La crisis económica mundial provocó varias salidas por la puerta de atrás de la Fórmula 1. Pero la luz al final del túnel, así como las futuras normativas en reglamentación de mecánica y motores que habrá en la competición en los próximos años, vuelve a plantear la posible entrada de potentes empresas. Sin embargo, la posibilidad de conseguir una nueva plaza se antoja complicada por lo que la mejor opción parece la compra de una de las ya existentes. Hay equipos actuales que están pasando por graves problemas financieros y ven con buenos ojos jugosas ofertas para desprenderse de sus actuales y constantes pérdidas.
Y uno de los que está valorando seriamente la posibilidad de entrar es Volkswagen. La compañía alemana ya sondeó la opción de comprar Hispania y ahora también valora la entrada por otras vías. Una de ellas le acerca a negociar con Dietrich Mateschitz, propietario de Red Bull y Toro Rosso, que lleva bastante tiempo cavilando desprenderse de la plaza del equipo italiano y centrarse totalmente en la escudería austriaca que tan buen rendimiento le está dando en pocos años. Y ahí, al acecho está Volkswagen, aunque no con Audi, una de las marcas dependientes de la firma alemana más importantes. Desde los cuatro aros lo han desmentido al no encajar en sus planes, pero la adquisición de más de la mitad del accionariado de Porsche por parte de Volkswagen deja a la casa fabricante de deportivos dependiente de la firma de Wolfsburgo como la gran opción para llegar a la F-1.
En el Salón de París su nuevo jefe ejecutivo, Matthias Mueller, ha alimentado sobradamente la posibilidad: "No queremos que Audi y Porsche vayan a Le Mans, no es divertido. Por lo tanto, tenemos que discutir si tiene más sentido que una marca vaya a Le Mans y la otra a la Fórmula 1. Tenemos que reunirnos y analizar las ventajas y los inconvenientes". Esto unido a la negativa de Audi a la F-1, precisamente para fortalecer sus planes en Le Mans y en el DTM, dejan a Porsche en el punto de salida, aunque eso no quiere decir que fuera con efecto inmediato.
Hay que recordar que esta no sería la primera aventura de la marca de Stuttgart en la F-1. Como constructor disputó 31 grandes premios entre 1958 y 1964 con un balance de una pole, cinco podios y una victoria en el GP de Francia de 1962 a cargo de Dan Gurney. También ha estado presente como suministrador de motores añadiendo cuatro carreras a las 31 anteriores. Fue en 1991 propulsando al equipo británico Footwork, aunque no logró terminar ninguna de las carreras.