercera diana ponía a prueba la capacidad acústica del nuevo feudo.
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