España - China
Con una inmensa Sancho Lyttle (24 puntos y siete rebotes) y exhibiendo una magnífica defensa, España pasó por encima de una China desdibujada por el trabajo de las de Mondelo.
Si había alguna duda del nivel de juego de España, éste quedó disipada con la contundente victoria española sobre China (71-55) en los cuartos de final del Mundial de Turquía.
La brillante clasificación para semifinales del equipo de Lucas Mondelo se cimentó en una extraordinaria defensa que en dos cuartos dejó a China en sólo tres canastas en juego. No fue nunca un brillante partido en ataque pero la defensa fue suficiente para que la hegemonía anotadora de Sancho Lyttle (24 puntos y siete rebotes) marcara la diferencia en un encuentro que España dominó desde el principio y con una facilidad tan inusitada como merecida.
El triple inicial de China podía intimidar justo el día en el que el miedo entra en acción. Todo lo contrario: tres balones perdidos y tres errores en el lanzamiento dieron la vuelta a la situación y un parcial de 6-0 de España obligó a Tom Maher pedir un tiempo muerto.
Nada cambió y la sequía de china perduró durante más de siete minutos. El 2/12 en tiros de campo mató a China y con ocho pérdidas de balón, España pudo volar y anotar fáciles canastas. El parcial español se estiró hasta el 16-2.
En ataque estático los balones a Sancho Lytle eran el recurso habitual y la nacionalizada brilló con luz propia en un primer cuarto donde terminó con 10 puntos, justo uno menos que una China que al menos logró cerrar el cuarto con otro triple. Sólo metió tres canastas en el cuarto (3/14), pero la sangría española todavía no era definitiva (20-9).
Lucas había diseñado una defensa perfecta basada en cerrar a las grandes como Chen, con el aro cerrado desde la pintura y el triple sin ver acierto, lo de China era una tarea de supervivencia.
El segundo cuarto comenzó con un punto de frialdad para España. El cansancio y la ventaja acumulada le permitía esos minutos de reposo en efectividad, que no en actividad. Tres minutos con la única canasta de Lyttle, empero eran compensados con las recuperaciones de balón y ese punto de chispa que provocaron Sílvia Domínguez y Anna Cruz.
Las avispas de la segunda unidad volvieron a revolucionar un poco el partido y mientras Lucas Mondelo pedía en un tiempo muerto no regalar nada pues era muy goloso el botín a mitad del segundo cuarto (25-11). No engañó a nadie y tras un balón perdido pidió su primer tiempo muerto del encuentro.
La solución fue la conexión de Laia Palau con las interiores. Dos pases de la base catalana encontraron los puntos de Luci Pascua y Lyttle. Dos canastas made in Alba Torrens pusieron el más 20 en el marcador ratificando la idea de que el momento de parón ofensivo de España había concluido. Por el contrario China no supo salir de su atasco y de las seis canastas que logró en el primer tiempo, tres eran triples.
No es que España lo estuviera bordando como otros días, pero estaba vulgarizando tanto a China que poco importaba que tampoco fuera su día en ataque. Como también ganaba la lucha del rebote, el marcador parcial al descanso era la traslación numérica de lo visto en sensaciones y juego (35-17).
Con la intención de mejorar la imagen, China salió al tercer con algo más de empuje y nuevamente suya fue la primera canasta... pero poco más. los errores volvieron a aparecer en el conjunto asiático y cinco puntos consecutivos de Alba Torrens (17 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias) elevaron la ventaja a los 23 puntos (42-19).
La aparición de la de Binissalem era la puntilla a un partido que no lo fue tal más allá de los primeros minutos de encuentro. La defunción deportiva de China era más que evidente y otras dos canastas de Lyttle subían la renta un peldaño más, al más 25.
La pívot española era la gran dominadora del partido, su agilidad era incontestable y su movilidad martilleó constantemente a una China incapaz de hacerle sombra y hastiada por las apariciones intercaladas de las exteriores que terminaban de poner tierra de por medio en el electrónico.
En una de esas intervenciones la suerte se alió con Sílvia Domínguez y un triple sobre la bocina hizo que España bailase con la treintena de ventaja (52-53). Cuando un equipo está tocado por una varita mágica todo sale y hasta los triples a tablero y con el reloj a cero entran... y valen.
Sólo un parcial 0-6 de China al final del tercer cuarto maquilló un poco el marcador aprovechando la lógica relajación que ya había aparecido a España con las rotaciones. El empujón chino llegó incluso a bajar de los 20 puntos de referencia (56-37), pero no fue mucho más lejos y otra vez la defensa de España y el control del rebote (destacando los 14 rechaces de Nicholls) le permitió correr y colocar un parcial 7-0.
Mondelo quería que el equipo metiera miedo y sus chicas se esforzaron por mantener esa sensación hasta el final. Un nuevo triple de Torrens elevó la diferencia a los 25 y, con cuatro minutos para el final del encuentro, un tiempo muerto de China cerró el partido.
La rotación y las probaturas de defensas zonales invitaron a España a pensar ya en el partido de semifinales. China había capitulado ante la brutal superioridad española en intensidad defensiva y acierto anotador. Las españoleas llegaron a los cuartos con un promedio de 25 puntos de diferencia en sus victorias, frente a China logró volver a ganar por 26 puntos.
El partido finalizó en las manos de España las manos en las que meció su pase a semifinales y sedó a un gigante chino que este viernes no fue tan gigante... por que España no le permitió crecer en el partido en ningún momento.
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