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Golden State Warriors - Los Angeles Clippers
Los Golden State Warriors vencieron por 100-99 a Los Angeles Clippers en el sexto partido de la primera ronda de los Playoffs y llevan la serie al séptimo y decisivo encuentro, que se jugará la madrugada del sábado para el domingo en Los Ángeles.
Otro partido más. Otro espectáculo más. Otra locura en medio de un final de mes de abril que ya quedará grabado en la historia de la NBA. Y el Warriors-Clippers, una serie que nace en los 'crossovers' de Stephen Curry y Jamal Crawford y que crece en medio de la aparición de actores secundarios como Draymond Green, Marresse Speights o Matt Barnes. Los dos primeros lograron 6 y 7 puntos en el último cuarto y mantuvieron a su equipo por encima en el marcado. El alero angelino, por su parte, sumó 18 puntos y 11 rebotes.
La primera parte de hoy fue de Curry. Manejó a su antojo a un Chris Paul fallón (3 de 10), que sufrió en defensa (3 faltas al descanso) y que vió cómo su rival se iba al vestuario con 18 puntos en su haber. Raro fue verle acabar el partido con sólo 24. En el último cuarto, cuando más caliente estaba el partido, cuando Stephen suele aparecer para decantar la balanza del lado 'Warrior', desapareció. Desapareció de la anotación, dejó sitio a Iguodala y, por momentos él y Blake Griffin fueron "el partido". El ala pívot no tuvo su mejor noche (8 de 24) pero metió 9 puntos seguidos cuando su equipo más lo necesitaba. E Iguodala. Ay, Andre. Tuvo en su mano otro 3+1 pero fallo el tiro libre cuando más sentenciado parecía el encuentro (96-89 a falta de dos minutos y medio). Obviamente, no lo estaba. Un encuentro nunca está sentenciado a no ser que lo diga Jamal Crawford (19 puntos). Metió un triple espectacular y repartió dos asistencias a Barnes y DeAndre Jordan para poner el 98-96 en el marcador.
Quedaba menos de un minuto y llegaba la jugada clave del partido. Con Curry, Iguodala y Klay Thompson en pista, fue Harrison Barnes el que se jugó el encuentro en una dudosa acción. Penetró a canasta con JJ Redick delante, cargó contra él, el de Clippers cayó al suelo y el árbitro pito falta del escolta. Dos tiros libres para los Warriors. Protestó Doc Rivers, protestaron los Clippers y protestó medio Los Ángeles a kilómetros de distancia, pero fue falta. Dudosa, debatible, pero la realidad es que Harrison Barnes metió los dos tiros libres y el encuentro se quedaba, prácticamente, en Oakland (100-96).
Y digo prácticamente porque en estos Playoffs nunca puedes dejar de ver un partido hasta que el reloj se pare en 00:00. Los Clippers tuvieron hasta tres acciones para ponerse uno o dos abajo con más de 10 segundos en el marcador, pero fallaron. Falló Chris Paul una bandeja y Jamal Crawford un triple, hasta que Barnes (Matt, no Harrison) se sacó de la manga un tiro desde más allá de la línea de 3 y, a falta de un segundo, metió el miedo en el cuerpo a todo San Francisco. Curry tuvo dos tiros libres, falló ambos, el segundo a propósito, y tendremos séptimo partido. Una delicia para el aficionado, una tortura para los entrenadores y otra oportunidad para las estrellas de entrar en la historia de sus franquicias. Fuente as.com
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