Dallas Mavericks - Cleveland Cavaliers
Los Dallas Mavericks vuelven a asirse a su antiguo octavo puesto en la terrorífica Conferencia Oeste. Dallas se agarra a esa última plaza de los playoffs con la pobre estabilidad de un cowboy montado sobre un toro mecánico, de esos que pueblan la mayoría de bares nocturnos en Dallas. Los Mavs prometen revolotear sobre ese puesto con Memphis, Golden State y Phoenix como duros rivales si quieren regresar a la post temporada.
La victoria de los Mavs por 124 a 107 sobre unos pobres Cavaliers era lo mínimo que el equipo local podía hacer antes de su particular batalla de Midway el próximo miércoles contra Memphis, su enemigo público número uno, de momento, en su lucha por ese último puesto de los playoffs. El partido de ayer contra Cavs no fue más que el prólogo de la verdadera prueba de fuego contra los Grizzlies. Sin más.
El encuentro tuvo poca historia. Los tres mejores jugadores de Cleveland, Luol Deng, Tristan Thompson y, sobre todo, Kyrie Irving no pudieron con unos entonados Mavericks.
En concreto, el primer cuarto comenzó con un bonito duelo entre Luol Deng y Dirk Nowitzki. Ambos se enfrentaron tanto en defensa como en ataque. El jugador de origen sudanés defendió a la estrella alemana de Dallas con gran acierto, permitiendo que Dirk anotase la «discreta» cantidad de 23 puntos, lejos de su media de treinta y tantos puntos en los últimos partidos. Por su parte, Nowitzki dejó a Deng en 18 anotaciones. Sin duda, al jugador de pasaporte británico se le veía más feliz en sus Bulls a principio de temporada.
El primer cuarto fue igualado entre ambos equipos, aunque pronto se comenzaba a atisbar la clave de todo el partido: la incapacidad de los Cavaliers para dominar ambas zonas. Un Varejao peleado con el aro contrastó con un soberbio Dalembert (18 puntos y 8 rebotes) por parte de los Mavs. El pívot haitiano jugó su mejor partido de la temporada blandiendo sus interminables brazos en defensa y anotando con una agilidad y acierto inauditos hasta la fecha en Dallas. Y si Nowitzki fallaba agobiado por la defensa de Deng, Dalembert recogía sin problemas el rebote ofensivo y anotaba sin mayor oposición.
En este primer cuarto, Irving también conseguía engrosar su cuenta de puntos con la facilidad de un número uno del draft, aunque a lo largo del partido no pudo llegar a la excelencia que le permitiese poner a los Mavericks en problemas.
El base español José Manuel Calderón (11 puntos y 10 asistencias), que cuajó un excelente partido en la dirección de su equipo, inauguró su casillero anotador con una canasta triple que puso el empate a 18 a falta de 5 minutos para finalizar el primer cuarto. Calderón fue ayer un serio motivo de preocupación para los Cavs: sus 10 asistencias convirtieron la jugadores visitantes en una especie de autos de choque destartalados que no sabían a dónde acudir para frenar los rápidos, precisos y mortales pases del español. Los Cavs encajaron la friolera de 34 puntos generados directamente por el excelente juego de Calderón, a saber, los 11 que anotó el base extremeño y los 23 que generó a base de asistencias. Un dato determinante que habla del rol de Calderón en los Dallas.
Con cinco puntos seguidos de un buen sexto hombre como Vince Carter, los Mavericks cerraron el primer cuarto con un exiguo 27 a 25 a su favor. El buen primer cuarto de los Cavaliers fue todo lo que estos ofrecieron en el total del partido: desde ese instante, todo fue a peor para los pupilos de Mike Brown.
En el segundo cuarto se produjo el despegue de los Mavericks ante unos Cleveland cada vez más impotentes para controlar el rebote y
a Dalembert. Un Devin Harris aún en construcción, tomó la responsabilidad anotadora en los Dallas consiguiendo 7 puntos en apenas 6 minutos. El propio Harris colocaba a los Mavs con un 42 a 37 a su favor a falta de 6 minutos para el descanso. La incapacidad de los hombres altos de Cavaliers para anotar fáciles canastas bajo el aro no pudo ser corregida por los buenos tiradores que tiene el equipo de Cleveland, que fueron bien defendidos por los hombres bajos del equipo local.
Hacia el final de este segundo cuarto, Nowitzki anotó 5 puntos seguidos, uno de ellos merced a una canasta triple con asistencia de Calderón. Antes de llegar al descanso, Calderón consiguió una meritoria canasta al correr un contraataque de costa a costa recibiendo una magnífica asistencia de Vince Carter desde su propia zona. El base extremeño tenía ayer la mirada de un lobo hambriento. Al ÑBA se le nota que aún tiene en la cabeza el final del partido contra los Rockets y quiere resarcirse.
Y llegó el tercer cuarto, ese en que los fans locales rezan a una estampita de Santiaguito, patrón de Villanueva de la Serena, para evitar la típica debacle de los Mavs en este período. Sus oraciones fueron convenientemente escuchadas y lo único que se produjo fue el hundimiento de los Cavs.
En concreto, el tercer cuarto comenzó con otro gran pase de Calderón, con amago incluido, a un Dalembert que ya se había dado cuenta en esta fase del partido que no encontraría rival en la zona. El pívot de los Mavs se ganó dos tiros libres que anotó sin problemas.
Los Cavaliers, por su parte, recurrieron al poder intimidatorio y al acierto de Tristan Thompson (que anotó 9 puntos en este cuarto) para intentar acercarse a los Mavericks en el marcador.
Pero los Mavs seguían a lo suyo y, con Brandan Wright en pista, el segundo pívot del equipo, los puntos seguían lloviendo bajo el aro a favor de los jugadores locales. Wright vio que, al igual que Dalembert, no tenía rival bajo el aro y aprovechó para llevarse su parte del pastel: anotó 9 puntos en el tercer cuarto.
Con Cleveland incapaz de presionar a Dallas en el marcador, una canasta triple de Calderón hacía subir un cómodo 82-72 al marcador, a falta de 3 minutos para el final del penúltimo período. La asistencia al base español para que este anotase su triple no pudo ser más estrambótica: el pívot Blair, casi bajo el aro, palmeó un balón que provenía de Nowitzki desviándolo como un misil hacia la línea de tres donde esperaba Calderón. Era una jugada que parecía más de un juego de pin-ball que de baloncesto.
El último acto de este cuarto fue significativa: con 15 segundos por delante, Irving se la juega solo contra el mundo, pero acaba por perder el balón debido a un exceso de estrés.
El último cuarto fue un mero trámite para ambos equipos dada la superioridad de Dallas. Este período final comenzó con una buena canasta de Dirk Nowitzki ante su otro defensor de la noche, Thompson, quien tapó muy bien al alemán para que éste le diese a su tiro la trayectoria de la flecha de un arquero tirolés, la cual sobrevuela sin remedio cualquier cabeza o brazos que por allí transiten.
En unos aburridísimos minutos finales, los aficionados contemplaron a dos equipos que no querían jugar, con lo cual ambos contendientes firmaron el definitivo 124-107 a favor de los tejanos.
Resuelto el trámite de Cleveland, este miércoles 5 de febrero, los Mavericks intentarán la casi imposible hazaña de ganarle a los Grizzlies en su propia osera. Como siempre que juegan fuera contra un equipo de playoff, los Mavs tienen poco que perder y mucho que ganar en su denodada lucha por los playoffs.
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