El Real Madrid da un paso de gigante para meterse en la final de la Copa del Rey después de un partido de tronío ante el Atlético. Los rojiblancos pedían contacto, tensión, y vigor, y el cuadro blanco respondió con creces a las exigencias. Además, aportando los goles a un partido muy entretenido, a la par que polémico por algunas decisiones arbitrales. No se lo pusieron fácil al trencilla, dicho sea de paso. El primer gol fue de Pepe, tras tocar en Insúa. El segundo de Jesé tras un buen pase de Di María nada más arrancar la segunda parte. Y el propio Fideo puso la puntilla con un gol desde lejos que también tocó en Miranda. Dos goles de rebote que dejan a los blancos con pie y medio en la final de Copa, pero la sensación fue que si los tantos no hubieran llegado así, hubieran podido hacerlo de cualquier otra manera. Porque el Real Madrid dio un golpe en la mesa en toda regla, restituyendo así el orden establecido en la capital antes de la última final de la Copa, y desnudando a un Atlético como hacía muchísimo tiempo que nadie lo hacía.
Pepe encarrila la eliminatoria. “Esto es el Real Madrid, ni un paso atrás”, le dijo Carlo Ancelotti a sus jugadores antes del último entrenamiento en Valdebebas previo al derbi. El Atlético llegaba al Santiago Bernabéu con una inercia positiva de los dos últimos derbis en el coliseo blanco, pero el equipo merengue quiso poner las cartas sobre la mesa desde el primer momento, sin dejarse amedrentar lo más mínimo. Poco a poco, percutiendo, fue metiendo al Atlético en su campo en los primeros instantes, y tuvo su premio con un gol al cuarto de hora. No sin cierta fortuna, eso sí. Di María se deshizo de dos marcadores y abrió el hueco suficiente para que Pepe se incorporara desde atrás. Su tiro lejano golpeó en Insúa y despistó a Courtois para alcanzar las mallas de la meta visitante. El Santiago Bernabéu estalló de euforia, consciente de que la empresa era un poco más fácil con ese gol.
Clos Gómez, protagonista por obra y gracia de los dos equipos. El partido estaba resultando tenso, físico y disputado, pero a raíz del gol, ganó un punto más de contacto si cabe. El Atlético, lejos de su mejor estado de gracia, se achicó ante la presión y el pundonor de un Madrid que le ganó la batalla del medio del campo. Encerrado en su propio campo, el pícaro Diego Costa intentó remar para su equipo a costa del trencilla, enredando el partido y tratando de sacar de sus casillas a los jugadores locales. Y bien que lo consiguió. Primero, con dos encontronazos con Pepe y Arbeloa, y luego, sacándole una tarjeta amarilla al propio Pepe en el centro del campo que no era. Arbeloa, que es de aguante escaso, también puso de su parte al darle un pisotón alevoso a Costa dentro del área que se marchó al limbo. Y por si fuera poco, los dos equipos pidieron un penalti en cada área, de Costa con Arbeloa, y del propio Arbeloa con Miranda. Los dos lo parecían. No lo tuvo fácil en ningún momento Clos Gómez, dicho sea de paso, con cuarenta personas entre ambos equipos intentando engañarle y un Santiago Bernabéu crispado tras conocer la sanción a Ronaldo.
Jesé firma su póker particular. La primera parte murió con el Real Madrid volcado sobre Courtois, aunque sin ocasiones excesivamente claras. Si acaso, dos tiros consecutivos de Jesé y Modric que atajó bien el meta belga, y por el bando contrario, un centro lateral que achicó bien Casillas cuando Miranda estaba solo dentro del área pequeña. Pero fue regresar del descanso y el Atlético pareció querer meterle una marcha más al partido. De hecho, Godín a punto estuvo de embocar a gol un cabezazo al lanzamiento de un córner. Sin embargo, no era la noche del Atlético. Pues prácticamente en la primera jugada que lograba enlazar el equipo local en la segunda parte, Jesé puso más tierra de por medio en el marcador. Di María le brindó un buenísimo pase profundo, y el canario metió la puntera para sortear a un Courtois algo lento de reflejos. Después de Barcelona, Valencia y Athletic, Jesé ya puede tachar también al Atlético de su particular lista de víctimas. Nadie echó de menos al lesionado Gareth Bale en el Bernabéu, dicho sea de paso.
