Como si el clima, caprichoso en este inicio de mes de diciembre en Sevilla, estuviera al tanto de la importancia del partido que Betis y Rayo disputaban en el Benito Villamarín, puso su granito de arena con un viento frío y desagradable que añadía un nuevo hándicap a un encuentro que ya de por sí comenzaba con muchísima tensión.
El Betis salió convencido, con Rubén Castro en el once, y con la intensidad necesaria para cosechar puntos en Primera División. Con una línea ofensiva descarada, entrando hasta tres futbolistas en cada ocasión dentro del área madrileña, los verdiblancos acecharon la meta de Cobeño y fruto de ello, en el minuto 26, Antonio Amaya remataba de cabeza a la salida de un córner y ponía el primero en el marcador.
A partir de ahí el Rayo se puso el mono de trabajo, y con Alberto Bueno en el campo tras una extraña sustitución de Jémez sacando del campo a Falqué a los 22 minutos, se acercaron con más intensidad a la meta de Sara, aunque sin finalizar la transición con un disparo. El Betis perdía el timón del encuentro pero seguía navegando con peligro en campo vallecano. En el 41, Salva Sevilla, que protagonizó un serial de cómo dar el último pase, sirvió una asistencia perfecta a Jorge Molina que, como viene siendo habitual esta temporada, erró el disparo para desesperación de la grada heliopolitana.
La segunda parte comenzó trepidante, con ambos conjuntos lanzados al ataque. A los cuatro minutos, Rubén Castro estrelló un cabezazo al larguero, y en esa misma jugada, Alberto Bueno probó a Guille Sara que dejó la pelota muerta en el área chica para que el propio delantero remachara e hiciera el empate. Del 2-0 al 1-1 en cuestión de segundos. El Rayo aprovechó el estado de shock del Betis y Larrivei a punto estuvo de hacer el segundo en un balón en largo de Trashorras. En el 65 Figueras a punto estuvo de hacer estallar en el Villamarín con un error de bulto a la hora de sacar el balón, pero su desacertado regate lo pudo salvar a última hora metiendo la bota. Con el Rayo dominando, la afición explotó y clamó contra sus jugadores aumentando así el nerviosismo sobre el campo.
Pero si Guillermo Sara cometió un error de juvenil, Cobeño no quiso ser menos y en una mala salida, dejó el balón botando a Verdú que otra cosa no, pero calidad le sobra, y de primeras batió por alto al guardameta. Era el segundo a falta de 10 minutos para el final. Rubén Castro pudo matar el encuentro en una asistencia perfecta de Amaya tras el saque de una falta pero el canario, y se hace raro en él, falló dentro del área chica en una buena parada de Cobeño. Y como al inicio de la segunda mitad, tras una enorme ocasión de Rubén, llegó la respuesta del Rayo. Balón en largo de Jonathan Viera para Alberto Bueno y, gracias a la colaboración de Figueras, marcó el segundo para dejar helado al Villamarín y cerrar el partido con un empate que deja al Betis un poco más hundido.
Fuente goal.com
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