El extremo hispano-venezolano del FC Barcelona ansía demostrar su talento. Esta temporada sólo se le ha visto un minuto sobre el campo...
¿Físicamente está bien? Bien no, perfecto.
Llevo ya tres semanas con el alta y me encuentro muy bien.
¿Y por qué sólo ha jugado un minuto en toda la temporada?
No lo sé. La decisión la toma el mister. Yo no puedo decir nada. Sólo me queda trabajar y esperar las oportunidades, como tuve el año pasado.
Cuando oye que la plantilla es corta, ¿se echa a reír?
No, pero te da qué pensar... Lo único que me queda es seguir para adelante, trabajar sin parar.
¿Tiene paciencia?
Sí. Aquí estoy más cómodo que en cualquier otro sitio. Sólo pienso en el Barça porque quiero estar aquí, no me quiero ir, aunque sé que no disfruto de los minutos que quiero.
¿Qué es peor, estar lesionado o estar bien y no jugar?
Ver los partidos desde la grada molesta mucho. Y molesta más que estar lesionado porque tienes que esperar, pero es diferente. Ves a los compañeros jugando y ves que estás a un nivel entrenando muy bueno y nada. Molesta, pero me animo con mi gente y quiero seguir hacia adelante.
¿Ha aprendido a mantener la calma?
El año pasado también me costó jugar. Al final tuve minutos y pude aprender. Este año igual. Es duro porque siempre quiero jugar, pero nada, a esperar.
La lógica dice que a los 22 años es necesario jugar para seguir creciendo. ¿Se ha planteado marcharse?
No, ni se me pasa por la cabeza, sólo quiero triunfar en el Barça. Sé que es complicado y sé que la plantilla es corta. Y por eso me quiero quedar porque tarde o temprano sé que voy a tener la oportunidad. Quiero triunfar sí o sí. Estar aquí es un sueño y quiero cumplirlo, triunfar y dejar huella antes de que tenga que irme.
Antes deberán dejarle...
Es como en la final del Mundialito. Me dieron la oportunidad y la aproveché. Ahora hay que esperar otra y aprovecharla igual o mejor para que el mister vea que puede confiar en mí en otros partidos.
¿Está satisfecho de sus actuaciones cuando ha jugado?
El año pasado tuve buenas acciones contra el Xerez en casa y el Bilbao. Tuve la suerte de meter un gol en cada partido. La gente me ve por la calle y me dice que no lo entiende. Me ayudan. Me dicen que aproveche, que la plantilla es corta este año. Y por eso sigo animado.
Guardiola le dijo que se quedara porque confiaba en usted, pero no parece demostrarlo...
Eso me dijo a principios de año, que tendría oportunidades, que trabajase. Te da un golpe fuerte ver que no disfrutas de minutos. No sé si me ve o no capacitado para jugar, pero si toma la decisión de que me quede en la grada lo respeto y la seguiré haciendo hasta que pueda.
¿Qué le dice?
Hace poco, nada más llegar de la selección, me dijo que trabajase como lo estaba haciendo, que el año es muy largo.
En la selección le llaman sin jugar aquí. ¿Es casualidad?
Para nada. Nada más llegar, el seleccionador me dijo: “Ves que nada más tener el alta te convocamos. Es porque confiamos mucho en ti”. Eso me animó mucho, no jugué de titular, pero tuve la suerte de jugar y marcar un gol.
¿Lo está pasando mal?
Sí, lo paso mal, pero lo paso mal en casa con mi hermano que me apoya y mi familia. No puedo decir que lo paso mal en el club.
Hay gente que lo paso peor, pero hablo futbolísticamente...
En el vestuario lo que hay que hacer es ayudar siempre a tus compañeros y ya tendrás tiempo de llorar tus penas en casa.
Quizá usted responde al perfil que pide Pep para el vestuario.
No hay que crear conflictos entre jugadores. Yo no quiero, me llevo muy bien con todos. Por eso cuando toma la decisión, pienso: “No me ha convocado, pero hay que estar ahí sonriendo y animando a los compañeros”.
¿Incluso cuando pasa por delante algún jugador del filial?
Eso duele lo suyo, pero es una decisión que sigue tomando él.
¿Dónde se ve en junio?
Me veo, al nivel que estoy ahora, entrenando y disfrutando de minutos. Espero que en la Copa me dé esos minutos y poder aprovecharlos y disfrutarlos. Y que él vea que puede confiar en mí.
¿Y si ve que todo sigue igual?
El decidirá si quiere que siga aquí. Yo no tomaré la decisión de irme. El decidirá si quiere que me quede o que me vaya. Yo me quiero quedar y ya está.