Di María pone al Bernabéu a sus pies. Con el partido claramente decantado ya para los blancos, el Atlético tuvo una muy buena oportunidad en un cabezazo de Godín que sacó Modric bajo palos cuando Casillas ya estaba superado. Sin embargo, fue sólo un espejismo, pues el Real Madrid no levantó ni un milímetro el pie del acelerador. Y es más, si Pepe ya pudo marcar en un córner, Di María sí lo conseguiría rondando el minuto 75 con un lanzamiento lejano que tocó en Miranda para despistar a Courtois. La puntilla a una eliminatoria que ni siquiera podrá contar con Diego Costa para la vuelta, sancionado. Decían que tenía mal de altura, pero lo cierto es que el Real Madrid plantó con fuerza sus credenciales al título de Copa en un partido espectacular para el aficionado de cualquier condición y que nunca fue de guante blanco. Fuente goal.com
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Pepe encarrila la eliminatoria. “Esto es el Real Madrid, ni un paso atrás”, le dijo Carlo Ancelotti a sus jugadores antes del último entrenamiento en Valdebebas previo al derbi. El Atlético llegaba al Santiago Bernabéu con una inercia positiva de los dos últimos derbis en el coliseo blanco, pero el equipo merengue quiso poner las cartas sobre la mesa desde el primer momento, sin dejarse amedrentar lo más mínimo. Poco a poco, percutiendo, fue metiendo al Atlético en su campo en los primeros instantes, y tuvo su premio con un gol al cuarto de hora. No sin cierta fortuna, eso sí. Di María se deshizo de dos marcadores y abrió el hueco suficiente para que Pepe se incorporara desde atrás. Su tiro lejano golpeó en Insúa y despistó a Courtois para alcanzar las mallas de la meta visitante. El Santiago Bernabéu estalló de euforia, consciente de que la empresa era un poco más fácil con ese gol.
Clos Gómez, protagonista por obra y gracia de los dos equipos. El partido estaba resultando tenso, físico y disputado, pero a raíz del gol, ganó un punto más de contacto si cabe. El Atlético, lejos de su mejor estado de gracia, se achicó ante la presión y el pundonor de un Madrid que le ganó la batalla del medio del campo. Encerrado en su propio campo, el pícaro Diego Costa intentó remar para su equipo a costa del trencilla, enredando el partido y tratando de sacar de sus casillas a los jugadores locales. Y bien que lo consiguió. Primero, con dos encontronazos con Pepe y Arbeloa, y luego, sacándole una tarjeta amarilla al propio Pepe en el centro del campo que no era. Arbeloa, que es de aguante escaso, también puso de su parte al darle un pisotón alevoso a Costa dentro del área que se marchó al limbo. Y por si fuera poco, los dos equipos pidieron un penalti en cada área, de Costa con Arbeloa, y del propio Arbeloa con Miranda. Los dos lo parecían. No lo tuvo fácil en ningún momento Clos Gómez, dicho sea de paso, con cuarenta personas entre ambos equipos intentando engañarle y un Santiago Bernabéu crispado tras conocer la sanción a Ronaldo.
Jesé firma su póker particular. La primera parte murió con el Real Madrid volcado sobre Courtois, aunque sin ocasiones excesivamente claras. Si acaso, dos tiros consecutivos de Jesé y Modric que atajó bien el meta belga, y por el bando contrario, un centro lateral que achicó bien Casillas cuando Miranda estaba solo dentro del área pequeña. Pero fue regresar del descanso y el Atlético pareció querer meterle una marcha más al partido. De hecho, Godín a punto estuvo de embocar a gol un cabezazo al lanzamiento de un córner. Sin embargo, no era la noche del Atlético. Pues prácticamente en la primera jugada que lograba enlazar el equipo local en la segunda parte, Jesé puso más tierra de por medio en el marcador. Di María le brindó un buenísimo pase profundo, y el canario metió la puntera para sortear a un Courtois algo lento de reflejos. Después de Barcelona, Valencia y Athletic, Jesé ya puede tachar también al Atlético de su particular lista de víctimas. Nadie echó de menos al lesionado Gareth Bale en el Bernabéu, dicho sea de paso.
Di María pone al Bernabéu a sus pies. Con el partido claramente decantado ya para los blancos, el Atlético tuvo una muy buena oportunidad en un cabezazo de Godín que sacó Modric bajo palos cuando Casillas ya estaba superado. Sin embargo, fue sólo un espejismo, pues el Real Madrid no levantó ni un milímetro el pie del acelerador. Y es más, si Pepe ya pudo marcar en un córner, Di María sí lo conseguiría rondando el minuto 75 con un lanzamiento lejano que tocó en Miranda para despistar a Courtois. La puntilla a una eliminatoria que ni siquiera podrá contar con Diego Costa para la vuelta, sancionado. Decían que tenía mal de altura, pero lo cierto es que el Real Madrid plantó con fuerza sus credenciales al título de Copa en un partido espectacular para el aficionado de cualquier condición y que nunca fue de guante blanco. Fuente goal.com
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