El hijo de Romario sigue los pasos de su padre en el Vasco de Gama:
La saga Romario continúa. Su hijo, Romarinho, de 16 años, está a punto de firmar su primer contrato profesional por el Vasco da Gama, el mismo club que reveló a su padre en la década de 80.
Delantero, como su progenitor, los técnicos de la base del club de Sao Januario ven potencial en el chico. Siguiendo el procedimiento habitual con los jugadores del juvenil, le han ofrecido un contrato profesional. Otra cuestión bien diferente es si Romario 2.0 llegará cerca del nivel que exhibió su padre.
Quien le ha visto jugar, asegura que hay un cierto parecido entre ambos, sobre todo, a la hora de desmarcarse en el área pequeña. “Como soy pequeño, intento evitar los choques, sigo los consejos de mi padre, que me pide que me mueva bien para no jugar en inferioridad ante defensas mucho más fuertes que yo”, asegura el joven delantero.
Romarinho estaba predestinado a ser futbolista. “Desde que nací me gusta el fútbol, cuando no estoy entrenando, juego a la play-station, o incluso voy a la playa a jugar futvolei, sé que es muy difícil”, explica. El hijo catalán del Baixinho nació el 20 de septiembre de 1993, en la Clínica Dexeus, en Barcelona, el propio Santiago Dexeus atendió un parte en que el padre no pudo estar presente. Un día antes, el entonces delantero blaugrana llevó Maracaná al delirio marcando los dos goles – uno de ellos antológico – de la victoria ante Uruguay, que clasificaba a la canarinha para el Mundial 94.
Romario siempre ha querido proteger a su hijo y evitar cualquier tipo de comparación, pero la carrera de Romarinho ya se ha visto salpicada por algunas polémicas de su progenitor. En 2008, cuando Roberto Dinamita, con quien el Baixinho mantiene una tensa relación, accedió a la presidencia del Vasco, el goleador de los 1002 tantos decidió sacar a su hijo de Sao Januario.
Las aguas volvieron a su cauce. Romarinho volvió, y, casualidades de la vida, sigue jugando al lado de otro jugador con apellido ilustre: Rodrigo Dinamita, el hijo del presidente. Ambos se dan a las mil maravillas, dentro y fuera del campo, reeditando la ‘dupla’ de éxito de sus padres en el Vasco que tiene, también, reminiscencias blaugranas.
A diferencia de su progenitor, Romarinho tiene fama de ser buen chico, responsable, sociable y comportado. Si el Baixinho fue siempre genio y figura, y vivió de su talento, su hijo es mucho más ortodoxo. Asegura que no tiene ningún problema en levantarse temprano y, es más, le gusta entrenar. “Tanto mi padre, como mi madre, siempre me han exigido que estudie, y que tenga un comportamiento correcto”, asegura.
Ya desde pequeño, Romarinho ha sabido blindarse de todos los rifi rafes entre sus padres, que muchas veces inundan la prensa popular de Río. Mónica Santoro y el Baixinho mantienen una larga disputa judicial sobre el valor de la pensión, y, el año pasado, el delantero incluso pasó una noche en el calabozo acusado de impago de sus obligaciones.
El episodio fue el inicio de una cascada de informaciones que indicaban que el ex jugador atravesaba por graves problemas económicos.
Y el hijo de Bebeto juega en el FlamengoLa saga Romario continúa. Su hijo, Romarinho, de 16 años, está a punto de firmar su primer contrato profesional por el Vasco da Gama, el mismo club que reveló a su padre en la década de 80.
Delantero, como su progenitor, los técnicos de la base del club de Sao Januario ven potencial en el chico. Siguiendo el procedimiento habitual con los jugadores del juvenil, le han ofrecido un contrato profesional. Otra cuestión bien diferente es si Romario 2.0 llegará cerca del nivel que exhibió su padre.
Quien le ha visto jugar, asegura que hay un cierto parecido entre ambos, sobre todo, a la hora de desmarcarse en el área pequeña. “Como soy pequeño, intento evitar los choques, sigo los consejos de mi padre, que me pide que me mueva bien para no jugar en inferioridad ante defensas mucho más fuertes que yo”, asegura el joven delantero.
Romarinho estaba predestinado a ser futbolista. “Desde que nací me gusta el fútbol, cuando no estoy entrenando, juego a la play-station, o incluso voy a la playa a jugar futvolei, sé que es muy difícil”, explica. El hijo catalán del Baixinho nació el 20 de septiembre de 1993, en la Clínica Dexeus, en Barcelona, el propio Santiago Dexeus atendió un parte en que el padre no pudo estar presente. Un día antes, el entonces delantero blaugrana llevó Maracaná al delirio marcando los dos goles – uno de ellos antológico – de la victoria ante Uruguay, que clasificaba a la canarinha para el Mundial 94.
Romario siempre ha querido proteger a su hijo y evitar cualquier tipo de comparación, pero la carrera de Romarinho ya se ha visto salpicada por algunas polémicas de su progenitor. En 2008, cuando Roberto Dinamita, con quien el Baixinho mantiene una tensa relación, accedió a la presidencia del Vasco, el goleador de los 1002 tantos decidió sacar a su hijo de Sao Januario.
Las aguas volvieron a su cauce. Romarinho volvió, y, casualidades de la vida, sigue jugando al lado de otro jugador con apellido ilustre: Rodrigo Dinamita, el hijo del presidente. Ambos se dan a las mil maravillas, dentro y fuera del campo, reeditando la ‘dupla’ de éxito de sus padres en el Vasco que tiene, también, reminiscencias blaugranas.
A diferencia de su progenitor, Romarinho tiene fama de ser buen chico, responsable, sociable y comportado. Si el Baixinho fue siempre genio y figura, y vivió de su talento, su hijo es mucho más ortodoxo. Asegura que no tiene ningún problema en levantarse temprano y, es más, le gusta entrenar. “Tanto mi padre, como mi madre, siempre me han exigido que estudie, y que tenga un comportamiento correcto”, asegura.
Ya desde pequeño, Romarinho ha sabido blindarse de todos los rifi rafes entre sus padres, que muchas veces inundan la prensa popular de Río. Mónica Santoro y el Baixinho mantienen una larga disputa judicial sobre el valor de la pensión, y, el año pasado, el delantero incluso pasó una noche en el calabozo acusado de impago de sus obligaciones.
El episodio fue el inicio de una cascada de informaciones que indicaban que el ex jugador atravesaba por graves problemas económicos.
Romarinho y Rodrigo Dinamita forman una ‘dupla’ de pedigrí en el Vasco da Gama. Sus padres marcaron una época en Sao Januario y, todavía hoy, compiten para saber quien es el mayor ídolo de la historia del club de Sao Januario. En los derbies contra el Flamengo, tienen delante a un rival de estirpe famosa: Mateus Oliveira, el hijo de Bebeto que ya ha sido internacional en categorías de base. Mateus y Romarinho se conocen y son buenos amigos. (fuente:joinfutbol.com)
PD.: Pues parece que las sagas quieren continuar y como siempre de la mano de jugadores de renombre, que juegan en los equipos de fútbol base de donde salieron sus progenitores, como siempre esto les pone mas llano el futuro, pero tendrán que demostrar que sirven para esto del fútbol, porque como dice el refrán: Nunca segundas partes fueron mejores, jejeje, sino que se lo pregunten a mas de uno. Un saludo