A falta de juego el Sevilla busca puntos como sea. Hoy venció con problemas al Friburgo y ya suma seis de seis en el grupo H de la Europa League. Tras el empate en San Sebastián donde probó con un doble pivote de corte defensivo, Emery recuperó su sistema ultraofensivo con Rakitic en la medular y las novedades de Bacca y Perotti en el ataque. Con este sistema los locales se convirtieron en dueños y señores del partido, aunque mostrando una alarmante falta de profundidad ante un timorato Friburgo que salió a esperar bien posicionado en su campo. Las primeras ocasiones fueron para Jairo y Figuieras, que crearon bastante peligro por su costado
Mientras tanto, el Friburgo respondió con un forzado remate de Klaus que atajó Varas, hoy titular. Ante el catenaccio planteado por Streich los andaluces trataban de penetrar por las bandas jugando con dos carrileros largos pero los alemanes anulaban a la perfección el juego blanquirojo, algo que impacientaba a los casi 20.000 espectadores que acudieron a Naervión y que acabaron dedicando una sonora pitada a su equipo en el descanso.
Tras la reanudación, el guión del encuentro cambió muy poco y el Sevilla seguía dominando la bola pero sin la clarividencia suficiente para hacer daño a los compatriotas de Ángela Merkel. Sólo algún fogonazo de Rakitic, quien si no, alumbraba el juego de los blanquirojos. Ante la escasez de creatividad Emery retiraba al voluntarioso Trochowski y trató de desequilibrar la balanza con la magia de Marko Marin.
El rapidísimo Figueiras era el único capaz de romper la muralla germana pero Bacca fue incapaz de definir su asistencia. Los alemanes decidieron abrir un poco sus líneas y sacaron a Mehmendi y Kerk para jugar con un 4-4-2 más ofensivo. Con el Friburgo más abierto y el Sevilla sabiéndose superior, los locales tocaron a arrebato para materializarla en el luminoso, algo que sucedería en el minuto 16 gracias a un penalti provocado por Bacca, que acarreó la expulsión del central Diagne. Perotti definió con una tranquilidad pasmosa y abrió la correosa lata alemana.
Con ventaja en marcador y número de futbolistas, los hispalenses jugaron con los tiempos del partido y a medio gas trataron de buscar la sentencia definitiva. Marin y Bacca pudieron finiquitar con dos vaselinas pero la del alemán se marchó alta y la de Bacca al larguero. Las postrimerías sirvieron para que la afición hispalense mostrase su devoción a Rakitic tras ser sustituido y para que Bacca cerrara el encuentro definiendo a puerta vacía una contra de Jairo. El Sevilla sigue sin brillar pero ha vuelto a ganar y eso al fin y al cabo es lo que te da la vida en esto del fútbol, y encima ya es líder destacado de su grupo.Fuente goal.com
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El rapidísimo Figueiras era el único capaz de romper la muralla germana pero Bacca fue incapaz de definir su asistencia. Los alemanes decidieron abrir un poco sus líneas y sacaron a Mehmendi y Kerk para jugar con un 4-4-2 más ofensivo. Con el Friburgo más abierto y el Sevilla sabiéndose superior, los locales tocaron a arrebato para materializarla en el luminoso, algo que sucedería en el minuto 16 gracias a un penalti provocado por Bacca, que acarreó la expulsión del central Diagne. Perotti definió con una tranquilidad pasmosa y abrió la correosa lata alemana.
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