Real Madrid - Unicaja
Real Madrid y Unicaja parecen haberse puesto de acuerdo para divertirnos. Han apostado por jugar a toda velocidad y ser valientes, y lo han combinado con un alto nivel de acierto. Por si fuera poco, encima le añaden grandes de emoción, para regalarnos una serie preciosa.
Pero como en el primer partido, el Real Madrid ha vuelto a sobrevivir al partidazo y ganar para encaminar su pase a las semifinales. El 89-87 final endereza la serie para los blancos, ahora 2-0 pero con la sensación de una igualdad mucho mayor y con la certeza de que el Unicaja no va a rendirse jamás.
Qué partidazo, de verdad. Fue un toma y daca constante. A la primera opción de tiro, decisión valiente. Sin esperas, sin miedos. A correr siempre que era posible. A morir en el rebote. A buscar el triple sin ataduras. A acertar, porque sin puntería no valía nada de lo anterior.
Con todos esos ingredientes, vimos un nuevo encuentro de primer orden. Las trincheras dejaron paso al talento, sin perder el esfuerzo ni la garra, y los minutos pasaron con puntos y gusto.
Durante 28 minutos el partido había sido del Unicaja. Por ritmo, por dominio en el electrónico. Pero la entrada de Felipe Reyes compensó al Real Madrid y elevó el listón defensivo. Junto a él emergieron tres puntales ofensivos en Jaycee Carroll, desfibrilador con 11 puntos en el tercer periodo, Sergio Llull y Rudy Fernández, acertado pese a luchar contra un constante dolor en el dedo anular de su mano derecha.
Con ellos al frente, el Real Madrid convirtió un 53-61 adverso en 68-63, y 78-69 más tarde. Una ventaja clave que supo aguantar cuando el Unicaja apretó y apretó hasta ponerse a solo un punto al llegar al último minuto (84-83). Pero entonces, apareció la muñeca de Rudy con un triple decisivo que encaminó el choque, por mucho que la valentía malagueña le llevó a disponer de una última oportunidad con un triple de Granger desde media cancha que de haber entrado hubiera nivelado la semifinal.
De inicio, el Unicaja atrapó al Real Madrid con una valiente disposición defensiva, una zona 2-3 muy flexible que acabó haciendo mella. Plaza apostó por ello incluso cuando el Real Madrid la puso en evidencia de arranque (11-6) y ofreció pronto réditos: el juego interior blanco estaba virtualmente desaparecido y las opciones locales se centraban en el tiro exterior y ocasionalmente, en penetraciones buscando balones doblados cuando Rudy (dolorido en la mano) estaba en pista. Pero nada de 1-contra-1 interiores, faceta clave en el debut.
Como quiera que el Unicaja combinaba esa trampa defensiva con mucho acierto en el tiro, el partido caminaba por terreno verde. Para ello, jugaba también un papel crucial el rebote ofensivo: hasta 12 capturaron los malagueños en la primera mitad, frenando en seco las opciones del Real Madrid de correr al contraataque. El parcial de rebotes era 7-23 al intermedio, un dominio absoluto con traslación en el resultado.
Y es que no solo eran rebotes, sino también puntos en segundas oportunidades. Carlos Suárez y Fran Vázquez hacían mucho daño y acompañaban al talento y acierto de Jayson Granger para darle tanta vida al Unicaja como mostraba progresivamente el resultado: 22-26, 26-30, 33-38 y 44-48 al descanso. Solo un momento de control total de Sergio Rodríguez tiñó de blanco en el segundo cuarto, poniendo un efímero 33-32 que Vázquez corrigió muy rápidamente para los malagueños.
El Unicaja arrancó la segunda mitad de nuevo protegido en tan efectiva zona, y un triple de Suárez ponía la máxima renta andaluza hasta el momento: 44-51. Pero en esas sucedió una jugada capital: Rudy se lanzó hacia el aro y Fran Vázquez le frenó en falta. Era la cuarta. Un durísimo golpe para Plaza, obligado a sentar a su mejor hombre.
Con cinco puntos seguidos de Carroll, el Real Madrid aprovechó la oportunidad para acercarse: 53-56. Dos genialidades de Granger abrieron una nueva máxima (53-61) pero fue efímero una vez entró en pista Felipe Reyes, que espabiló a los blancos. Los puntos de Carroll, enchufadísimo, y Sergio Llull hicieron el resto, abriendo un parcial 12-0 para dar al Real Madrid ventaja y jaque: 68-63. Y si un triple del formidable Suárez reavivaba al Unicaja, Rudy bajaba los humos visitantes de nuevo con una canasta sobre la bocina del tercer cuarto: 70-66.
Los de Laso habían elevado también el listón de intensidad. Su defensa apretaba ahora mucho más y con el marcador a favor, atacaba con más soltura. Empezaban a aparecer las penetraciones de Rudy Fernández, una nueva fórmula contra la zona, y un contraataque de Llull ponía el 78-69 en el electrónico, amenazando con romper el partido.
El Unicaja no se rendía, pero anotar era ahora una ardua tarea. Los puntos llegaban casi con cuentagotas, pero aun así mantenía una llama de esperanza: 80-76 a tres del final.
Un triple de Caner-Medley a 1:20 lo confirmó: el Unicaja estaba ahí: 84-83. Pero en ese momento, al límite de posesión y tras rebote ofensivo, Rudy Fernández apareció para enchufar un triplazo que valía medio partido (87-83). Urtasun respondía para mantener vivo el choque (87-86), y Sergio Rodríguez anotaba dos tiros libres para poner de nuevo un +3 blanco a 10 segundos: 89-86.
El Unicaja estaba a tiro de triple, pero el Real Madrid lo impidió con una falta sobre Granger. El uruguayo solo pudo anotar uno, pero Felipe Reyes erró dos lanzamientos y el equipo malagueño tuvo una última oportunidad. Imposible, eso sí: Granger erró desde media cancha en carrera en la que hubiera sido la canasta del año. El triunfo era blanco. Fuente acb.com
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