Ha escocido mucho en el seno del Sevilla la derrota cosechada por el equipo en Mestalla. Hasta la fecha se había tapado el mal arranque sevillista escudándose en el duro calendario, los arbitrajes, una plantilla muy renovada y joven, etcétera. Pero la noche valenciana dejó una sensación clara de que Unai Emery había errado desde el banquillo. La sustitución de Kevin Gameiro, único delantero sobre el campo, por un mediocentro defensivo justo después de producirse el empate destrozó las aspiraciones del Sevilla de llevarse el partido. A un Valencia que con el empate le surgirían dudas se le regalo el balón y el campo con un Sevilla poco experto en aguantar resultados. Y eso que el empate tampoco era buen resultado para los del entrenador vasco.
Sea como fuere, Emery se la jugó con ese cambio, intentando darle un giro al encuentro que nadie había percibido, y el invento le salió rana. Hasta ahora nadie había puesto en duda la labor del técnico nervionense. Pero después de cinco jornadas en Liga sólo suma dos puntos. Mañana ante el Rayo tiene un examen casi definitivo. De no ganar, el público empezará a pedir explicaciones. Y hay que recordar que en los últimos años el Sevilla es una máquina de destituir entrenadores, todo lo contrario que las primeras campañas con Del Nido. La confianza del director deportivo es grande en el entrenador. Él lo sabe. Pero Emery es consciente que esta dinámica nefasta en Liga debe terminar ya. Sino frente al Rayo, ante la Real puede ser el ahora o nunca.
No se le debería tener en cuenta al bueno de Unay los fallos en Mestalla...a fín de cuentas Unay siempre será valencianista y en ocasiones su corazón le juega malas pasadas.
Sea como fuere, Emery se la jugó con ese cambio, intentando darle un giro al encuentro que nadie había percibido, y el invento le salió rana. Hasta ahora nadie había puesto en duda la labor del técnico nervionense. Pero después de cinco jornadas en Liga sólo suma dos puntos. Mañana ante el Rayo tiene un examen casi definitivo. De no ganar, el público empezará a pedir explicaciones. Y hay que recordar que en los últimos años el Sevilla es una máquina de destituir entrenadores, todo lo contrario que las primeras campañas con Del Nido. La confianza del director deportivo es grande en el entrenador. Él lo sabe. Pero Emery es consciente que esta dinámica nefasta en Liga debe terminar ya. Sino frente al Rayo, ante la Real puede ser el ahora o nunca.
No se le debería tener en cuenta al bueno de Unay los fallos en Mestalla...a fín de cuentas Unay siempre será valencianista y en ocasiones su corazón le juega malas pasadas.