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La historia del delantero Charles Dias en España está vinculada tanto con Galicia como Andalucía, sus dos casas adoptivas. La trayectoria del ariete en nuestro país arrancó en el Pontevedra donde estuvo seis temporadas antes de dar el salto al Córdoba y después al Almería. Los buenos registros goleadores le convirtieron en una de las esperanzas de los rojiblancos para opositar al ascenso a Primera. El rendimiento fue tremendamente óptimo, las 32 dianas en 46 jornadas -con actuaciones claves en la ronda de play-off ante Las Palmas y Girona- confirmaron el salto de categoría de los indálicos a la Liga BBVA.
Un millón de euros fue la cantidad que pagó este pasado verano el Celta al Almería por Charles. El dinero parecía bien invertido y hasta escaso para ser el 'Pichichi' de la categoría de plata pero la pólvora parece algo mojada en las botas del belenense. Las cuatro dianas anotadas por Charles, en 13 jornadas de campeonato, están lejos de lo deseado por el conjunto olívico -aunque una de ellas fuera tan histórica como el primer gol marcado en el Nuevo San Mamés-. En Vigo esperan que el cazagoles despierte y el Almería teme ser la víctima propicia.
Los miedos en la entidad celeste no sólo se limitan al estado de su 'killer'. La imagen que está ofreciendo el conjunto céltico en Balaídos es muy pobre. El Celta es el peor local de la Liga, con un nefasto bagaje de cero victorias en el feudo vigués y tres goles a favor. Son números de equipo pequeño, son números de equipo que apunta a sufrir al final de temporada. La misma experiencia de la pasada campaña, justo lo que se quería evitar cuando se contrataron a Rafinha, Nolito y el propio Charles.
Los entrenadores son los primeros que pagan los platos rotos. El técnico almeriense Francisco levantó un 'match-ball' en Valencia para extender su crédito unas jornadas más, con un resultado favorable de una racha de 9 puntos sumados consecutivamente. Algo similar le ocurre a Luis Enrique, el problema es que el asturiano recupera fuera de casa lo que pierde en su estadio. Una montaña rusa de emociones que está impacientando a la cúpula directiva celtiña y al aficionado. El futuro de ambos está en el aire, este sábado es propicio para que uno de los clubes levante el vuelo y deje al otro al borde del precipicio.
Fuente goal.com
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