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Junto con otros tres encuentros, y con el Crystal Palace - Arsenal terminado, Aston Villa y Everton se veían las caras en el Villa Park.
Los Villans buscaban dar un vuelco a su comienzo de temporada, que hasta el momento había sido algo decepcionante, mientras que los Toffees buscaban continuar con esa buena racha que les había llevado hasta el séptimo puesto.
Con los máximos referentes ofensivos, Benteke para el Villa y Lukaku para el Everton, en estado de gracia en este principio de campaña, se preveía un duelo de idas y venidas, con fútbol rápido y muchas ocasiones, y así fue:
En los primeros compases de partido, el Aston Villa tuvo el control de la pelota y de las ocasiones. Tanto es esto, que en el minuto 8 se encontraron con un penalty a favor que terminó parando Howard a Benteke.
El carácter de la plantilla, a raíz de la gran intervención de Howard, fue aflorando poco a poco, y el conjunto que hoy vestía de amarillo se fue recomponiendo poco a poco. Sin embargo, los locales seguían creando ocasiones claras en la portería de Howard, que más de una vez tuvo que emplearse al máximo para evitar que el marcador se moviera.
Pero todo no iba a ser bueno para los Villans, ya que cada vez que Lukaku recibía el esférico se creaba una sensación de agitación en la defensa local provocada por el peligro que el delantero era capaz de crear, apoyado siempre del que, en este comienzo de temporada, está siendo su fiel escudero, Ross Barkley, que servía de balones al Belga que más de una vez no se transformaron el gol por las intervenciones de Guzan.
Ya en el descuento, Ciaran Clark entraba en lugar de Antonio Luna. El ex-canterano sevillista tenía que abandonar el partido por problemas físicos.
En la segunda parte las cosas no cambiaron. El intercambio de golpes seguía siendo constante, y más o menos equilibrado para ambos conjuntos.
Las entradas por banda de Kevin Mirallas, que era quien lograba profundizar, terminaban en centros al área que rara vez podía rematar Lukaku. Por la otra parte, encomendados a la pegada de Benteke, El Aston Villa trataba de servirle balones que rematar, pero los centrales Toffees lograban despejarlos.
Algo pasado el ecuador de la segunda parte, el Everton elaboraba una tremenda jugada al primer toque jugando con los espacios entre los defensores, que finalizaba Lukaku con su zurda, disparando raso al palo derecho ante el que Guzan no pudo hacer nada.
Con el gol en contra, los Villans reaccionaron rápido, y atacaron la portería de Howard con ganas, pero no lograban finalizar la jugada bien, por lo que el marcador no se movía.
En el minuto 80, tras una jugada ensayada en un córner, Barry cedía el balón a la frontal del área, donde esperaba solo Osman, que con un disparo raso batía a Guzan, finiquitando el partido para el Everton. Tras este segundo gol, el Aston Villa trató de recomponerse pero ya era demasiado tarde. Ya en el minuto 90, Deulofeu entraba al campo en lugar de Mirallas para disputar los minutos de la basura.
Se llegó al 94 y el partido terminó llevándoselo el Everton, que dio una lección importante al Aston Villa, demostrando que no se puede perdonar tanto en el fútbol.
Fuente goal.com
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Los Villans buscaban dar un vuelco a su comienzo de temporada, que hasta el momento había sido algo decepcionante, mientras que los Toffees buscaban continuar con esa buena racha que les había llevado hasta el séptimo puesto.
Con los máximos referentes ofensivos, Benteke para el Villa y Lukaku para el Everton, en estado de gracia en este principio de campaña, se preveía un duelo de idas y venidas, con fútbol rápido y muchas ocasiones, y así fue:
En los primeros compases de partido, el Aston Villa tuvo el control de la pelota y de las ocasiones. Tanto es esto, que en el minuto 8 se encontraron con un penalty a favor que terminó parando Howard a Benteke.
El carácter de la plantilla, a raíz de la gran intervención de Howard, fue aflorando poco a poco, y el conjunto que hoy vestía de amarillo se fue recomponiendo poco a poco. Sin embargo, los locales seguían creando ocasiones claras en la portería de Howard, que más de una vez tuvo que emplearse al máximo para evitar que el marcador se moviera.
Pero todo no iba a ser bueno para los Villans, ya que cada vez que Lukaku recibía el esférico se creaba una sensación de agitación en la defensa local provocada por el peligro que el delantero era capaz de crear, apoyado siempre del que, en este comienzo de temporada, está siendo su fiel escudero, Ross Barkley, que servía de balones al Belga que más de una vez no se transformaron el gol por las intervenciones de Guzan.
Ya en el descuento, Ciaran Clark entraba en lugar de Antonio Luna. El ex-canterano sevillista tenía que abandonar el partido por problemas físicos.
En la segunda parte las cosas no cambiaron. El intercambio de golpes seguía siendo constante, y más o menos equilibrado para ambos conjuntos.
Las entradas por banda de Kevin Mirallas, que era quien lograba profundizar, terminaban en centros al área que rara vez podía rematar Lukaku. Por la otra parte, encomendados a la pegada de Benteke, El Aston Villa trataba de servirle balones que rematar, pero los centrales Toffees lograban despejarlos.
Algo pasado el ecuador de la segunda parte, el Everton elaboraba una tremenda jugada al primer toque jugando con los espacios entre los defensores, que finalizaba Lukaku con su zurda, disparando raso al palo derecho ante el que Guzan no pudo hacer nada.
Con el gol en contra, los Villans reaccionaron rápido, y atacaron la portería de Howard con ganas, pero no lograban finalizar la jugada bien, por lo que el marcador no se movía.
En el minuto 80, tras una jugada ensayada en un córner, Barry cedía el balón a la frontal del área, donde esperaba solo Osman, que con un disparo raso batía a Guzan, finiquitando el partido para el Everton. Tras este segundo gol, el Aston Villa trató de recomponerse pero ya era demasiado tarde. Ya en el minuto 90, Deulofeu entraba al campo en lugar de Mirallas para disputar los minutos de la basura.
Se llegó al 94 y el partido terminó llevándoselo el Everton, que dio una lección importante al Aston Villa, demostrando que no se puede perdonar tanto en el fútbol.
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