El técnico del Manchester City, Roberto Mancini, ya no sabe qué hacer para frenar los constantes escándalos en los que se están viendo involucrados sus futbolistas. Si hace un mes su portero Joe Hart era sorprendido en una fiesta nocturna en Puerto Banús, ahora han sido hasta cuatro de sus futbolistas los protagonistas de otra salida de tono.
Como solución a todo esto, el entrenador italiano ha optado por dar un consejo un tanto curioso a sus jugadores. "Les dije que es mejor estar con una mujer que beber".
Pero parece que las instrucciones del jefe de los 'Citizens' no han surtido el efecto esperado. Y es que el pasado lunes por la noche cuatro de los integrantes del primer equipo fueron cazados en una fiesta en una casa de un estudiante de St. Andrews con algunas copas de más. Joe Hart, Adam Johnson, Gareth Barry y Shay Given fueron los protagonistas del último desliz en el equipo de Manchester.
Resignado, Mancini reconoció la dificultad de acabar con lo que es una de las costumbres más arraigadas en el fútbol inglés. "Fue un día de descanso y los jugadores pueden ir donde quieran. Pero cuando jugamos cada tres días, es importanet que los jugadores se recuperen bien. Entiendo que es parte de la cultura inglesa beber después de los partido y esto no es sólo un problema para nosotros. Ya ha pasado en otros equipos".
Sobre las posibles medidas para acabar con estas salidas, Mancini fue claro. Las decisiones se tomarán de puertas hacia dentro. "Quiero resolver este problema con mis jugadores. Pero no lo haré en rueda de prensa".
Como solución a todo esto, el entrenador italiano ha optado por dar un consejo un tanto curioso a sus jugadores. "Les dije que es mejor estar con una mujer que beber".
Pero parece que las instrucciones del jefe de los 'Citizens' no han surtido el efecto esperado. Y es que el pasado lunes por la noche cuatro de los integrantes del primer equipo fueron cazados en una fiesta en una casa de un estudiante de St. Andrews con algunas copas de más. Joe Hart, Adam Johnson, Gareth Barry y Shay Given fueron los protagonistas del último desliz en el equipo de Manchester.
Resignado, Mancini reconoció la dificultad de acabar con lo que es una de las costumbres más arraigadas en el fútbol inglés. "Fue un día de descanso y los jugadores pueden ir donde quieran. Pero cuando jugamos cada tres días, es importanet que los jugadores se recuperen bien. Entiendo que es parte de la cultura inglesa beber después de los partido y esto no es sólo un problema para nosotros. Ya ha pasado en otros equipos".
Sobre las posibles medidas para acabar con estas salidas, Mancini fue claro. Las decisiones se tomarán de puertas hacia dentro. "Quiero resolver este problema con mis jugadores. Pero no lo haré en rueda de prensa".