Tuvieron que ser los hombres de refresco los que libraron nuevamente al Valencia, que recibía este domingo la visita de un Valladolid en descenso, hoy en su versión más aguerrida y efectiva. Por dos veces remontó el equipo de Djukic un resultado adverso hasta dejarlo en un 2-2 que difícilmente satisface los intereses de ninguno de los contendientes.
Como cada cita en Mestalla, afrontaba el Valencia un nuevo juicio ante su público, airado tras las recientes derrotas ante Real Sociedad (0-2) y Almería (1-2). La montaña rusa en la que se ha convertido el conjunto 'Ché' esta temporada tomaba un nuevo giro para Miroslav Djukic este domingo, con la visita de su ex, el Real Valladolid. Tuvo mucho de ex el Pucela, que pasó del aturdimiento inicial al orgullo de herido y la insistencia del despechado.
Le confió Juan Ignacio Martínez la banda derecha a Gilberto García Alcatraz y el colombiano, hoy lateral, desnudó en el carril a Juan Bernat. De un gran servicio desde su posición, Javi Guerra cabeceó a la red apenas cuatro minutos después de que Éver Banega enviara al limbo un penalti dudoso. La parroquia valencianista no perdonó su fallo al argentino, hoy enganche en la línea de tres cuartos, esfumado entre los murmullos de la grada y abocado al banquillo en el descanso.
Fue el centro del campo del Valencia un caos durante todo el choque. Djukic, que había apostado por Javi Fuego y Dani Parejo para la sobriedad en el doble pivote, dejó a Sergio Canales en el banquillo tras su exhibición en Suiza. Apostó también por Alcácer en detrimento de Hélder Postiga. Error. Desorientados, los centrocampistas locales concedieron infinidad de espacios a sus rivales. Rubio y Sastre, apoyados de cerca por Rossi y Bergdich, estuvieron siempre abiertos a salidas cómodas que facilitaron las transiciones de los castellanos, tanto en el ataque como en el repliegue.
Solo un despiste de la zaga pucelana favoreció la tímida reacción del Valencia. Pabón, que desborda confianza en su golpeo y ya marcó la semana pasada en Getafe, disparó desde lejos y Mariño, extrañamente descolocado, permitió que el balón se colara. Y solo otro error de concentración, que penalizó en exceso al Valladolid, pudo desembocar en el definitivo empate que Feghouli, ingresado en el terreno de juego por un desaparecido Piatti, se encargó de materializar a pase de Canales.
Respiró el Valencia, más contento por evitar un nuevo drama como local que por poder festejar un punto insuficiente. El Valladolid, que bien pudo haber rascado una sorprendente victoria a domicilio gracias al gol del incisivo Alcatraz tras la reanudación, ofreció buenas sensaciones y terminó en las inmediaciones de la meta de Guaita. Fuente goal.com
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Le confió Juan Ignacio Martínez la banda derecha a Gilberto García Alcatraz y el colombiano, hoy lateral, desnudó en el carril a Juan Bernat. De un gran servicio desde su posición, Javi Guerra cabeceó a la red apenas cuatro minutos después de que Éver Banega enviara al limbo un penalti dudoso. La parroquia valencianista no perdonó su fallo al argentino, hoy enganche en la línea de tres cuartos, esfumado entre los murmullos de la grada y abocado al banquillo en el descanso.
Fue el centro del campo del Valencia un caos durante todo el choque. Djukic, que había apostado por Javi Fuego y Dani Parejo para la sobriedad en el doble pivote, dejó a Sergio Canales en el banquillo tras su exhibición en Suiza. Apostó también por Alcácer en detrimento de Hélder Postiga. Error. Desorientados, los centrocampistas locales concedieron infinidad de espacios a sus rivales. Rubio y Sastre, apoyados de cerca por Rossi y Bergdich, estuvieron siempre abiertos a salidas cómodas que facilitaron las transiciones de los castellanos, tanto en el ataque como en el repliegue.
Solo un despiste de la zaga pucelana favoreció la tímida reacción del Valencia. Pabón, que desborda confianza en su golpeo y ya marcó la semana pasada en Getafe, disparó desde lejos y Mariño, extrañamente descolocado, permitió que el balón se colara. Y solo otro error de concentración, que penalizó en exceso al Valladolid, pudo desembocar en el definitivo empate que Feghouli, ingresado en el terreno de juego por un desaparecido Piatti, se encargó de materializar a pase de Canales.
Respiró el Valencia, más contento por evitar un nuevo drama como local que por poder festejar un punto insuficiente. El Valladolid, que bien pudo haber rascado una sorprendente victoria a domicilio gracias al gol del incisivo Alcatraz tras la reanudación, ofreció buenas sensaciones y terminó en las inmediaciones de la meta de Guaita. Fuente goal.com
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